Carne sintética y negocios

La carne sintética será un gran negocio. Prueba de ello es el interés que tienen Jeff Bezos, Bill Gates o Al Gore. Gates ha comenzado a pedir una transición completa de la carne de vaca a la carne cultivada. Dado que ellos promueven industrias en las que tienen inversiones, no es sorprendente que insistan en que la carne falsa es necesaria contra el cambio climático.

En el libro «Cómo evitar un desastre climático», Gates expone su idea de eliminar el ganado para reducir las emisiones de metano. No sugiere que se reduzca el consumo de carne. Quiere que el mundo entero cambie a una dieta de carne 100% sintética. Lo explicó en Technology Review: «Todos los países ricos deberían cambiar a carne de res 100% cultivada, a cuyo sabor nos acostumbraremos».

Quieren convertir Oregón, que ha tramitado ya una iniciativa para prohibir la venta y consumo de carne animal, en un «estado santuario para los animales» al eliminar las exenciones a las buenas prácticas de cría, criminalizar el sacrificio, reclasificar la inseminación artificial y considerar la castración como «agresión sexual». Algo parecido hay en la agenda de Biden, y se ve que en la del ministro Garzón.

Hacer que la agricultura sea más costosa a través de regulaciones difíciles de cumplir parece una estrategia efectiva para eliminar a los pequeños productores, obligando a la gente a depender de fuentes industriales, incluida la «carne sintética» bajo el paraguas de la salvación del planeta. Gates, Bezos, Al Gore y otros millonarios aplauden con las orejas.