Bankia y Caixabank, las cajas que más viviendas aportan al fondo social

De entre los bancos, BBVA y Banco Santander (incluido Banif y Santander Consumer) serán los que dotarán un mayor número de inmuebles para el fondo, con 899 y 441 viviendas, respectivamente.

Según las fuentes consultadas, Catalunyacaixabank contribuirá con 355 viviendas, Banco Mare Nostrum (BMN), entidad que integró a Caja Murcia, Caja Granada, Caixa Penedés y Sa Nostra, contará con 180 viviendas e Ibercaja Banco con 150.

Ceiss, fruto de la fusión de Caja España Duero, constituirá su fondo con 100 viviendas, mientras que la resultante de la integración de las cajas vascas, Kutxabank, lo hará con 150 viviendas y Unicaja Banco con 125.

Liberbank (Cajastur-CCM, Caja de Extremadura y Caja Cantabria) dotará 96 viviendas, Caja 3 (Caja Inmaculada, Caja Círculo de Burgos y Caja Badajoz) contará con 20, Caixa Ontinyent tendrá 14 y Caixa Pollensa un inmueble.

En cuanto al resto de los bancos, Popular contará con unos 330 inmuebles, el grupo Banco Sabadell (que incluye la antigua CAM) tendrá 250, Banesto, 149 y Barclays, 142.

Bankinter ha dotado un fondo de 56 viviendas, Banco de Valencia de 93 viviendas, Deutsche Bank de 87, ING Direct de 33; Lloyds de 20 y Banca March de 6.

El fondo de NGC, entidad fruto de la fusión de las cajas gallegas, no ha trascendido.

En total, las antiguas cajas de ahorro habilitarán unas 3.000 viviendas para el fondo de alquiler social y los bancos unas 2.500.

El pasado mes de noviembre el Gobierno paralizó los desahucios durante dos años para colectivos sociales de especial vulnerabilidad y creó la figura del fondo social, que comenzará a funcionar tras la firma del convenio entre los ministerios de Economía, Fomento, Sanidad, el Banco de España, la FEMP, ONG y las entidades financieras, prevista para este jueves.

Las entidades financieras aportarán viviendas de su propiedad de entre las que no cedan a la Sareb, la sociedad que debe dar salida a los activos inmobiliarios tóxicos propiedad de la banca, conocida comúnmente como "banco malo".

Cada entidad formará su propio fondo con un número inicial de viviendas que podrá ampliar posteriormente y las ofrecerá a sus clientes desalojados.