Economía
Europa es envidiable
No se trata de mirarse el ombligo y estar muy contento por haberse conocido. El eurocentrismo, está claro, impide la autocrítica. Los países de la UE deben trabajar porque su riqueza alcance a todos... y empuje una cohesión cada vez más necesaria.
No se trata de mirarse el ombligo y estar muy contento por haberse conocido. El eurocentrismo, está claro, impide la autocrítica. Los países de la UE deben trabajar porque su riqueza alcance a todos... y empuje una cohesión cada vez más necesaria.
Economía colaborativa, IPC, pensiones, sueldos miseria, bonus... En la actualdiad, la economía –o mejor dicho, las nuevas formas de economía y de relaciones económicas– parecen haber llegado para quedarse. Hoy, las diferencias entre los socios de la Unión Europea llevan camino de cambiar ante la influencia y la pujanza de nuevas potencias económicas, en Asia fundamentalmente. Entre los miembros de la UE, la riqueza de la población va por países.
En este sentido, los líderes absolutos son los luxemburgueses, con un 30% más que la media europea. En el pelotón de cabeza se encuentran los ciudadanos de Alemania y Austria, con un 20 por ciento por encima, seguidos de cerca por Reino Unido, Finlandia, Bélgica, Holanda, Francia y Suecia, más de un 10% por arriba. En el otro extremo de esta novísima entrega de «la riqueza de las naciones» están los más «pobres»: en este apartado, los mejor situados entre los ciudadanos de países con valores negativos son Italia, Irlanda y Chipre, a solo un 10% de la media de la Eurozona. De cerca le siguen los españoles, lituanos, portugueses y los checos, a menos del 20%. A una distancia prudencial de los demás, por encima del 30%, se encuentran los habitantes de Estonia, Letonia, Rumanía, Hungría, Croacia y Bulgaria. Para los que gusten de lamentarse, decirles que no están tan mal según con quien se comparen. Si salimos de este paraíso de riqueza, del Estado de Bienestar y la Seguridad Social, la situación es para echarse a temblar.
En la actualidad, el PIB per capita de Europa Occidental es ligeramente inferior a 40.000 dólares; el de África subsahariana es 3.500 dólares (11 veces menos). Si lanzamos la vista atrás veremos cómo a los que les va bien les ha ido en estos años mucho mejor: en 1970, el PIB per capita de Europa Occidental era 18.000 dólares, y el de África subsahariana, 2.600 dólares (siete veces menos). La conclusión a todo ello es fácil de obtener. Dado que los habitantes de África pueden multiplicar sus ingresos por 10 si emigran a Europa, no es extraño que, a pesar de todos los obstáculos que se les ponen en el camino, sigan viniendo a este continente «de ricos». Para los que lo analizan todo, un apunte: las diferencias entre europeos, y sobre todo entre europeos y africanos –por ejemplo– no es sólo económica. Tras ello llega un sinfín de desigualdades en libertades y derechos, en la igualdad de oportunidades entre sexos, en el acceso a la educación... En esto último también Europa es rica. Muy rica.
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