Impuestos
La micro no es la macro
El triste cuadro macroeconómico presentado después del Consejo de Ministros no debe llevar al desánimo en materia de reformas, especialmente de cara a las empresas, pymes y emprendedores y mucho menos frenarlas. El Gobierno debe seguir con su agenda de reformas en estos sectores. En esta rueda de prensa se anunciaron nuevas medidas generales, toca ahora concretarlas y desarrollarlas. Además, debe continuar con nuevas reformas aún de mayor calado. Es básico el desarrollo técnico del cambio de sistema de pago del IVA por caja en lugar de devengo, pero además debe seguir con la potenciación del crédito, un factor fundamental. La supresión de deducciones en el impuesto de sociedades no puede penalizar gastos destinados al crecimiento y la creación de empleo, especialmente en los segmentos más delicados: jóvenes y parados de larga duración; la supresión debe ser para deducciones contables o de menor calado de competitividad. Debe ofrecer también una potenciación de las líneas de internacionalización de nuestra economía y de nuestras empresas. Son las empresas, sólo ellas, las que crean actividad y empleo. En la mano de los responsables económicos está dar la vuelta a ese cuadro. Por parte de las cuentas del Estado la situación es muy difícil, dadas la limitaciones de las cuentas públicas. Tan sólo se puede actuar desde el impulso y potenciación de las empresas, favoreciendo el «desapalancamiento» gradual mediante el crecimiento de los ingresos y beneficios; mucho menos en aumentar impuestos como IVA o IRPF.
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