Lucha contra el desempleo

Hora de nuevas reformas

La Razón
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El esfuerzo realizado en octubre por las empresas en materia de contratación ha dado una buena bienvenida al nuevo Gobierno, lo cual debería transformarse en confianza para afrontar las siguientes reformas que necesita nuestro mercado de trabajo. En este momento, algo más de la mitad del empleo que se genera en Europa tiene su origen en España. A pesar de tratarse de un mes tradicionalmente anodino para el empleo, en octubre se han firmado más cien mil nuevas afiliaciones a la Seguridad Social, cifra que supera tres veces el registro alcanzado el año pasado. Por lo tanto, el flujo que se está produciendo desde el paro al empleo es positivo, a pesar de que también se ha incrementado el número de parados registrados en casi 45.000 personas, el menor repunte desde 2007. Otra cosa muy distinta es el insoportable stock de desempleados que tenemos todavía y que supera los tres millones y medio. Podemos afirmar objetivamente que la reforma laboral de la Ministra Báñez ha sido positiva porque, por un lado, ha ayudado a que no desaparezcan muchas de las empresas que estaban en una situación muy complicada y, por otro, ha facilitado la creación de empleo. Pero la macro no puede impedirnos ver lo micro, en el sentido de que una parte importante de nuestro tejido productivo ha desaparecido, numerosos empresarios han quedado arruinados y mantenemos aún una elevada tasa de desempleo. Hay que reaccionar. En términos globales la situación es positiva, así que tenemos que aprovechar para acordar, dentro del diálogo social, los siguientes pasos en la modernización de nuestro marco laboral, antes de que una negativa situación económica nos empuje a hacerlo a toda prisa. Empresarios y trabajadores tenemos que aprovechar la oportunidad del próximo Acuerdo de Negociación Colectiva (ANC) para abordar de una forma abierta y global todas las necesidades que tenemos para ser más competitivos, dentro de un ámbito de estabilidad y aportando como ventaja competitiva la innovación y no unos salarios bajos. El nuevo ANC debería superar el debate estrictamente salarial y afrontar todas las necesidades del mundo empresarial en materia laboral. Tendríamos que analizar en serio la aplicación de la flexiseguridad que ya utiliza Europa y que se basa en favorecer la flexibilidad en el puesto de trabajo, a cambio de garantizar la seguridad en el mundo del empleo.

*Portavoz de CEIM-CEOE