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El Eurogrupo termina sin un acuerdo y pide a Grecia que negocie «seriamente»

El ministro de Finanzas griego, Yanis Varufakis, saluda al ministro de Economía español, Luis de Guindos
El ministro de Finanzas griego, Yanis Varufakis, saluda al ministro de Economía español, Luis de Guindoslarazon

Los jefes de Gobierno se reunirán el lunes con Tsipras tras el último fiasco en la negociación.

Todo apuntaba a que Grecia se enfrentaba ayer a su última oportunidad para cerrar un acuerdo con las instituciones europeas, pero el Eurogrupo celebrado en Luxemburgo no era testigo de una negociación real, sino apenas un debate preliminar, de cara a la próxima cumbre de líderes de la eurozona sobre Grecia que se ha convocado de urgencia para el próximo lunes. Será entonces el propio Alexis Tsipras quien se juegue el tipo delante de sus socios, perseguido por el fantasma del «Grexit».

Ayer, no sólo no hubo acuerdo entre Atenas y Bruselas, sino que tampoco hubo ningún progreso. Grecia sigue apurando al máximo su tiempo para encontrar los puntos en común con Europa que le permitan seguir recibiendo financiación. El próximo día 30 de junio expira su actual rescate y en esa fecha tiene que hacer frente a un pago al Fondo Monetario Internacional (FMI) por importe de 1.600 millones de euros, correspondientes a las devoluciones agrupadas de préstamos para este mes.

Sin avances

«Empiezo por Grecia, dada la urgencia de la situación. El Eurogrupo hizo un balance de la situación en Grecia, y es lamentable tener que decir que se ha avanzado poco entre las instituciones y Grecia y que no hay un acuerdo a la vista», señalaba en rueda de prensa el presidente del Eurogrupo, el socialista holandés Jeroen Dijsselbloem.

En los próximos doce días la Unión Europea sigue asegurando que hay cabida para todo, desde un acuerdo siempre que Grecia cumpla con las condiciones que las instituciones le piden o lo contrario. «La pelota sigue en el tejado griego», insistía ayer el presidente del Eurogrupo. «Seguimos empeñados en un futuro para Grecia dentro de la eurozona, pero si es imposible estamos preparados para cualquier eventualidad», añadía.

A estas alturas de la partida, desde la Comisión se sigue afirmando que todavía no ha recibido propuestas reales por parte de Grecia. La negociación está bloqueada. «Lo que han presentado las instituciones es razonable. No va a acabar con el destino de las clases populares griegas, pero las reformas tienen que ser creíbles y serias, con negociadores que van de buena fe a las negociaciones», señalaba el comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici.

Desde el Eurogrupo y la Comisión se lanzaba ayer un mensaje contundente a Grecia. «Enviad propuestas coherentes y creíbles y habrá acuerdo para tener una prórroga del rescate actual». Bruselas ya sólo se plantea como posibilidad una prórroga del programa vigente porque no hay tiempo para negociar otro nuevo. Si Grecia no accede, podría correr «una suerte catastrófica», en palabras de Moscovici.

No habrá «periodo de gracia»

Ante los persistentes rumores sobre un posible impago al Fondo Monetario Internacional (FMI), su directora, Christine Lagarde, lo dejó ayer claro: si Grecia no paga el 30 de junio incurrirá en un «default» –impago– al día siguiente. De ese modo, Lagarde advirtió a Atenas de que no hay un «periodo de gracia», como se había especulado hasta ahora. En teoría, en caso de no cumplir con los plazos, el Fondo activa un mecanismo de avisos al país en cuestión que se pueden alargar entre uno y dos meses. «No podemos privilegiar a un país u otro», justificó.

La falta de acuerdo también ha disparado las alarmas sobre una potencial fuga de depósitos masiva y la necesidad, por tanto, de establecer controles de capital, aunque el Ejecutivo heleno descartó ayer esa opción. Según estimaciones del sector bancario, recogidas por la agencia Reuters, en los últimos tres días se retiraron hasta 2.000 millones de euros de cuentas particulares.

Por ese motivo, las mismas fuentes bancarias apuntan que el aumento en 1.100 millones de la línea de emergencia a la liquidez (ELA) es «insuficiente». El Banco Central Europeo (BCE) tomó el miércoles la decisión de elevar hasta los 84.100 millones el acceso al ELA para los bancos helenos. La liquidez del sector, sin embargo, alcanza su nivel más bajo en la última década.

La institución presidida por Mario Draghi tiene la sartén por el mango. Esta semana, el dirigente del BCE mantuvo un perfil bajo en las negociaciones y dejó a los líderes políticos todo el peso de tomar una decisión. Por otro lado, en caso de ruptura, impago o simplemente a modo de medida de presión, la banca europea puede cortar el grifo de la liquidez a Grecia –única vía de financiación–, lo que provocaría el colapso del sector bancario del país y un inevitable corralito.

Con el 30 de junio como fecha límite, cuando expira la prórroga del segundo rescate, los próximos días serán decisivos para el futuro de Grecia y Europa. También para el porvenir del matrimonio de Tsipras. Según filtraciones en la revista británico «The Times», el primer ministro heleno habría dicho al presidente galo, François Hollande, que si cede en el recorte de pensiones y salarios, «no sólo se rompe mi Gobierno, sino que mi mujer me deja». La cónyuge, Betty Batziana, fue la que empujó a Tsipras a implicarse en política cuando eran jóvenes. Parece que el líder griego no sólo encuentra obstáculos entre los acreedores, en Grecia y en su Gobierno, sino también en su propio hogar.