Trabajo

Las muertes laborales al año rozan los dos millones

Esta cifra deriva de un estudio realizado por la OMS y la OIT, que recogieron los datos entre el 2000 y 2016, sin que la COVID-19 existiera todavía

Varios bomberos a su llegada a la fábrica de transformación de acero y aluminio Gonvarri en la que han fallecido dos trabajadores
Varios bomberos a su llegada a la fábrica de transformación de acero y aluminio Gonvarri en la que han fallecido dos trabajadoresTomás AlonsoEuropa Press

1,9 millones de personas en todo el mundo pierden la vida por cuestiones relacionadas con el trabajo. Así lo indica un estudio que han realizado de manera conjunta la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que han investigado de manera colaborativa por primera vez. Según el estudio, que ha publicado hoy Naciones Unidas, más de un tercio de estas muertes (750.000) están vinculadas a las largas jornadas laborales.

La segunda causa que más defunciones provoca está relacionada con la exposición a la contaminación del aire y la consiguiente obstrucción crónica de los pulmones. A esto último se vinculan 450.000 muertes. Los accidentes cerebrovasculares ocasionaron 400.000 muertes, mientras que 360.000 se debieron a traumatismos. También destaca la cardiopatía isquémica, que hace alusión al estrechamiento de las arterias coronarias, y con lo que se relacionan 350.000 muertes.

La investigación se realizó entre los años 2000 y 2016. En este período, las muertes ligadas a cardiopatías aumentaron un 41%, mientras que los accidentes cerebrovasculares subieron un 19%. Según se apunta en el estudio, las enfermedades y traumatismos derivados del ámbito laboral provocan una “sobrecarga en los sistemas de salud, reducen la productividad y pueden tener un impacto catastrófico en los ingresos de los hogares”. Este es el motivo por el que las organizaciones participantes hacen un llamamiento para que se mejoren las condiciones de los lugares de trabajo, lo que implicarían garantizar espacios más seguros y sanos, así como acabar con los horarios extremadamente largos o con la contaminación del aire en esos entornos. Dentro de los factores de riesgo de los que se habla, se incluyen la exposición al amianto (que provoca más 200.000 muertes cada año), y en menor medida, a sustancias como el cadmio, el arsénico, el berilio, el níquel, la sílice, o los formaldehídos.

“Muertes evitables”

Conviene recordar que en este informe no entran las muertes provocadas por la pandemia de la COVID-19, ya que los últimos datos recogidos son de 2016. No obstante, se puede relacionar con el coronavirus si tenemos en cuenta que, desde su llegada, muchas personas han aumentado sus horas de trabajo, lo que ya hemos visto que es la causa principal de defunciones laborales. María Neira, directora del Departamento de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud de la OMS, ha defendido que “estos casi dos millones de muertes prematuras son evitables”, y ha recordado que los sectores sanitario y laboral deben asumir de manera conjunta esta responsabilidad y tomar medidas para reducir estas cifras.