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El capital mexicano apuesta por España

El capital mexicano apuesta por España
El capital mexicano apuesta por Españalarazon

Firmas como Panrico, Avanza, Yelmo Cines, FCC o Campofrío están ahora en manos de empresarios procedentes del país azteca.

«Fecundo pasado, dinámico presente, ilimitado futuro. Ésta es la instantánea que ofrecen nuestras relaciones». De esta forma se refirió el Rey Felipe VI, durante su primera visita de Estado a México, el pasado mes de junio, a los profundos lazos que unen a España con la mayor nación hispanohablante del mundo. Un vínculo cultural y político, pero sobre todo económico. Y es que el país presidido por Enrique Peña Nieto es, además de un importante socio comercial, es una fuente inagotable de capital para las compañías españolas. Los grandes patrimonios mexicanos han multiplicado sus inversiones en nuestro país en los últimos años. Cines, centros comerciales, cadenas de restauración, autobuses, medios de comunicación, bancos, constructoras, firmas de alimentación... Prácticamente ningún sector ha escapado a la oleada de inversiones provenientes del gigante latinoamericano.

Para encontrar la primera gran operación mexicana en España hay que remontarse a la década de los noventa cuando la estatal Pemex adquirió un 5% de la petrolera española Repsol. Desde entonces, los acuerdos han ido cayendo con cuenta gotas, hasta 2012. En la peor fase de la crisis en España, las operaciones se multiplicaron. Adquisiciones como la protagonizada por el grupo mexicano Sigma Alimentos, que controla el 100% de Campofrío, o las recientes compras de Yelmo por Cinépolis y Avanza por Grupo ADO son sólo un ejemplo del voraz apetito que despierta el mercado español entre los grandes patrimonios del país azteca.

«Los grandes patrimonios mexicanos conocen la capacidad de las empresas españolas, su buena gestión y su tecnología porque están instaladas allí y les genera confianza. También han visto la política del Gobierno de apoyar el crecimiento a través de las empresas y los bajos precios consecuencia de la crisis. En definitiva, han visto en la crisis económica una gran oportunidad para penetrar en España y en el mercado europeo», apunta Ramón Casilda, profesor del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB) y consultor de negocios para América Latina.

Un sector que ha concentrado un buen número de operaciones es el financiero. Los bancos, sumergidos en un arduo proceso de recapitalización como parte del programa de saneamiento y reestructuración del sector, han recibido como agua de mayo los millones procedentes de los inversores mexicanos. Entre los grandes patrimonios que han apostado por entidades españolas figuran David Martínez, presidente del fondo estadounidense Fintech, que se ha hecho con el 5% del Banco Sabadell; así como Ernesto Tinajero, tercer mayor accionista de Liberbank, después de que el pasado ejercicio tomara el control del 7% de los títulos de la entidad. Por su parte, Banco Popular cerró a finales de 2013 un acuerdo con el banco mexicano BX+ para dar entrada a un grupo de inversores en el capital de la entidad a través de una ampliación de 450 millones de euros. Los nuevos accionistas, liderados por la familia Del Valle, tendrán un 6% del capital del Popular. La saga Del Valle, de origen asturiano y encabezada por Antonio del Valle, es la séptima fortuna de México con un patrimonio de 4.940 millones de euros, según la revista Forbes.

En lo que respecta al área inmobiliaria, una de las operaciones más destacadas del año ha sido la compra, por parte de un inversor privado de origen mexicano cuyo nombre no ha trascendido, del edificio Gran Vía 14 de Madrid por 21 millones de euros. Por su parte, el magnate inmobiliario mexicano Moises El-Mann cerró a finales de 2013 la compra al fondo británico Moore Park de una cartera de de Banco Sabadell (228 oficinas y 133 plazas de aparcamiento) por cerca de 300 millones de euros.

Sin embargo, si hay una operación que ha sobresalido de las demás en el mercado inmobilario español es la Oferta Pública de Adquisición (OPA) que Carlos Slim lanzó en noviembre de 2014 y gracias a la cual el pasado mes de julio se convirtió en el principal accionista de Realia con un 25,10% de los títulos de la compañía. Entre las propiedades de la inmobilaria, que cuenta con un patrimonio de 419.000 metros cuadrados de edificios, están las Torres Kio de Madrid. Y es que el segundo hombre más rico del mundo es, de largo, el inversor más activo en España. En 2012 le compró 439 sucursales a La Caixa por 490 millones de euros y cuenta con cerca del 1% de las acciones de la entidad catalana. Además, Slim también se ha convertido en el primer accionista de FCC, con la compra del 25,63% de la constructora por 650 millones de euros, acabando con más de medio siglo de control de la familia Koplowitz.

En opinión de Casilda, operaciones como la que Slim ha realizado en FCC, responden a la necesidad que arrastran las compañías mexicanas de internacionalizar su actividad y acumular experiencia en la gestión de multinacionales. «El gran reto que tienen las grandes empresas latinoamericanas es internacionalizarse. Con las empresas que ellos adquieren en España también pueden acceder, además de a Europa, al propio mercado latinoamericano. Sus compañías, al no estar internacionalizadas, van a apoyarse en las españolas que ya tienen una importante presencia en estos mercados», subraya el docente.

Otros negocios donde ha irrumpido con fuerza el capital mexicano son el sector del transporte, con la compra de Avanza, la mayor empresa española de transporte en autobús, por el Grupo ADO –operación valorada en 800 millones de euros–; el de la alimentación, con el desembolso de 190 millones por parte del Grupo Bimbo para hacerse con Panrico; y el cambio de propietario de las 414 pantallas con las que cuenta la española Yelmo Cines que pasan a manos de la mexicana Cinépolis.