Pymes
Antonio Garamendi: «Quiero una CEOE más leal al Estado y a la Constitución»
La gran patronal está en disputa entre un catalán y un vasco. Antonio Garamendi (Bilbao, 1958) promete batalla y tender la mano.
La gran patronal está en disputa entre un catalán y un vasco. Antonio Garamendi (Bilbao, 1958) promete batalla y tender la mano.
–¿La distancia entre sus avales y los presentados por Rosell revela que está usted en desventaja?
–Los avales son pura estrategia electoral, nada más. Son una formalidad. Hay que presentar veinte avales de cuatro organizaciones. Nosotros pensamos que era mejor no presionar a nadie, así que presentamos los necesarios. No estábamos en esa batalla. Lo importante es lo que pase el miércoles, cuando el voto es secreto, presencial e indelegable.
–¿Tiene más apoyos de lo que muestran los avales?
–El que se fije en los avales se va a llevar una gran sorpresa. Tenemos el País Vasco, Cantabria, toda Galicia, Castilla y León, medio Madrid, Castilla La-Mancha, casi toda Andalucía, casi toda Canarias y una buena parte de Valencia.
–¿Va a estar apretado?
–No va a estar apretado porque vamos a ganar por amplia mayoría.
–¿Cómo le ha sentado el apoyo que dio el presidente de Telefónica (César Alierta) a Rosell?
–Una empresa que apoya a un candidato. Lo veo como tal. Yo tengo otras muchas empresas que me están apoyando. No necesito montar un acto social para que lo diga. Me parece legítimo que lo respalde, aunque igual no era el sitio.
–¿Qué apoyos de ese calibre tiene?
–Todo Confemetal y la construcción. Incluso de Ametic (patronal de las telecos), a la que pertenece Telefónica, y que es más que Telefónica.
–Entiendo que, como empresarios, ideológicamente les seperan pocas diferencias. ¿Qué quiere hacer usted que no proponga Rosell?
–Hablamos de un debate de cómo mejorar esta casa. Creo que necesitábamos este debate. Primero, porque necesitamos más participación. Que las cosas vengan de abajo a arriba, desde las empresas y las asociaciones. Este nivel de participación hoy no fluye. En segundo lugar, tenemos que profundizar más aún en la transparencia. Interna y externa. Se han tomado ciertas decisiones que deberían de haber sido más transparentes. Y tenemos que ser ejemplares. Además, queremos dar más cancha a la oficina de Bruselas.
–El Código Ético ha quedado barrido por los escándalos...
–Exactamente. No hemos estado a la altura en los casos concretos que hemos tenido, que han hecho muchísimo daño a la institución y a los empresarios. No compartimos cómo se ha actuado. La imagen de los empresarios españoles no puede ser ésa. Y en tercer lugar, creo que con todo esto ganaríamos independencia. Con lealtad y sentido de Estado.
– Ya que lo menciona, a Rosell se le ha criticado, incluso en la CEOE, porque para algunos no era contundente con el desafío del nacionalismo catalán. ¿Se planeta hacer una CEOE más «leal» al Estado?
–Sí. Es decir, creo y lo he dicho muchas veces, que no hemos estado a la altura. Debemos estar con la Constitución, el Estado de Derecho y la estabilidad del país y, a partir de ahí, los políticos que hagan el encaje que tengan que hacer. Era tan sencillo como decirlo así. No tenemos que entrar en política, pero sí tenemos que hablar de esto.
–Sobre el tema de la consulta catalana, ¿le parece bien o mal?
–Yo habría estado con el Gobierno.
–Tanto la CEOE como Cepyme se han visto salpicadas por los sumarios contra la corrupción y hoy los españoles creen que los negocios en este país se siguen haciendo con maletines por debajo de la mesa. ¿Cómo pretende regenerar la imagen del empresariado?
–Tenemos que dar ejemplo. Hay que poner en valor la figura del empresario de a pie. Gente normal, el 99% de los empresarios de este país, que son los que generan el 70% del empleo. Esos empresarios no están en ese mundo y creo que los líderes empresariales tenemos una obligación de ejemplearidad. En los casos que hemos tenido en la CEOE, esa gente no ha sido generosa con la organización para dejarlo a tiempo. En el caso de Cepyme sí se hicieron los deberes, independientemente de que el asunto está «sub júdice». Cuando alguien quiere delinquir monta una empresa y luego, cuando le pillan, resulta que era un empresario. El empresario con un proyecto de negocio y que hipoteca su casa no es ése. Tolerancia cero con la corrupción.
–¿Se traduce eso en que expulsarán de la patronal a los imputados?
–Depende. El concepto de imputado no implica culpabilidad. Hay casos y casos. Si hay escándalo público, los líderes tienen que dimitir.
–Presidente de Cepyme y miembro de la cúpula de CEOE. Si gana, dejará Cepyme; si pierde, ¿seguirá vinculado a la CEOE?
–Sí, claro. Son temas independientes. A partir del miércoles, somos los mismos y estamos todos a una.
–¿Sin rencillas?
–Sin rencillas.
–¿Tiene sueldo en Cepyme?
–No.
–¿Y el presidente de la CEOE?
–Depende.
–¿Cobrará sueldo si gana?
–Habrá que ver las cuentas y el trabajo que haya. No nos vamos a engañar. Puede haber gente que diga que no cobra, pero le está pagando una empresa por fuera.
–¿Hará públicos los gastos de arriba a abajo de la patronal?
–Sin ningún problema.
–¿Hay que bajar la presión fiscal?
–Sí. Hasta un 20% para las pymes. Y suprimir el impuesto de Patrimonio y de Sucesiones. Es confiscatorio y se está rompiendo la unidad de mercado porque en unos lados los tienes y en otros no. Pero también tenemos que reindustrializar España.
–¿Hay que rebajar más los salarios y abaratar más el despido?
–La moderación salarial ha funcionado. Sobre lo otro, cuando no hay flexibilidad para contratar, el empresario se asusta y no contrata.
–¿Si gana Podemos, se van?
–Habrá una fuga de capital y eso influirá en las empresas y en el empleo. Posiblemente, sería un desastre.
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