Cañete intentará pactar el reparto de los fondos de la PAC

Los responsables del Ministerio y de las consejerías de Agricultura intentarán llegar a un acuerdo definitivo sobre la aplicación en España de la reforma de la PAC, en el marco de la Conferencia de Agricultura y Desarrollo Rural, que se celebra hoy y mañana en Madrid. El reparto del dinero correspondiente a la política de desarrollo rural entre las distintas regiones de la geografía española se presenta, a priori, como el asunto más conflictivo.

Está en juego la distribución de los fondos que llegarán desde Bruselas durante el periodo 2014-20, pero también la aportación a la cofinanciación con cargo a los presupuestos del Ministerio. De momento, el equipo dirigido por el titular de Agricultura, Arias Cañete, no ha presentado una propuesta con cifras concretas para proceder a este reparto. Todo los consejeros acuden a esta reunión con el mismo objetivo: lograr que no se reduzca el dinero que reciben en sus regiones y, si es posible, incrementar el saldo a su favor.

Por el contrario, sí se han logrado avances, durante las reuniones que han tenido lugar a lo largo de los últimos meses, en los otros puntos conflictivos. Por ejemplo, en lo que respecta a la definición de agricultor activo, figura clave de la nueva PAC, ya que sobre ella se concentrarán las ayudas directas. Según la propuesta del Ministerio, será agricultor activo la persona física o jurídica que reciba en ayudas como mucho el 90 por ciento de sus ingresos agrarios totales; dicho de otra manera, deberá obtener un 10 por ciento por otra vía diferente a las ayudas. Eso se aplicará a los que perciban a partir de los 1.250 euros. Algunas comunidades autónomas, como Asturias, La Rioja o Castilla y León, querían que el porcentaje de las ayudas en los ingresos totales fuese menor. En concreto, desde esta última apuntaban a un 50 por ciento. Para hacer los cálculos, se cruzarán los datos con Hacienda.

Más actividad

En lo que respecta a la actividad agraria, hay consenso general en la necesidad de aplicar medidas para impedir el abandono de superficies. Por ejemplo, que se siembren las tierras, hacer unas mínimas prácticas de laboreo o tener animales en los pastos. En resumidas cuentas, «que haya actividad fehaciente sobre la superficie que reciba apoyo». Por último, en el reparto de las ayudas acopladas o vinculadas a la producción se pretende destinarlas con carácter prioritario al sector de la ganadería, el gran olvidado en la última reforma de la Política Agraria Común. No obstante, todos los consejeros pretenden arañar la mayor cantidad posible de dinero del encuentro con el ministro.