Empleo
La falta de voluntad aleja la inclusión de la mujer en la alta dirección
Las jóvenes son las más pesimistas y creen que se tardará 22 años en igualar el terreno de juego
Más del 50% de los empleados de todo el mundo son mujeres, pero menos del 25% de ellas ocupan cargos de alta dirección. Los propios directivos aseguran que el principal obstáculo para lograr el cambio es el arraigo de una cultura masculina y, aunque se ven como la solución para incorporar más mujeres en los puestos de liderazgo, todavía un 32% de ellos afirma que la responsabilidad es de Recursos Humanos y no suya. Según un estudio publicado por Right Management, área especializada en el desarrollo de carreras profesionales de ManpowerGroup, en general los directivos creen que habrá que esperar otra generación para igualar el terreno de juego, concretamente una media de 17 años. Los hombres directivos que pertenecen a la «generación X» y del «baby boom» son los más optimistas y ven la paridad de género consolidada en 14 años. Los «millennials», los menores de 35 años, están seguros de que son la generación que conseguirá el cambio (20 años), sin embargo ellas son más cautas y creen que se tardará 22 años para que sea una realidad.
Los expertos alertan de que si esta generación de mujeres se desilusiona con el mundo empresarial se marcharán y se perderán talentos muy valiosos. En Reino Unido, desde 2008 la cuota femenina de autoempleo ha aumentado a casi un tercio y en Estados Unidos, un tercio de la creación de puestos de trabajo en 2018 provendrá de empresas propiedad de mujeres. «Lograr la inclusión de las mujeres en los puestos de alta dirección no es fácil ni rápido pero tiene que abordarse y, sobre todo, hay que preparar a los líderes de las compañías para acometer este reto con éxito, trabajar con ellos para que sean conscientes de lo que significa gestionar la diversidad y de cómo desarrollar de un modo óptimo talento con diferentes capacidades y competencias», asegura María José Martín, directora general de Right Management. Diversos estudios recogen que de aquí a 2020 habrá una escasez de talento y excluir a las mujeres supone dejar fuera del mercado a un 50% de la población mundial con preparación y competencias muy valoradas en las compañías.
Resulta alarmante que un tercio de las jóvenes menores de 35 años admita que nadie de sus empresas ayude a las mujeres a acceder a cargos de liderazgo. Las mujeres valoran principalmente la flexibilidad en el lugar de trabajo y se sienten decepcionadas porque el rendimiento se mida por el presentismo y no por los resultados. Menos de la mitad de los directivos, un 42%, es consciente de que la flexibilidad puede ayudarlas a acceder a cargos directivos y las mujeres recalcan que cambiar los prejuicios en contra de la flexibilidad es una labor titánica. Ana Lamas es presidenta de la Asociación WomenCEO y fundó su agencia de publicidad Fiverooms hace más de 20 años. Más pesimista que los «millennials», asegura que para lograr la paridad habrá que esperar 70 años. «Las propias empresas, la sociedad y la legislación están frenando el ascenso de las mujeres a los cargos de dirección. El esfuerzo existe, las mujeres que ocupan consejos de administración han subido un 19%, pero el número de directivas ha bajado. Se avanza pero muy despacio», apunta Lamas. Confía en las generaciones más jóvenes, quienes tienen el poder de cambiar las cosas. María Gómez del Pozuelo, directiva de Womenalia apuesta por los programas de formación y mentoring que proporcione a las mujeres las habilidades y competencias necesarias para desarrollar su liderazgo. Sostiene que «el alto porcentaje de licenciadas universitarias (60% a nivel mundial) que se están incorporando a las compañías está provocando un cambio en los equipos humanos, por lo que es cuestión de tiempo que nos encontremos con una nueva fotografía empresarial, donde la presencia de mujeres sea cada vez mayor». Son muchas las ventajas de avanzar en esta cultura inclusiva. Según datos de Cumulative Gallup Workplace Studies, las organizaciones con esta mentalidad cuentan con una satisfacción del cliente un 39% mayor, una productividad superior de un 22% y una rentabilidad de un 27% que aquellas que no son inclusivas.
Claves
Es llamativo que más del 50% de los empleados en todo el mundo sean mujeres y sin embargo, menos del 25% ocupan cargos de alta dirección.
Sólo un 5% de los CEOs del Fortune 500 son mujeres y únicamente un 7% de los directivos de empresas del FTSE 100 lo son.
Sólo el 28% de los directivos crean modelos de trabajo flexibles mientras que el 65% de las mujeres demandan modelos de trabajo flexibles.
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