Macroeconomía
El capital exige seguir con las reformas
Los expertos opinan. El consenso de los analistas es claro: la incertidumbre es tóxica para los inversores, pero no definitiva aún si el nuevo Gobierno mantiene el rumbo marcado
Una cuestión de confianza para los mercados
José Luis Martínez campuzano. Estratega de Citi en España
Los mercados se nutren de confianza: confianza en las empresas, confianza en los bancos centrales, confianza internacional y confianza especialmente en la certeza política que puede condicionar al resto. En definitiva, los inversores financieros pueden tomar decisiones en un escenario de incertidumbre política, pero serán decisiones de corto plazo, siempre susceptibles de deterioro si empeora el propio escenario político. Obviamente, el paso del tiempo en esta cuestión puede llegar a ser muy negativo: se pierde fácilmente la confianza, pero recuperarla puede llevar mucho tiempo. Y, además, cuesta también mucho esfuerzo.
Por el momento no estamos viendo un elevado coste en los mercados financieros derivado de la incertidumbre política. Pero que no sea elevado no significa que no exista. Me refiero, naturalmente, al peor comportamiento relativo de la bolsa y de la deuda frente a nuestros socios europeos de las últimas semanas. Poco significativo en los precios y apenas perceptible en la demanda dado el fuerte interés que siguen atrayendo activos de elevada rentabilidad potencial como sería el caso de los activos españoles.
Aunque lo que puede ser mucho más grave es precisamente el coste de la incertidumbre que a corto plazo no percibimos: me refiero a la inversión productiva frente a la financiera a la que aludía antes.
Y admito que comienzo a estar mucho más preocupado en este aspecto, afectando a proyectos de inversión en curso que pueden ahora aplazarse al mismo tiempo que se deterioran las perspectivas de crecimiento a medio y largo plazo del país. La certeza política a la que me refería al principio, afectando finalmente a todo: mercados financieros, inversión productiva y a la propia sociedad. Quizás tengamos que recordar que la deuda total española supone casi tres veces el PIB y que la tasa de desempleo del 20% actual es la segunda más elevada de la zona euro (y de las mayores entre los países desarrollados).
Algo de cautela en el capital riesgo
Javier Ulecia. Presidente de Ascri
Enfocarse únicamente en la evolución del volumen global de inversión del capital riesgo en 2015 (2.790 millones, 19,5% menos que en 2014) puede llevar a engaño. Porque dicha disminución es debida a la escasez de operaciones de más de 100 millones de euros (sólo 4 en 2015 frente a 11 en 2014) y, aunque dichas operaciones suelan ser realizadas por los grandes fondos internacionales, no es correcto concluir que «los inversores de capital riesgo internacionales han dejado de interesarse por España». Por un lado, ha habido más competencia por parte de compradores industriales y por la apertura del mercado de capitales. Y por otro, esa disminución esconde un comportamiento muy positivo de los dos segmentos del mercado en los que más operaciones se realizan: el «midmarket» (1.366 millones en 46 operaciones, más del doble en volumen y un 70% más en número) y el «venture capital» (585 millones en 457 operaciones, un 80% y un 15% más, respectivamente). Y resulta que en ambos la presencia de inversores internacionales no sólo no ha caíd, sino que ha aumentado. En «midmarket» han pasado de 313 millones a 495 y en «venture capital» han alcanzado la cifra récord de 395 millones invertidos en 83 operaciones (frente a 153 millones y 35), algo impensable hace apenas dos años. ¿Se puede concluir que la incertidumbre política ha influido en la inversión de fondos de capital riesgo en 2015? «Rotundamente no» en los nacionales y «tal vez» en algún caso de los internacionales.
Volatilidad y aumento de la prima de riesgo
Fabio Riccelli. Gestor del FF First Iberia Fund, Fidelity
Sin una coalición clara en el Parlamento, la incertidumbre es alta y podemos esperar largas negociaciones entre los diferentes partidos. Esto es negativo para el mercado español pues los inversores podrían decidir permanecer al margen hasta que se clarifique la situación, y no se avanzará en el frente de las reformas hasta que se forme gobierno. Con altas probabilidades de que se tengan que celebrar nuevas elecciones a comienzos de 2016, esperamos que la prima de riesgo de las acciones españolas aumente.
El fondo permanece muy infraponderado en «utilities» y finanzas, dos de los sectores que podrían sufrir un mayor impacto derivado de estos resultados si una coalición de izquierdas revirtiera algunas de las reformas realizadas. Con un riesgo bajo (0,7 a cierre de noviembre de 2015) y algunas de las principales posiciones siendo compañías españolas pero que operan a nivel global como Amadeus, Inditex o Grifols, pienso que el fondo se encuentra bien posicionado para superar lo que claramente será un mercado volátil en los próximos meses.
