Tecnologías de la Información
Espacios de «coworking», un fenómeno al alza
España es el tercer país del mundo con más espacios compartidos. Multinacionales, banca o socimis se han unido a la nueva forma de trabajo.
Hacia 2010 los espacios de trabajo compartido, es decir, el fenómeno «coworking», tomaban impulso en España. Esta nueva forma de entender el trabajo se convirtió, durante los peores años de la crisis económica, en un mercado emergente, generado por las necesidades de las pymes que, entonces, no podían hacer frente a desorbitados alquileres.
Sin embargo, en estos ocho años, los espacios de trabajo compartido han experimentado una gran evolución a la par que han fomentado nuevas tendencias en el mercado laboral. Actualmente, existen en el mundo cerca de 14.000 oficinas «coworking». En España, ya hay más de 900 espacios también denominados «coliving» – el 78% de ellos se sitúan en Madrid y Barcelona–, lo que convierte a nuestro país en el tercero con más oficinas de este tipo por detrás de Estados Unidos y Alemania. «Están teniendo muy buena acogida en España, que, de hecho, es uno de los países más vanguardistas en cuanto al trabajo flexible. El tejido industrial emprendedor es muy importante, y hay mucha demanda de este tipo de lugares», explica Philippe Jiménez, «country manager» de Spaces.
Sin embargo, ¿cuáles son las ventajas que ofrecen a los empresarios estos entornos? Carles López, director de Crec Coworking, afirma que «los coworkings son espacios pensados y destinados a facilitar momentos de colaboración. Desde este punto de vista, se hacen formaciones empresariales, talleres de carácter más lúdico, «networking» profesional o social destinado a crear espacios que permitan a los «coworkers» conectar de forma natural. Cada «coworking» tiene un estilo marcado y los eventos acostumbran a ser muy coherentes con el tipo de comunidad que tienes». Además, entre las ventajas más destacadas se encuentra el ahorro económico: la reducción de costes en cuanto a espacio de trabajo y la generación de mayor capital intelectual y creativo son elementos claves por los cuales las empresas –tanto pymes como grandes compañías– están apostando por este tipo de espacios. Un ejemplo de ello lo encontramos en el sector bancario, que se inició en el coworking en el año 2015. Fue entonces cuando Banco Santander incorporó el «coworking» y el trabajo flexible a sus proyectos. Desde entonces, el banco no sólo ha experimentado un ahorro económico significativo, sino que, además, la productividad de sus empleados mejoró entre un 5 % y un 10%. Tras casi una década en marcha, el fenómeno «coworking» ha conseguido posicionarse como una de las mejores formas de trabajar: saludable, creativa y cooperativa, hasta el punto de que hoy en día existe el «Día Internacional del Coworking», que se celebra el 9 de agosto. Jiménez considera que «lo más positivo de este entorno tan heterogéneo es que permite que las pequeñas empresas puedan estar en contacto con otras más grandes y, a su vez, las grandes empresas los vean como viveros de talento». De hecho, el escenario «coworking» se ha traducido como una de las mejores formas para potenciar redes «networking», tal y como apunta Hermarta, empresa especializada en el equipamiento integral de espacios de oficinas.
Tres de cada cuatro «coworkers» utilizan un espacio de «coworking» para estar mejor conectados con otras personas y casi un tercio espera adquirir, a través de sus actividades como «coworker», nuevos clientes y proyectos innovadores. En general, el índice de satisfacción sobrepasa el 80% entre los inquilinos de estos espacios, tal y como apunta Bee Lab Coworking.
Especialización
Los clientes de estos espacios conforman a día de hoy un sector totalmente heterogéneo. «Existen diferentes espacios de ‘‘coworking’’, algunos especializados en arquitectura, en ‘‘start-ups’’ tecnológicas, etc. Sin embargo, aunque a lo largo de estos años nos hemos encontrado con perfiles más clásicos en un «coworking» como diseñadores gráficos, profesionales del marketing digital o programadores, también puedes encontrar agencias de viajes, marcas como Rubycup –que lidera el mercado de las copas menstruales– o Netmentora, que es la mayor asociación de empresarios de Europa dedicada al apoyo al emprendedor. Al final, lo más importante para poder crear conexiones de valor entre ellos es que los «coworkers» tengan definido su proyecto. Eso es lo que te permite que esas sinergias tengan un valor real», explica el director de Crec Coworking. Por su parte, el «country manager» de Spaces destaca la incorporación de grandes corporaciones e incluso socimis a esta nueva forma de entender trabajo. «Todas las socimis nos conocen e, incluso, nos llaman para contar con nuestra presencia y que sus edificios tengan ese servicio. También están comprando empresas del sector. Observar que estas grandes empresas, tradicionales, están dando el salto hacia este nuevo modelo de trabajo flexible quiere decir que no hay marcha atrás. Además, existe un cambio en la forma de trabajar: cada vez hay más freelances y gente que trabaja a tiempo parcial para conciliar y que no quiere dedicar todo el tiempo al trabajo. Trabajan de forma distinta». Según la encuesta de Bee Lab Coworking, casi el 80% de los participantes espera en 2018 un aumento en el número de miembros, y tres cuartas partes mayores ingresos, además de un vínculo más fuerte con los miembros de su comunidad. En general, casi el 60% están planeando más eventos para el próximo año así como expandir sus espacios de trabajo».
Los millenials: el futuro de los espacios corworking
La denominada Generación Z tiene mucho que ver en el presente y el impulso futuro de los espacios coworking. Los millenials son la generación del constante cambio para quienes el coworking tiene un rol esencial en su desarrollo profesional. Instalaciones como las de Space ofrecen espacios totalmente equipados con las últimas tecnologías, cuentan con zonas de ocio con un billar, un futbolín o una terraza, para que los profesionales puedan combinar sus horas de trabajo con momentos de relax. “Resultan un entorno perfecto para el público millenial. Son emprendedores natos y tecnológicos, por lo tanto, para atraer y retener su talento en las organizaciones son necesarios entornos de trabajo abiertos y flexibles en los que puedan relacionarse. Así, muchas empresas sustituyen una parte de la remuneración por una parte de espacio, libertad y flexibilidad de trabajo, algo que demanda esta generación para poder conciliar su empleo con su vida personal”, explica Philippe Jiménez.
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