Rescate a Grecia

El 47% de los griegos quiere un acuerdo

El «premier» heleno, Alexis Tsipras, se dirigió ayer a los griegos desde la televisión
El «premier» heleno, Alexis Tsipras, se dirigió ayer a los griegos desde la televisiónlarazon

Tras el anuncio de la «argentinización» de Grecia como consecuencia de la imposición del control de capitales hasta el martes 7 de julio, está claro que el referéndum convocado para el próximo domingo 5 de julio, apenas dos días antes, no se celebrará en un ambiente de normalidad.

Minutos después de la comparecencia ayer de Alexis Tsipras, decenas de personas se dirigieron a los cajeros de todo el país para retirar sus ahorros. Incluso los más escépticos, que hasta ahora no habían sacado su dinero del banco, como Maria Yiras, que espera en un cajero automático en el centro de Atenas. «No me imaginaba que iba a llegar este momento. Ha sido todo muy rápido. Ya no sé lo que puede pasar a partir de hoy», afirma.

¿Qué votará en el referéndum? «No me importa, ahora sólo me importa salvar mi dinero». Para Maria, como para muchos otros griegos, este fin de semana se han vivido fuertes emociones que, seguramente, se alargarán durante toda la semana. Por eso, todo apunta que la población no gozará de la tranquilidad para reflexionar sobre su elección en la consulta.

La última encuesta realizada por Kapa Research entre el 24 y el 26 de junio, justo antes de la convocatoria del referéndum, indicaba que un 47% de los griegos quiere la firma de un acuerdo bajo cualquier condición. Un 33% se muestra contrario a ese acuerdo y hay un 18% de indecisos. En la última semana, varios analistas consultados coincidían en que, ante la presión de los acreedores con sus contrapropuestas, el número de partidarios a la salida del euro había aumentado. No obstante, todavía se desconoce cómo reaccionará la sociedad a la imposición de un control de capitales.

Para Elleni Mitroglou, de 54 años, «lo único que ha hecho el Gobierno ha sido llevar a Grecia a la ruina». Señalando la cola de unas 20 personas en frente de uno de los cajeros, dice: «Mira, parecemos un país del Tercer Mundo. Esto es lo que quieren si salimos de Europa». La dueña de un pequeño comercio tiene claro que votará el «sí» al acuerdo, «y el “sí” a la salida del Gobierno», ironiza.

Esa misma dimisión pidieron el sábado los socialistas del Pasok, uno de los más críticos con la maniobra de Alexis Tsipras. Por su parte, el líder de la oposición, el conservador de Nueva Democracia (ND), Antonis Samarás, calificó de «golpe de Estado» la convocatoria del referéndum en una intervención en la tribuna del Parlamento que terminó en un enfado monumental y el abandono de la sala de todos los diputados de ND.

Finalmente, esa bronca sesión de debate en la Cámara Baja terminó con la aprobación de la consulta con 178 votos a favor, provenientes de Syriza, los ultranacionalistas de Anel –su socio menor de coalición– y los neonazis de Amanecer Dorado. En contra votaron un total de 120 parlamentarios de ND, Pasok, los liberales de To Potami y el Partido Comunista (KKE).

Los partidos moderados –ND, Pasok y To Potami– apoyarán el «sí» al acuerdo de los acreedores con el fin de mantener a Grecia en el euro y en la Unión Europea. A pesar de que Tsipras insistió en que el referéndum «no constituye una ruptura con Europa», tanto la oposición como gran parte de la sociedad interpretan esa consulta como un plebiscito para continuar o no en la moneda única.

Por su parte, varios ministros izquierdistas y el propio Tsipras defendieron el «no» como una manera de reforzar la posición de Atenas frente a los acreedores.

Se esperan, por tanto, una convulsa campaña y un resultado muy ajustado. Asimismo, la sociedad está cada vez más polarizada y defiende posiciones más extremas, fruto del cansancio de estos cinco meses.

Es el caso de Pavlos Spanoulis, de 27 años, que se desencantó de Syriza y cuya postura ahora es rotunda: «No me gusta ni la propuesta de los acreedores ni la de Tsipras, porque no ha cumplido sus promesas. Esta negociación ha sido un completo sinsentido. Tenemos que salir del euro y punto», señala con contundencia.

En medio de ese ambiente de división social y confusión, Syriza convocó una protesta antiausteridad para hoy por la noche. Ayer fue el turno de los anticapitalistas de Antarsya, que se manifestaron en la plaza Syntagma. Fue la primera vez desde la llegada al poder de Syriza que las Fuerzas de Seguridad se despliegan para proteger la entrada del Parlamento durante una concentración.

Muchos cambios en Grecia en los últimos días que se alargarán durante toda la semana en vista del referéndum del 5 de julio.