Economía

Peluquerías en centros comerciales: “Hemos perdido la primera oleada de clientes. Nos estamos ahogando”

Desde CONEPE (Consejo Nacional de Empresas de Peluquería y Estética) han mandado un escrito al Ministerio rogando la apertura de estos comercios que, al estar ubicados en galerías comerciales, no tienen permitido abrir hasta la fase 2

Suiza vuelve a abrir sus peluquerías
Una peluquera corta el pelo a una mujer con una máscara facial protectora contra el coronavirus.PETER KLAUNZEREFE

Las peluquerías han sido el centro de la polémica en varias ocasiones durante esta gran crisis del COVID-19. Al principio, el Gobierno las consideró establecimientos de primera necesidad y se negaba a cerrarlas. Después del confinamiento y llegados al punto de la fase de “desescalada”, las peluquerías volvían a abrir este pasado 4 de mayo. Eso sí, con cita previa a sus clientes y numerosas medidas de seguridad e higiene a respetar.

Sin embargo, debe ser que el Gobierno de Pedro Sánchez también ha aplicado con estos establecimientos una desescalada “asimétrica”, dándose cuenta o no. Y es que hay un cierto porcentaje de estos negocios que se encuentran dentro de centros comerciales, lugares a los que no se les tiene permitido abrir hasta la fase 2.

Desde CONEPE (Consejo Nacional de Empresas de Peluquería y Estética) han mandado un escrito al Ministerio rogando la apertura de estos comercios en, al menos, centros comerciales pequeños. “El problema es caer en la generalización. Cuando se piensa en centros comerciales, se piensa en plataformas enormes, llenas de gente, de grandes marcas, enormes cadenas y esto no es así. Hay pequeños comercios y también hay pequeños centros comerciales o galerías. Son autónomos que tienen uno o dos empleados y tienen que sobrevivir. Se les está castigando”, plantea. Y es que su presidente, Luis Herrera-Portugal, afirma que con “facilitar un corredor directo o, simplemente, incluirlos dentro del circuito de establecimientos abiertos en los centros”, valdría. “La gente accede a farmacias o supermercados en dichos lugares, podría hacerlo también a una peluquería”, propone.

En este caso se encuentran, precisamente, un montón de establecimiento del Burgocentro, centro comercial ubicado en Las Rozas (Madrid). Son dos: Burgocentro 1 y Burgocentro 2 (se unen por un pasillo arriba). En el primero hay cuatro centros de estética y siete peluquerías. En el segundo, “siete centros de estética y cinco peluquerías, entre ellas la de Raquel Mosquera”, cuenta Cristina, dueña Ainhcris peluquería y estética, una de las muchas del lugar. “Nosotras somos dos socias, pero somos cuatro autónomas trabajando. En este pueblo hay varios centros comerciales que tenemos la misma situación. Somos chiquititos y todos de pequeñas empresas y, claro, esto es una faena. No tenemos franquicias gigantes dentro del centro, las únicas de comida ”, señala. Cristina cuenta que “la gerencia del centro está haciendo reuniones con el alcalde porque están intentando, aunque en el BOE ponga que no se puede, mirar de qué manera podemos intentar abrir legalmente”. Luis Herrera comenta al respecto que se están encontrando con estas situaciones: “Se acude a los Ayuntamientos, a la Guardia Urbana o a la Policía, pero es algo que depende del Gobierno central”.

Cristina se queja: “Todas las peluquerías a pie de calle pueden abrir y nosotras no, es injusto. Ya hemos perdido el primer tirón que había después de dos meses cerradas. Era cuando más trabajo íbamos a tener. Todas las clientas se están yendo”. Relata que ellas viven de una clientela fiel, incluso que les han mandado mensajes de ánimo diciendo que esperarán hasta que abran: “Pero hay otras que no, que nos dicen que se tienen que ir a otro lado. Es entendible”, lamenta.

Asegura que pueden abrir, que ellas han trabajado siempre con cita previa y que cumplen cada una de las medidas de seguridad: “Lo único que nos falta es que no tenemos una salida directa a la calle, pero yo creo que habría mil maneras de solucionarlo. Si quieren evitar aglomeración, que se haga con cita previa. Nuestro centro tienes dos puertas, que dejen abierta solo una con una persona de seguridad y cada cliente que verifique con un mensaje de texto que tiene cita en alguna tienda. Sería una manera de evitarlo. Y, aunque nosotros tengamos menos nivel de clientela, por lo menos facturar algo y no perder a la gente”, ruega.

Recuerda que han tenido que invertir mucho dinero en material de protección: “¡Voy a estar un año pagando deudas! Más luego todo el dinero que nos estamos gastando en tener la peluquería a punto. Mamparas de separación, todo lo de usar y tirar... Hemos tenido que invertir mucho dinero en este material. Ves que de la cuenta todo sale, pero nada entra”, lamenta. Cristina relata que su casera les ha ayudado: “El mes de abril nos lo ha condonado, mayo se lo vamos a ir pagando a plazos a partir de julio y el mes de junio nos lo va a coger de la fianza”, pero recuerda que no todos han tenido la misma suerte.

El 90% de las peluquerías están más que preparadas y más que equipadas para abrir hoy mismo”, afirma Luis, quien añade que “esta incongruencia hace que al final la gente opte por la ley de la selva. Tenemos constancia de peluquerías que están abriendo y no pueden. Se la han jugado, bajo su responsabilidad”. Desde CONEPE aconsejan seguir la normativa y esperar hasta la fase 2, pero “es evidente que hay mucha gente perjudicada. Hay pequeños empresarios que no pueden seguir aguantando porque las galerías comerciales no renuncian a cobrar el alquiler. Lo postponen, pero la deuda sigue aumentando”, explica.

“Nosotras tenemos el dilema de hacer domicilios", cuenta Cristina. “Hablando con mi gestor, es lo que dice él. Yo mi salón lo tengo desinfectado, pero si voy a las casas, ¿quién me dice si están desinfectadas? Si uno es positivo y no lo sabe y cada casa que vamos nos estamos contagiando. Si siguen alargando esto, no nos va a quedar otra cosa que hacerlo para ganar algo, pero estamos intentando ser responsables”, afirma.

Luis asegura que “esta no es la única situación injusta que se está dando. Estamos viviendo circunstancias muy controvertidas. Sé de calles comerciales que son consideradas centros comerciales por los Ayuntamientos y la peluquería está en la propia calle, literalmente, y no les ha permitido abrir”, explica. El presidente de CONEPE añade, además, el problema de haber estado saturando estos establecimientos durante esta semana. “La gente está desesperada. Señoras mayores con raíces de tres o cuatro dedos que entran donde pueden y no a su peluquería habitual. Hay que cumplir medidas de seguridad, porque si no estos pequeños lugares pueden convertirse en foco de infección”, advierte.

Luis solo pide uniformidad: “O abrimos todos o no abrimos ninguno”. Cristina difusión, necesidad de que se conozca la situación que ella y otros muchos centros están atravesando: “A ver si esto llega a los de arriba porque, desde luego, no han pensado en los pequeños comercios que estamos en los centros comerciales. Que el 80% de las peluquerías sí puedan abrir y el otro 20%, por estar en un centro comercial, no, es injusto”, defiende.