Macroeconomía

«El mundo necesita que los países del euro vuelvan a crecer más del 2,5%»

David Cano, director general de Afi
David Cano, director general de Afilarazon

«Aunque el crecimiento estadounidense está por debajo de su potencial, es tiempo de que la Fed retome el camino de la normalización monetaria», afirma David Cano, director general de Afi.

La economía mundial no termina de acelerar. Este año crecerá en torno al 3%, un ritmo bastante inferior al 5% que llegó a registrar décadas atrás. David Cano asegura que es necesario encontrar nuevos motores que impulsen el PIB. Asimismo, el director general de Afi considera que los principales desafíos para el G20 deberían pasar por lograr el compromiso de que cada país cumpla su asignatura pendiente, ya sea la reducción del déficit público, el estímulo de la demanda, la paulatina normalización de las políticas monetarias o las reformas estructurales.

– ¿Por qué la economía mundial no acelera?

– Se espera que este año crezca a tasas del 3%, lo que significaría repetir la de los últimos años. De esta forma, no estamos asistiendo a la deseada aceleración que lleve el crecimiento mundial hacia cotas en el rango 4-5% –como las de 2010 o las de antes de la Gran Recesión–. Y no lo hace porque se han ido sucediendo los «lastres». Es decir, el bloque económico que, o bien sufría una recesión, o bien se desaceleraba. El principal contribuidor al crecimiento mundial es China, que explica prácticamente el 50% del total. Pero este país ha ido perdiendo tasa de avance: desde el 10% de 2009 hasta el 6,5% actual. Es necesario encontrar motores que lo compensen. Estados Unidos lo ha hecho, pero no lo suficiente. Y el área euro ha sido la gran decepción.

– ¿Qué importancia tiene Europa para la marcha de la economía global?

– El área euro es la segunda potencia económica, por lo que es obvio su papel en el dinamismo. El PIB de la UME consigue avanzar al 1,5% y ha evitado el riesgo de tercera recesión del que advertíamos a finales de 2014. Pero está claro que no es suficiente. El mundo necesita que los países que compartimos el euro volvamos a exhibir tasas de crecimiento superiores al 2,5% y, para ello, es imprescindible que se dinamice la inversión empresarial.

– ¿Qué tipo de reformas deben acometerse en la eurozona para impulsar el crecimiento?

– Depende del país al que nos refiramos. En España y Portugal, tras los ajustes realizados entre 2009 y 2013, es necesaria una reducción del déficit público. Italia y Francia requieren reformas que permitan volver a ganar competitividad internacional. Italia, además, necesita una recapitalización de su sistema financiero. En Alemania existe margen para el estímulo al crecimiento vía gasto público e inversión en infraestructuras.

– Hoy en día, ¿cuáles son los principales lastres económicos en el mundo?

– En la actualidad, uno de los principales lastres es Brasil –séptima economía del mundo–, que está en recesión, así como el pobre crecimiento de Rusia –la décima– o de Japón. La tercera economía del mundo apenas avanza a ritmos del 1,0%, lo que supone, una vez más –y ya van muchas en las últimas tres décadas– una decepción.

– ¿En qué medida continúa preocupando China?

China continúa con su proceso gradual de transformación económica que, de forma indefectible, llevará a un crecimiento menor, aunque más sostenible. La inversión, que supone un 45% del PIB, está moderando su aportación a favor de un consumo que, de momento, apenas pondera un 35%, mientras que los servicios toman el relevo a la industria. El gran riesgo de aquella economía es la elevada deuda de las empresas, que se acerca al 200% del PIB, ya que una parte de la misma no puede pagarse al estar financiando proyectos no rentables, además de un importante stock de viviendas sin vender.

– ¿Hasta qué punto depende la economía mundial de Estados Unidos?

– EE UU sigue siendo, junto con China, uno de los motores. Por su elevado tamaño, representa más de un tercio del PIB mundial. Aunque el crecimiento (2,0%) está por debajo del potencial, es tiempo de que la Fed retome el camino de la normalización monetaria. No defiendo una política monetaria restrictiva en EE UU, pero hay que ir poniendo fin a una excesivamente laxa que puede generar no sólo riesgos para la estabilidad de los precios al consumo (IPC) sino de ciertos activos, especialmente inmobiliarios y acciones.

– ¿Cuáles considera que deberían ser los principales desafíos para el G20?

– Conseguir el compromiso de que cada país cumpla su asignatura pendiente: reducción del déficit público, estímulo de la demanda, paulatina normalización de las políticas monetarias y reformas estructurales.