La Comisión no dará respiro a Portugal

Portugal debe cumplir con el objetivo de reducción del déficit público para este año, sí o sí. Los portavoces comunitarios volvieron a señalar ayer que Lisboa tiene que poner en marcha medidas alternativas.

Portugal debe cumplir con el objetivo de reducción del déficit público para este año, sí o sí. Los portavoces comunitarios volvieron a señalar ayer que Lisboa tiene que poner en marcha medidas alternativas que permitan cerrar 2013 con un 5,5% de déficit público y que debe hacerlo «rápidamente». La Prensa lusa da por hecho que esta semana el Ejecutivo del país desvelará estos ajustes, lo que coincidiría con la cita de Dublín que reunirá a los socios de la zona euro este viernes y sábado. Todo indica que, tal y como están las cosas, estos nuevos recortes (no habrá nuevas subidas de impuestos) van a ser mirados con lupa y negociados con los acreedores internacionales punto por punto para que no haya ningún desvío.

El buen alumno de la clase

«La troika, obviamente, tiene que analizar cualquier propuesta de nuevas medidas por parte de las autoridades lusas», recordó ayer Simon O'Connor, el portavoz de Asuntos Económicos y Monetarios de la Comisión Europea. A pesar de esta política de mano dura, después de haber renegociado ya una vez la cifra de déficit para este año (del 4,5% al 5,5%), Bruselas sigue mostrando su confianza en Portugal, el buen alumno de la clase en comparación con otros países intervenidos como Grecia, y ésta es precisamente es la más repetida.

«La Comisión confía en que el Gobierno portugués identifique rápidamente las medidas necesarias para adaptar el presupuesto de 2013 de manera que respete la meta fiscal revisada», declaró O'Connor ateniéndose al comunicado del ejecutivo comunitario y alabando los compromisos y la claridad mostrada en todo momento por el Ejecutivo de Passos Coelho. El comunicado de la Comisión Europea, enviado después de la intervención televisada de Passos Coelho, recalca que cualquier renegociación de plazos en el programa de ajuste «prolongaría las dificultades».

La respuesta de Alemania a lo sucedido en Portugal el fin de semana ha sido rápida y no ha deparado grandes sorpresas. «Portugal ha realizado muchos progresos en el último año de cara a recuperar el acceso a los mercados financieros, pero después de esta decisión tendrá que encontrar nuevas medidas», dijo el ministro de Finanzas alemán, Wolfang Schauble, en declaraciones a la radio bávara.

Lisboa, ya antes del veredicto de su Tribunal Constitucional, confiaba en conseguir un compromiso por parte de sus acreedores internacionales para poder tener más tiempo a la hora de devolver los préstamos del rescate y poder volver a financiarse con holgura en los mercados financieros el año que viene. El temor es que este fallo judicial complique las cosas y socave la credibilidad del país. El ejecutivo comunitario sigue siendo un firme partidario de este balón de oxígeno para Portugal, pero los miembros de la eurozona tienen que mostrar su conformidad y antes debe aclararse como se va a subsanar el agujero provocado por el rechazo del Tribunal Constitucional a algunas de las medidas promulgadas por el Gobierno luso.

Visita de la CE, el FMI y el BCE

El desembolso del siguiente tramo de ayuda del rescate también depende de que Lisboa cumpla lo pactado y para ello habrá que esperar a la revisión de la troika. Inspectores del FMI, el BCE y la CE visitarán el país en los próximos días, sin fecha concreta, para analizar con el Gobierno luso las medidas de ajuste necesarias en línea con los objetivos del programa acordado con sus acreedores, tras la incertidumbre creada por la decisión del Tribunal Constitucional (TC) luso. Según Bruselas, la decisión judicial afecta «directamente» al ejercicio en curso.

Uno de los grandes interrogantes es si esta crisis institucional portuguesa y la grave recesión que atraviesa el país servirá para atemperar la receta de austeridad en este y otros países. «No comparto su análisis», contestó O'Connor cuando se le preguntó si la Comisión Europea no considera que su estrategia ha fracasado en el caso de un discípulo aplicado como Lisboa. Bruselas sigue argumentando que el saneamiento fiscal es la base del crecimiento económico y que la amarga medicina acabará surtiendo efecto.

La agencia de calificación crediticia Fitch Ratings consideró ayer que la decisión del Tribunal Constitucional (TC) de Portugal de anular algunas medidas de ajuste del Gobierno luso, como los recortes a las pagas de funcionarios y pensionistas, supone un «revés» para los esfuerzos de consolidación fiscal que debe hacer el país en los próximos años. La agencia destaca que la decisión del TC muestra los «límites institucionales» en el margen de maniobra que tiene el Gobierno luso para cumplir con los objetivos marcados en el programa.

«Ataque» sorpresa a Putin

En su visita ayer junto a la canciller Angela Merkel a una feria en Hannover, Vladimir Putin aseguró que su país contribuirá al rescate de Chipre por parte de la UE. El presidente ruso, para quien la solución alcanzada para la isla es «un caso aislado», recordó que Moscú concedió un crédito de 770 millones a Chipre que debe ser aún reestructurado. Merkel agradeció su interés en una zona del euro estable. La visita brindó la ocasión a tres integrantes del grupo feminista Femen, que se manifestaron delante de Putin con el pecho descubierto y despertaron el enfado del Gobierno ruso y el alemán.

El país necesita «un consenso nacional»

El presidente de la Comisión Europea, el portugués José Manuel Durao Barroso, es consciente de la difícil situación en la que se encuentra el Ejecutivo de su país tras la sentencia del TC y pidió ayer un «consenso nacional» a todos los partidos para superarla. El responsable del Ejecutivo comunitario saludó «el compromiso del Gobierno luso de sacar adelante el nuevo ajuste. Eso es vital para mantener la credibilidad del país». Lisboa prevé reducir en más de mil millones los gastos en Sanidad, Educación, Seguridad Social y empresas públicas, y Barrroso se mostró a favor de que se amplíe el plazo para la devolución del préstamo que recibió en el rescate, aunque recordó que es una decisión que deben tomar los ministros de Finanzas.