Unión Europea

Seis comunidades españolas, entre las regiones de la UE más sensibles al impacto económico de la Covid-19

Madrid, Cataluña, Valencia, Andalucía, Baleares y Castilla y León forman parte de las zonas más golpeadas, según el Comité Europeo de las Regiones

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Cierre de negociosCristina BejaranoLa Razón

Los efectos de la pandemia no son iguales para todos. La crisis provocada por la Covid-19 ha acentuado las diferencias y desigualdades económicas, unas disparidades que también han quedado patentes entre las regiones de la UE. Según el barómetro sobre los efectos de la pandemia que ha publicado este lunes el Comité Europeo de las Regiones, Madrid, Cataluña, Valencia, Andalucía, Baleares y Castilla y León se encuentran entre las regiones de la Unión Europea más vulnerables al impacto económico de la Covid-19.

El estudio puntualiza: las regiones que han registrado un mayor número de contagios y fallecimientos por la enfermedad provocada por el virus SARS-CoV-2 “no son necesariamente los más golpeados económicamente”. El Barómetro Local y Regional señala que el impacto económico de la pandemia en cada región depende potencialmente y en gran medida de la exposición y la sensibilidad de cada una a las medidas de confinamiento adoptadas (duración y el nivel de restricciones). Y además, esta sensibilidad está vinculada a una serie de factores como la proporción de empleo en sectores más afectados, la dependencia en el turismo o en el comercio internacional, la población en riesgo de pobreza o exclusión social, la tasa de desempleo juvenil la cantidad de pymes o autónomos.

Motivos: muchos autónomos y dependencia del turismo

El resultado arroja que Madrid, Cataluña, Valencia, Baleares y Castilla y León se encuentran entre las regiones europeas más vulnerables a las consecuencias económicas de la pandemia. También aparecen en rojo en este mapa la región de París en Francia, prácticamente la totalidad de Italia, regiones costeras de Croacia, el Este de Bulgaria y Macedonia Central y la isla de Creta en Grecia. El mapa demuestra que las regiones el Sur y el Este de Europa, por ejemplo, son más vulnerables por el “alto nivel de microempresas y trabajadores autónomos”. En el Mediterráneo y las comunidades alpinas, su sensibilidad a los efectos del virus sobre la economía se deben a su fuerte dependencia del turismo.

Impacto en las finanzas locales

El informe también resalta que las autoridades locales y regionales de Europa han estado “en la vanguardia” de la gestión de la crisis sanitaria y esto ha tenido un gran impacto en sus presupuestos, puesto que son responsables de más de la mitad de la inversión pública y de aproximadamente un tercio del gasto público. De hecho, el barómetro subraya que en España e Italia, dos de los países del bloque con más contagios, las entidades regionales cargan con más del 90% del gasto sanitario.

El aumento del gasto unido al desplome de los ingresos por la “drástica” reducción de la actividad económica ha provocado un “efecto tijeras” (menos ingresos y mayores gastos). Este factor ha deteriorado “rápidamente” las cuentas de los gobiernos locales y regionales, una realidad que se acentúa aun más con la “incertidumbre” sobre la duración de la crisis. De hecho, según una encuesta elaborada entre junio y julio por el Comité de las Regiones de la UE y la OCDE, el 42% de las autoridades locales y regionales encuestadas afirmó que la falta de recursos financieros era “muy problemática” para gestionar la crisis sanitaria. Otro 33% calificó la situación como “un tanto problemática”.

¿Cómo se debe diseñar la recuperación?

Este “impacto diferenciado” de la enfermedad, asegura el informe, “ha creado una nueva geografía de la Covid-19 en la UE distinta a las líneas divisorias tradicionales entre lo urbano y lo rural, el centro y la periferia o las regiones de cohesión”. Por ello, concluye que el reparto del fondo europeo de recuperación “debería basarse en la vulnerabilidad socioeconómica y en la estructura de las regiones”, adaptándose a las necesidades específicas de cada zona. En este sentido, defiende que, para que las medidas den resultados, las ciudades y las regiones europeas deben participar en los planes nacionales de reformas e inversiones. La Política de Cohesión “sólo puede dar resultados si se diseña y se aplica en asociación con todos los niveles de gobierno”, subraya.