Energía
Víctor Viñuales: «La pandemia ha creado un nuevo colectivo de personas vulnerables»
La Fundación Ecología y Desarrollo (Ecodes) ha ganado el Premio a la mejor iniciativa social en el ámbito energético por su capacidad de dar soluciones locales y globales
La lucha contra la pobreza energética y la sostenibilidad van de la mano. Ecodes aúna en su misión el objetivo de superar estos desafíos desde 1992. Su filosofía se basa en conseguir maximizar el bienestar de todas las personas dentro de los límites del planeta. Su director, Víctor Viñuales, explica a LA RAZÓN en qué se basa «Ni un hogar sin energía», la iniciativa ganadora del Premio a la mejor iniciativa social en el ámbito energético de Fundación Naturgy, cuáles son los nuevos retos que ha traído la pandemia y cuáles son los propósitos de futuro de esta ONG.
–¿Cuándo y con qué propósito surge Ecodes?
–Aunque nacimos monocromáticamente verdes en 1992, fruto de la crisis económica de 2008 comenzamos a reescribir nuestra visión. Buscamos el bienestar para todas las personas dentro de los límites del planeta. Hacemos un mix entre el enfoque verde y el enfoque social, ya que no es posible hacer una transición ecológica si no resolvemos a la vez la variable económica y la variable social. Somos parte de la Comunidad por el Clima, una alianza multiactor para implantar en España el acuerdo de París, y nuestra misión es buscar cómplices en empresas, en administraciones públicas, en ONG y en universidades, entre otros, para acelerar la transición a una nueva economía más verde, más inclusiva y más responsable. Buscamos esos cómplices por dos razones. La primera es porque la dimensión del desafío es enorme. Básicamente hemos deshecho el clima y ahora tendríamos que rehacerlo, lo que parece una tarea para dioses y superhéroes. Por lo tanto, es normal que busquemos cooperación y alianzas. La segunda es que el cambio debe ser masivo y rápido y la mejor forma de conseguirlo es cuando los tres actores del cambio –empresas, Administración y las ONG– empujan en la misma dirección. Nuestro gran foco es el cambio climático y los hábitos saludables, con tres palancas de cambio: influir en las políticas públicas, la sostenibilidad y el cambio cultural.
–¿En qué se basa vuestra iniciativa ganadora «Ni un hogar sin energía»?
–La pobreza energética era un tema muy invisibilizado. No le habíamos puesto nombre y no habíamos percibido qué significa ser una persona vulnerable que no tiene recursos para pagar algo básico como es la energía. Esto condiciona la vida de las personas. Desde el punto de vista de la salud pasar frío hace que se duerma mal, se estudie mal, y por ejemplo, unos niños que pasan frío tampoco invitarán a sus amigos de clase a casa por vergüenza. Las implicaciones que tiene no poder tener un confort térmico en el hogar son enormes. En cuanto al calor, la Agencia Estatal de Meteorología señaló que en los últimos 40 años había aumentado el verano cinco semanas. En concreto, la temperatura más alta medida en nuestro país fue la de Montoro, Córdoba, que en 2017 alcanzó los 46,7 grados. Esas temperaturas son invivibles si no hay recursos energéticos. Desde Ecodes, empezamos a trabajar los problemas concretos ayudando a colectivos vulnerables, lo que también ayuda a resolver el desafío climático. Hemos asesorado, apoyado, ayudado a cambiar el contrato eléctrico, los hábitos y tecnologías. Todas estas actuaciones tienen como foco lograr multibeneficios. Es bueno para el clima, bueno para la economía y para la salud de esas familias. Hemos trabajado con 8.554 familias y con voluntarios y trabajadores sociales. En este proyecto han participado centenares de entidades que también se merecen esta recompensa.
–¿Cómo ha influido la pandemia en la vulnerabilidad?
–La pandemia ha traído un agravamiento de la crisis económica y del impacto social. De repente, gente que tenía un bar o un comercio ha visto que su situación económica daba un bajón sin posibilidad de adaptarse. Ha surgido un nuevo colectivo de personas vulnerables por la pandemia. Para resolverlo, hay que trabajar en varias líneas. Una de ellas es la rehabilitación de viviendas. En el confinamiento hemos visto que muchas personas estaban confinadas en casas sin luz e incluso han tenido que tomar vitamina D en pastillas. Hemos descubierto que nuestro parque de viviendas no es el mejor. De hecho, la UE recomienda que se rehabilite entre el 2% y 3% al año y nosotros estamos lejísimos. En España, rehabilitan en torno a unas 25.000 viviendas al año, mientras que en Francia se acordó rehabilitar medio millón de viviendas al año. Esta medida genera empleo, algo muy positivo, y cambia las condiciones de vida de la gente. Pero, sobre todo hay que lograr que las personas más vulnerables no se queden fuera de estos programas de inversión. Si no hacemos una especial incidencia en que esas ayudas lleguen a las personas vulnerables, no van a llegar.
–¿Qué visión de futuro tiene Ecodes?
–Estamos sufriendo una multiple crisis sanitaria, económica, social y ambiental y tenemos que construir una gran salida convergente que resuelva a la vez estas cuatro crisis. Eso significa que tenemos que poner todo el empeño, todo el talento y todo el esfuerzo para aprovechar el plan de recuperación Next Generation de la UE y lograr que transforme positivamente nuestra sociedad. Este es un gran desafío para todos y nosotros desde luego vamos a hacer todo lo que esté en nuestra mano para que eso sea así.
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