Ayuntamientos
El IBI subirá
Un 10% anual podría subir la cuota del IBI en el Ayuntamiento de Madrid
Los ayuntamientos deberán incrementar sus ingresos para contribuir a reducir el déficit. Este impuesto puede llegar a suponer hasta el 70% de la recaudación de muchos municipios.
De los 2.000 millones de euros que deberían ajustar los ayuntamientos para contribuir a reducir el déficit y cumplir con Bruselas, la mitad procedería de la partida de ingresos. Y teniendo en cuenta que el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) llega a suponer hasta el 70% de la recaudación de muchos municipios, pocos dudan de que se avecinan subidas generalizadas de este tributo.
El IBI representa entre el 25 y el 40% de los ingresos de los entes locales. No obstante, sumando las aportaciones del Estado, supera el 50% en la mayoría de los casos, por lo que constituye la base de la financiación municipal. Al tratarse de la vía de recaudación más importante para los ayuntamientos, es con la que pueden jugar en mayor medida para ajustar sus presupuestos. Marcos Fernández, de Ayming, explica que los ayuntamientos controlan este impuesto aprobando el tipo impositivo por el que se liquida la base liquidable –el valor catastral o un submúltiplo de éste–. Por tanto, si un consistorio tiene que recaudar más de un año a otro inevitablemente debe tocar la partida de recaudación en IBI. Además del IBI, Fernández recuerda que las entidades locales se financian a través de otros impuestos directos, como el IAE (Actividades Económicas), IVTM (Impuesto de Circulación o numerito del coche) y la plusvalía municipal (IIVTNU) -el único que puede competir a efectos de recaudación con el IBI, aún quedándose a un 0,25% en las grandes ciudades.
En cuanto al IAE se refiere, suele ser un tributo de fácil modulación en época de urgente recaudación. Pero, al tratarse de un impuesto que pagan únicamente aquellas empresas que facturan más de un millón de euros, no afecta al total de la población, por lo que pasa más desapercibido y salva de la criba a la persona física. Como todavía queda mucho tiempo para que vuelvan a celebrarse elecciones municipales, «los ayuntamientos aprovecharán este año para aplicar los ajustes que puedan en los tributos que más recaudación directa les aporten. Y es que, tradicionalmente, en el segundo año de legislatura es cuando se pueden introducir medidas impopulares sin tener consecuencias políticas», apostilla.
El IBI ha subido, sube y seguirá subiendo por muchas vías diferentes, ya que cada municipio es un mundo. Mientras que a algunos se les ha impuesto una subida obligatoria de impuestos al haber sido intervenidos por el Estado, otros han aumentado directamente el tipo impositivo en la ordenanza fiscal. También hay quienes se han acogido a unos coeficientes de actualización del valor catastral –del que depende directamente el recibo– que suponen un incremento de hasta un 13% de los valores, e incluso quienes simplemente están cumpliendo lo que marca la normativa de aumento de bases liquidables dentro de los 10 años de duración del ciclo catastral. En cualquier caso, Francisco Hermida, abogado y arquitecto técnico en Escada abogados, admite que la tónica general es que el recibo del IBI haya venido subiendo en los últimos años, aunque existan excepciones. Y a pesar de que las razones sean numerosas, «detrás de todas ellas está el afán recaudatorio de la Administración Central y Local».
De manera general, explica Fernández, se establece que el tipo impositivo puede variar entre el 0,4 y el 1,1% –con excepciones tanto por debajo como por encima desde el 0,2 hasta el 1,3%–. Madrid, por ejemplo, lo tiene fijado en 0,51%, por lo que, simplemente con aprobarlo en pleno, todos los madrileños podrían pagar el doble.
Si bien hasta 2012 el margen de maniobra de los ayuntamientos a la hora de controlar el recibo del IBI era casi total, ahora se ha visto notablemente cercenado con el objetivo de atajar el déficit público. Hermida asegura que, a la vista de los recortes de gasto y de la necesidad de incrementar la recaudación, «el IBI se verá afectado». La tributación por este impuesto es muy diferente entre municipios, y así lo serán también los efectos de las subidas que se pudieran aplicar. Pese a la complejidad de vaticinar la cuantía de la subida, el experto de Escada Abogados apuesta por incrementos del 10%, aunque no sabe si cada año, cada dos años o cada cinco. Hermida también esclarece que cuanto mayor sea la recaudación municipal por este impuesto menores serían las aportaciones del Gobierno Central.
Principales gastos
Pese a que la Ley de Bases de Régimen local y la legislación posterior, tanto del Estado como de las comunidades autónomas –que tienen competencias sobre el régimen local–, establezcan una serie de materias típicas de la competencia local –por ejemplo, Urbanismo, Promoción y Gestión de la vivienda de protección pública, Medio ambiente y abastecimiento de aguas, Policía Local, Ferias, abastos, mercados, lonjas y comercio ambulante, cementerios y actividades funerarias, alumbrado público, recogida de basuras, transporte público...–, lo cierto es que «los municipios asumen otras competencias en materias que en principio no les corresponden y les suponen cuantiosos gastos, como en Educación o protección de la salud». Y, según Zornoza, esas competencias impropias suponen para los municipios, en especial para las grandes ciudades, niveles de gasto muy elevados que no siempre pueden financiar, lo que explica sus problemas financieros. «En todo caso, el volumen de gasto que cada municipio destina a cada una de esas competencias es variable y depende de las preferencias políticas y la orientación de cada gobierno local», apostilla.
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