Berlín

El acuerdo con EE UU dejará 120.000 millones en la UE

. Rome (Italy), 15/06/2013.- EU President Jose Manuel Durao Barroso (L), standing next to Italian Prime Minister Enrico Letta (R), gestures as he speaks during the press conference at Chigi Palace in Rome, Italy, 15 June 2013. EFE/EPA/FABIO CAMPANA
. Rome (Italy), 15/06/2013.- EU President Jose Manuel Durao Barroso (L), standing next to Italian Prime Minister Enrico Letta (R), gestures as he speaks during the press conference at Chigi Palace in Rome, Italy, 15 June 2013. EFE/EPA/FABIO CAMPANAlarazon

«El paquete de estímulo más barato que uno pueda imaginar». Así es como ha definido el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, la firma del acuerdo comercial con Estados Unidos en un momento en el que la Unión Europea está en el furgón de cola de la recuperación económica e incluso sus miembros con finanzas sin mácula se niegan a gastar dinero en medidas para incentivar el consumo. En este caso, hablamos de un acuerdo que beneficia a las dos partes. Según Barroso, en el caso de los Veintisiete el intercambio de bienes y servicios con la primera potencia del mundo conllevaría unos ingresos de 120.000 millones de euros al año, unos 545 euros de media por cada hogar europeo. Las ganancias de EE UU serían algo inferiores: 95.000 millones de euros anuales.

Las negociaciones comenzarán este verano y se espera que terminen a mediados de 2014. Los socios de la zona euro llegaron a un acuerdo unánime el viernes después de 13 horas de reunión maratoniana, y esta vez el hueso duro de roer fue Francia. París consiguió que el sector audiovisual quedase fuera de las negociaciones ante el temor de que un gigante como Hollywood acabase dinamitando la industria audiovisual gala y su estandarte de «excepcionalidad cultural». A pesar de que Francia ha ganado esta batalla, como casi siempre sucede en las negociaciones comunitarias, se ha llegado a una calculada ambigüedad que puede reabrir el conflicto más adelante. De hecho, la Comisión Europea puede recomendar que este capítulo forme en el futuro parte de la negociación, aunque se han establecido límites como garantizar que los gobiernos europeos puedan subvencionar su industria cultural o imponer ciertas cuotas a la producción europea.

La canciller alemana, Angela Merkel, es partidaria de comenzar las negociaciones cuanto antes y también ha mostrado su satisfacción por el acuerdo. «Nuestra experiencia es que allí donde tenemos esos acuerdos hay crecimiento y el comercio prospera», aseguró ayer. De hecho, éste será uno de los temas principales del encuentro bilateral que la canciller y el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, van a mantener en Berlín este miércoles. Se pretende que las dos regiones más desarrolladas del mundo lleguen a un acuerdo para reducir burocracia innecesaria y que puedan establecer estándares comunes de seguridad que acaben con los obstáculos en el intercambio de bienes y servicios. Uno de los puntos más peliagudos e interesantes de las negociaciones será la agricultura que las dos potencias defienden y subvencionan. Se excluye el ámbito de la seguridad alimentaria y, por lo tanto, de los polémicos transgénicos, debido a la disparidad de criterios en este ámbito a los dos lados del Atlántico, ya que las normas europeas son mucho más estrictas que las estadounidenses.

El presidente de la Comisión admitió ayer que «cada uno llegamos a estas negociaciones con nuestros propios intereses y prioridades», pero se mostró convencido de que con voluntad política «podemos llegar a un acuerdo que respete completamente nuestras sensibilidades».