PIB
América Latina se rasca el bolsillo
Durante las últimas décadas ha aumentado su gasto público, que ahora representa poco más del 30% del PIB de la región
Ángel Sastre
Latinoamérica es un vasto continente, un mosaico de diferentes políticas económicas. Algunos países abrazan modelos más liberales mientras que otros se bañan de populismo y subsidios. El Cono Sur sigue siendo la zona donde el Estado aporta más, mientras que en el Norte los planes sociales son insuficientes para brindar una adecuada cobertura a la población más humilde. Que el gasto público no alimente el clientelismo y que la corrupción no se coma buena parte del presupuesto constituyen algunos de los retos.
La región ha experimentado en las últimas décadas un crecimiento significativo del gasto público, sobre todo en Salud y Educación, debido a mayores ingresos por impuestos y a la estabilidad de su situación de deuda pública. Ricardo Martner, experto en asuntos económicos y del área fiscal de la CEPAL, afirma que «los países de América Latina, en general, están embarcados en procesos de mejoras institucionales».
La transparencia y la calidad de la inversión resultan también esenciales para generar confianza y lograr un pacto fiscal con el objetivo de aumentar progresivamente los ingresos tributarios y reducir la evasión. Muchos latinoamericanos evaden impuestos desencantados por la calidad de los servicios. No es extraño escuchar la frase «total, para que voy a pagar, si se lo roban todo». Conviene romper ciertos mitos. El gasto público de los gobiernos de la región en términos de PIB es menor que el de sus pares de América del Norte, Europa y la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE). De hecho, representa poco más de 30% del PIB continental, cifra inferior al 40% de América del Norte, y al 45% de Europa y de los países más avanzados.
Estos datos rechazan la idea de que los gobiernos latinoamericanos realizan un gasto público exorbitante y que sus pares de los países desarrollados son menos propensos al desembolso de dinero estatal en servicios para sus ciudadanos. Alemania gasta un 44,6% de su PIB en atender necesidades públicas. Reino Unido, un 44,1%.
Los números también dan cuenta de que la región tiene todavía bastante camino por recorrer en esta materia, aunque destacan países como Argentina, Brasil y Venezuela, que lideran el gasto público continental con tasas por encima de 40% de su PIB.
Argentina, máquina de subsidios
Tras la recuperación económica posterior a la crisis de 2001, se incrementó sustancialmente la cifra destinada a los subsidios. El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) reconoce que más del 10% de la población argentina vive con un ingreso que no alcanza para cubrir las necesidades más elementales. Sondeos privados aseguran que la cifra rondaría el 32%.
Si bien la cantidad de perceptores de «planes» está por debajo de su momento de máxima expansión, ahora mismo 2,5 millones de trabajadores se estarían beneficiando de algún tipo de ayuda. Bajo esa mentalidad peronista del Estado como padre protector, «Cristina Kirchner y su fallecido esposo forjaron un sistema que funcionó mientras los precios de las materias primas, en especial de la soja, estuvieron en alza», destaca Alfredo Perotti, economista de la Universidad Autónoma de Buenos Aires. «El interrogante es saber cuánto más puede durar esta forma de gestionar. El asistencialismo en todos los órdenes promueve dependencia, una marcada ventaja en año electoral para el candidato oficialista», añade.
Brasil, el gigante herido
Sigue siendo uno de los estados con más gasto público del continente. No obstante, llegó la hora de ajustarse el cinturón. El Gobierno de Brasil anunció en mayo un recorte de unos 23.300 millones de dólares para alcanzar sus metas fiscales en 2015, año en el que además prevé una contracción de 1,2% del PIB. El recorte fiscal, de 69.900 millones de reales, ha sido el mayor realizado por los gobiernos izquierdistas del Partido de los Trabajadores (PT).
El economista Flavio Calife, de la consultora Boa Vista, señala que «el gobierno está intentando mostrar que hace esfuerzos para la reducción de gastos, pero que ese recorte está incorporando una caída en el PIB».Poco más de un tercio del recorte se realizará en el Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC), un plan emblemático de los gobiernos del PT lanzado en el segundo gobierno de Lula da Silva, que buscó estimular la economía a través de grandes obras de infraestructura energética, habitacional o de conectividad. El Gobierno de Dilma Rousseff ha reactivado algunos impuestos y recortes, aplaudidos por el FMI y que parecen ser la pauta a seguir por los países del continente. Incluso por los gobiernos de izquierdas que hasta nuevos exabruptos y en año de vacas flacas se han vuelto más pragmáticos. Sin embargo, el recorte engloba una gran contradicción y el impacto social puede ser grande.
Venezuela: corrupción y derroche
En vistas de que el precio del crudo ha bajado, el Gobierno bolivariano se ha visto obligado a realizar severos recortes en diferentes áreas.
Pero lo cierto es que, más allá de los anuncios de Maduro, el Estado despilfarra mucho dinero. La gestión del fallecido presidente Hugo Chávez se caracterizó por tener un sostenido incremento del gasto público y la presidencia de su sucesor, Nicolás Maduro, no ha cambiado la dinámica hasta el momento.
En los últimos cinco años, las erogaciones del sector público tuvieron un incremento equivalente a 17 puntos del PIB. En 2010 fue de 30,7% y terminará 2014 en 47,9%, según proyecciones de Ecoanalítica.
De acuerdo a lo que publica el diario local «El Nacional», aun cuando en ese período los ingresos del país provenientes de la renta petrolera y de la recaudación de impuestos también aumentaron, el gasto público fue superior y las cifras del déficit fiscal finalizaron en rojo, lo que se ha traducido en más inflación y desabastecimiento.
Por su parte, Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica, afirma que el aumento del gasto público ha sido empleado como un arma política con fines electorales y no se ha considerado el impacto en el déficit.
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