La retirada de Wanda, el primer paso
Victoria Torre
Desarrollo de contenidos, productos y servicios Selfbank
Al mercado no le gustan las incertidumbres. Los inversores necesitan saber si la nueva política seguirá la línea de reformas del Gobierno de Rajoy a la luz de las exigencias de Bruselas, si habrá cambios en las leyes o qué ocurrirá en los sectores regulados.
Un ejemplo de ello lo acabamos de vivir con la retirada del grupo Wanda del proyecto de reforma del Edificio España de Madrid, tras no encontrar consenso con el Ayuntamiento de la capital. Por el momento las intenciones de Wanda son las de cerrar la oficina en Madrid y vender el inmueble.
Con el 50% de la deuda y más del 40% de la capitalización de la bolsa en manos extranjeras, un escenario de incertidumbre prolongado sería una invitación para que los inversores foráneos se lo piensen dos veces antes de destinar dinero a proyectos en nuestro país. Las consecuencias de ello parecen claras: el mercado inmobiliario podría dar un paso atrás si perdiera el impulso que le han dado los inversores extranjeros, y el Estado tendría que pagar más por emitir deuda si aquellos deciden vender títulos españoles para incorporar a sus carteras activos más seguros.
La recuperación llega para quedarse
Ignacio de la Torre. Socio de Arcano
La economía es una confluencia de círculos viciosos y virtuosos. La España de hoy se encuentra en un círculo virtuoso. La gente compra, como indican los constantes incrementos de los indicadores de consumo privado, lo que provoca que las empresas inviertan, y al invertir, se suele crear empleo, lo que a su vez genera más consumo, todo apoyado además por una potente industria exportadora.
Sin embargo, la cuestión es otra: ¿pueden los políticos provocar un cambio de dirección desde un círculo virtuoso hacia uno vicioso?
En mi opinión no, ya que las bases de la recuperación (cuyo mérito reside más en la sociedad española que en la clase política) están muy bien sentadas. Es cierto que la situación política podrá ralentizar inversiones, y que la economía podría crecer algo menos de lo esperado (un 2,5% en vez de un 3%) en cualquier caso España seguirá liderando el crecimiento económico de las grandes naciones occidentales. La pregunta clave es ¿vamos a comer menos restaurantes porque tengamos un gobierno en funciones?
Dudas sobre el proceso de reformas
Javier Flores. Servicio de Estudios y Análisis de Asinver
Comenzamos el año igual que finalizó 2015: pendientes de las declaraciones que se van sucediendo por los diferentes candidatos con vista a esclarecer que partido, o partidos, podrán formar gobierno en esta próxima legislatura en España, así como del desarrollo del proceso independentista en Cataluña. También es cierto que España se ha mantenido al margen del avance en las bolsas en 2015. En la renta fija también se llega a percibir el reflejo de la inestabilidad política que ralentiza la caída de rentabilidades favoreciendo el repunte de la prima de riesgo desde los 113 puntos, con los que terminabamos el año. Sin embargo, la buena noticia, al margen del interés estrictamente político de la situación actual y desde el punto de vista económico, es que tras una primera reacción negativa sobre la situación española, el mercado se ha ido sobreponiendo. Si bien los inversores cuentan con la volatilidad y cierto freno al proceso de reformas, ni mucho menos consideran como escenario central un peor desempeño de la economía española o agravamiento del contexto político.
Momento para extremar las precauciones
Rodrigo García. Analista de XTB
No corren buenos tiempos para la «marca España». Además de la inestabilidad y la incertidumbre económica que azota al mundo en estos días, nuestro país cuenta con unas particulares circunstancias que pueden hacer que los inversores internacionales extremen, más si cabe, la cautela a la hora de invertir.
El progreso económico siempre ha venido en momentos en los que las instituciones públicas facilitaban el avance económico. Si bien es cierto que la incertidumbre actual tiene su procedencia en mayor medida en causas globales, la dificultad que puede existir en España actualmente para tener un Ejecutivo estable y de garantías puede hacer que las instituciones vuelvan a ser, como en los peores años de nuestra Historia, un escollo más que un impulso, un obstáculo más que un avance. Por otro lado, el proceso secesionista iniciado en Cataluña no ayuda demasiado. Cuando los intereses de las instituciones están totalmente alejados de los problemas y necesidades reales de consumidores y empresas, es normal que los agentes privados no desborden entusiasmo y la economía se resienta en el medio plazo.
En definitiva, un problema más por el que preocuparse en el ya de por si complicado escenario actual.
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