Inversiones
La incertidumbre enfría el optimismo de la empresa familiar familiar
Más compañías prevén una evolución negativa en los próximos meses
La incertidumbre política ha empezado ya a pasar factura a las empresas, o al menos a sus perspectivas de futuro. Hace un año, el 79% de las corporaciones familiares afirmaba tener una impresión positiva de la situación económica de los próximos doce meses y sólo un 4% creía que su compañía iba a sufrir una evolución negativa. Hoy, después de dos elecciones generales que han desembocado en un clima de parálisis política sin precedentes en España ante la falta de Gobierno, la visión ha empeorado. Las empresas familiares con una perspectiva de futuro positiva han caído nueve puntos porcentuales, hasta el 70%, y las que tienen una previsión negativa han aumentado dos puntos, hasta el 6%. Así se desprende del último barómetro europeo, presentado por KPMG y las asociaciones territoriales vinculadas al Instituto de la Empresa Familiar.
El empeoramiento de las expectativas se produce a pesar de que la inmensa mayoría de las empresas familiares declara haber mejorado su situación económica respecto al año anterior. En este sentido, tres de cada cuatro han aumentado su volumen de facturación en los últimos doce meses. Se trata del mayor incremento de los últimos años, frente al 70% de 2015, el 56% de 2014 y el 26% de 2013. Además, el 61% de las empresas ha contratado nuevos trabajadores. Hace un año, sólo el 54% afirmaba haber incrementado su plantilla. La suma de las compañías que han generado empleo y las que lo mantienen asciende al 93% del total. Es decir, sólo el 7% de las firmas han destruido puestos de trabajo, frente al 37% de hace tres años. El porcentaje de empresas que ha elevado su presencia internacional ha bajado desde el 69% de 2015 hasta el 67% actual.
Cuestionadas sobre los principales desafíos que afrontan las empresas familiares, la mayor preocupación es la incertidumbre política, que repite por segundo año consecutivo en este puesto. Este problema está presente en el 55% de las respuestas. La segunda causa es la mayor competencia (47%), seguida de la disminución de la rentabilidad (35%). Sin embargo, la fiscalidad aparece ligada a los principales cambios que las empresas demandan para impulsar sus perspectivas. El 37% reclama unos impuestos más bajos y el 36% pide una reducción de los costes laborales no salariales, es decir, de las cotizaciones a la Seguridad Social.
En busca de la rentabilidad
Las prioridades para los dos próximos años son fundamentalmente dos: mejorar la rentabilidad (55% del total) e incrementar la facturación (52%). Sólo el 21% señala la innovación o la diversificación como su mayor prioridad de futuro. La formación del personal de la empresa aparece como un asunto capital sólo para el 8% de las compañías. Aunque el 84% asegura tener previsiones de inversión en sus planes estratégicos, un 10% de las empresas familiares españolas llevará a cabo desinversiones próximamente. Las áreas de destino de las inversiones son la actividad principal (78%), nuevas tecnologías (52%), internacionalización (47%), contratación y formación (40%) y diversificación (28%). La encuesta refleja la opinión de 288 empresas familiares españolas.
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