Inflación
El Gobierno cree que en 2014 la economía crecerá más del 1%
El Consejo Empresarial para la Competitividad aventuró la semana pasada que la economía española crecerá el próximo año un 0,9% en términos de PIB, dos décimas más que las previstas por el Gobierno en los Presupuestos Generales del Estado para el próximo año. ¿Manejan información diferente que la del Ejecutivo o la del Banco de España? No, simplemente están convencidos por la marcha de sus propias empresas que la recuperación de nuestra economía va a ser más rápida y más intensa que la que prevé la mayoría de analistas.
Según ha sabido LA RAZÓN, el Gobierno ha preferido confeccionar unos presupuestos sobre la base de un cuadro macroeconómico con previsiones más modestas, aunque maneja informes que aseguran que el PIB puede crecer en el conjunto del año por encima incluso del 1%.
La economía española, como los mercados, exagera en cualquiera de los sentidos las noticias procedentes del exterior o de los organismos internacionales. De ahí que el Ministerio de Hacienda haya preferido cifrar el crecimiento para el próximo año en un conservador 0,7% y calcular sobre esa base los ingresos tributarios a sabiendas, incluso, de que dentro de unos meses tendrá que elevar su previsión.
Eso es lo que ha pasado este mismo año. En abril, el Gobierno pronosticó un crecimiento del 0,5% que ha incrementado en dos décimas al presentar en el Congreso de los Diputados las cuentas para el próximo ejercicio.
Tanto el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, como el de Economía, Luis de Guindos, saben las consecuencias que una modificación a la baja pueden tener para la economía española y su reflejo en los mercados.
La estabilidad económica en los últimos doce meses (una vez acabada la crisis de la deuda soberana del verano de 2012) ha permitido a España reducir el sobrecoste de la financiación de la deuda a unos niveles soportables, en torno a los 240-250 puntos básicos.
Baste recordar que el 24 de julio de 2012 el diferencial del bono español a diez años con el bono alemán llegó a superar los 640
puntos básicos, un nivel que abocaba a nuestro país al rescate.
La economía española es muy sensible a cualquier imprevisto. Prueba de ello es que la variación intertrimestral del PIB ha sufrido una ralentización que podría servir de ejemplo a otras economías.
En el cuarto trimestre del pasado año, la recesión marcó su suelo cuando la economía redujo su actividad en un 0,8%. En el primer trimestre de este año, el PIB cayó un 0,4% y en el segundo trimestre, apenas un 0,1%.
Tanto el Gobierno como el Banco de España confían en que durante el verano, en el tercer trimestre del año, la economía haya cambiado de signo y haya vuelto al terreno positivo o en el peor de los casos haya detenido su caída. El próximo día 30, el Instituto Nacional de Estadística (INE) tiene previsto publicar el avance de la contabilidad oficial, que será publicada de manera pormenorizada en el mes de noviembre. El Boletín Económico del Banco de España habla ya de la posibilidad de un leve avance del Producto Interior Bruto, en la misma línea de las últimas declaraciones tanto de Montoro como de De Guindos.
El escenario de un crecimiento por encima del 1% del PIB es contemplado no sólo por las últimas previsiones que maneja el Ejecutivo sino por varios análisis independientes.
En este sentido, tanto BBVA como Barclays apuntan a que la recuperación rondará el 0,9% del PIB, por encima de la establecida en los PGE de 2014. Por su parte, la entidad británica también se apunta a una salida de la crisis más firme que la que vaticinan otros organismos como el FMI, que en su última revisión al alza elevó dos décimas su proyección para España hasta el 0,2%, un escenario extremadamente conservador.
Más allá va la Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas), que en la última actualización de sus previsiones de crecimiento para nuestro país el año próximo apunta a una recuperación del 1%. De cumplirse unas previsiones cercanas a éstas la incidencia positiva en el mercado laboral se notará con mayor intensidad en la creación de puestos de trabajo. Todos los análisis en este sentido apuntan a que la tasa de desempleo quedaría más próxima al 25% que al 26% que comportaría un crecimiento en el entorno del medio punto porcentual.
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