Debatir a fondo

Los datos presentados por Fátima Báñez en la Comision del Pacto de Toledo invitan a algo más que a la reflexión. Sirven para presentar a la sociedad la realidad de las cuentas de nuestra Seguridad Social y para pedir el compromiso responsable de quienes nos representan a todos. En 1995 tampoco salían bien paradas las cuentas y todos los grupos, sin excepción, entendieron que no era suficiente con meros parches a los Presupuestos. Se acordaron medidas estructurales, que se han ido poniendo en marcha. Los resultados de aquella política de consenso han permitido ofrecer tranquilidad a los pensionistas e incluso hacer ahorros, que se han ido acumulando desde 1996 en una hucha común: el Fondo de Reserva. Entonces hubo conciencia de que podrían venir tiempos difíciles y por ello, año tras año, se ahorraron casi 80.000 millones, que incluso podrían haber sido más si no se hubieran suspendido las aportaciones al Fondo desde 2008. Y llegaron los tiempos malos. Vino la crisis. Más de 3.000.000 de afiliados dejaron de estar ocupados y de cotizar. Y aumentaron los pensionistas y la esperanza de vida. Son más de 9.000.000 de pensiones a pagar todos los meses y 127.000 millones los que habrá que tener preparados para 2014. Y cuando es insuficiente el presupuesto, hay que echar mano de los ahorros.Van a hacer falta más de 6.000 millones para terminar 2013 y, como hay déficit, habrá que recurrir de nuevo al Fondo de Reserva. Ya se han gastado más de 18.000 millones en estos últimos años, porque los ingresos por cotizaciones no han sido suficientes. El ritmo de gasto previsto con cargo al Fondo de Reserva, de aquí a 2016, augura perspectivas muy sombrías. Ante ellas no sería responsable cruzarse de brazos y, mirando a la galería, negarse a cualquier tipo de cambios. Es evidente que la salud del sistema de pensiones requiere cuidados y que éstos no deberían demorarse. Hay que dar paso a un diálogo abierto y constructivo. Es hora de apostar por reformas en línea con los cambios que se están produciendo en otros estados de la UE. Y, desde luego, también es hora de seguir una senda fiable de recuperación de la economía y del empleo.