Crisis económica
Eduardo Olier: «Los grandes fondos son los nuevos dominadores»
Ingeniero, experto en globalización y matemáticas. Ha tocado casi todos los palos en su vida, desde las finanzas a la tecnología.
Ingeniero, experto en globalización y matemáticas. Ha tocado casi todos los palos en su vida, desde las finanzas a la tecnología.
Eduardo Olier (Madrid, 1949) es un ingeniero atípico. Transversal. Inquieto. Lo mismo dibuja en el aire algoritmos para la Agencia Espacial Europea que baja a la Tierra a sentar cátedra matemática, a ocuparse de banalidades financieras o a ejercer de empresario. El hilo conductor de esa obsesión «davinciana» es su pasión por el estudio geoeconómico, que le ha llevado a analizar durante más de 20 años los problemas de la globalización. Un fenómeno que, aunque ha logrado reducir la miseria, «también produce desajustes que han aumentado las desigualdades. «China ha incrementado el PIB per cápita en más del 2.000% en los últimos años, pero la desigualdad sólo se ha reducido un 20%. La globalización crea unas clases dominantes», declara a este diario con motivo de la publicación de su último libro: «Los ejes del poder económico».
–¿Por qué son los regionalismos enemigos de la globalización?
–La globalización impone un sistema de la mano de las democracias. La democracia no es sólo un sistema político sino cultural. Es una forma de organizar las sociedades y existen fuerzas que van en contra de ese proceso.
–Un «invento» anglosajón del que reniegan ahora Estados Unidos y Reino Unido. Resulta que los pioneros en deslocalizar sus fábricas en los años 80 del pasado siglo sufren una suerte de vuelta a la autarquía. ¿Por qué?
– No hay que confundir la realidad con un discurso para ganar unas elecciones. La elección de un político populista es el resultado de la crisis financiera, que es parte del fenómeno globalizador, cuyo máximo exponente es la globalización de los mercados. Eso ha causado un destrozo en la clase media y como la política tradicional no ofrece las soluciones que demanda esa clase media surge el populismo que trae políticos distintos, como Trump. Otra cosa es que el sistema le permita a Trump hacer las cosas que dice que va a hacer. Estados Unidos es una democracia consolidada y Trump sólo representa ciertos intereses que hay detrás.
–¿Se está homogeneizando el mundo?
–Hay una «macdonalización». El mundo se hace más pequeño. Con internet, con las comunicaciones y el transporte.
–¿Es Francia el siguiente país en caer en esta ola populista antiglobalización?
–No creo. Pero por el efecto de la segunda vuelta. En primera vuelta estoy bastante convencido de que ganará Marine Le Pen.
–¿Se acaba el proyecto económico y político europeo si, finalmente, gana Marine Le Pen la segunda vuelta ?
–Salir del euro y volver al franco es muy difícil. Es imposible. Incluso Londres pretende un Brexit con acceso al mercado común.
–Como lo que quieren los independentistas en España...
–Aspiran a un Brexit que les permita hacer lo que quieren, pero manteniéndose en la UE. Para eso tienen que seguir de alguna forma en España. Dentro, pero fuera. Hay que recordar que el Fondo de Liquidez Autonómica ha metido en Cataluña más de 60.000 millones de euros.
–¿Se ha beneficiado más China que EE UU de la globalización?
–El fenómeno empezó por Bangladesh, donde se fue toda la industria textil coreana. China empezó algo después hasta convertirse en la fábrica del mundo. Han acumulado dólares durante todos estos años y se han convertido en una potencia. Por eso la nueva Guerra Fría será entre Estados Unidos y China.
–¿Es la decadencia de EE UU?
–Sin duda alguna. Estados Unidos tiene un grave problema económico. Por fortuna para ellos tienen una moneda como el dólar que es un instrumento potentísimo. El 80% de las transacciones mundiales se hacen en dólares. Y pueden jugar esa baza. Pero tienen grandes deficiencias en infraestructuras, en educación y en tecnología interna. De hecho, Estados Unidos es el octavo país en densidad de robots en la industria. No el primero ni el segundo. Corea del Sur lidera el ránking, de lejos. Esto demuestra que el sistema educativo es clave, porque el mundo global es tecnológico. EE UU sufre una cierta decadencia y unas carencias que no le permiten el dominio global en todos los campos. Y claro, las clases medias sufren y surge el populismo.
–¿Dónde queda Europa en este nuevo tablero dominado por China y EE UU?
–El centro de gravedad económico está en Asia-Pacífico y Europa queda desplazada. Pero además, Europa tiene el problema de que está unida sólo por una moneda común. No por un proyecto político o económico común. Por eso queda desplazada de las decisiones globales. La UE como unidad está en una enorme decadencia. Y esto ocurre en buena medida porque la clase política europea está preocupada de sus problemas domésticos y no hay estadistas en el Viejo Continente con una visión global. Así, la UE no es más que un conjunto de países que rotan alrededor de una moneda común.
–La población de Nigeria superará en 2050 a la de EE UU ¿Es África la tabla de salvación de esa Europa a la deriva?
–Puede ser una oportunidad para Europa o su destrucción. En África viven hoy 1.200 millones de habitantes. En 2050, habrá más de 2.000 millones. Supongamos que, para esa fecha, África no se hubiera desarrollado como debiera. Tendremos un problema no de miles de emigrantes sino de millones. Eso es ingobernable. Es preocupante que Europa no tenga una política definida para África. No hablo de la labor que realizan las ONG’s sino de que la UE trabaje con los gobiernos para el desarrollo económico. Pero sin duda es la hora de África. Por eso no me explico que, aunque tenemos a África a 14 kilómetros, cuando hablo con muchos empresarios a casi nadie le importa.
–¿Son más fuertes hoy las alianzas entre corporaciones que entre países?
–Sin duda. El mundo empresarial es más pragmático que el político. Las diferencias acaban siendo sumas. En el político pesan más las diferencias.
–¿Son los fondos de inversión los nuevos ejércitos?
– Son poderosísimos. Hay fondos cuyos activos son mucho más grandes que el PIB de países como Alemania. Son los nuevos dominadores. En España, por ejemplo, hay un fondo con más de 20.000 viviendas.
–Tras los rumores de injerencia rusa en las elecciones de EE UU ahora Holanda anuncia que recontará los votos a mano para evitar ciberataques desde Rusia. ¿Volvemos a la Guerra Fría?
– También ha habido denuncias en Francia. La Guerra Fría nunca terminó. Sin embargo, no será militar sino económica. Y se dará entre EE UU y China. Y será una guerra cibernética.
–¿Está el poder y el control entonces en el ciberespacio?
–Así es. La lucha va a estar en internet. Quien domine el ciberespacio, controlará el mundo.
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