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Rescate a Grecia

La oposición deja solo a Tsipras en las discusiones con los acreedores

El Parlamento griego cree que Europa es más dura con Syriza que con Samaras

El primer ministro griego, Alexis Tsipras, durante su discurso ante el Parlamento
El primer ministro griego, Alexis Tsipras, durante su discurso ante el Parlamentolarazon

Aislado en Europa, el primer ministro heleno, Alexis Tsipras, tampoco encontró el apoyo dentro de su Parlamento. El líder izquierdista abandonó el tono beligerante que le caracterizó en la oposición, precisamente para pedir el apoyo de la oposición.

Aislado en Europa, el primer ministro heleno, Alexis Tsipras, tampoco encontró el apoyo dentro de su Parlamento. El líder izquierdista abandonó el tono beligerante que le caracterizó en la oposición, precisamente para pedir el apoyo de la oposición. No obtuvo la respuesta esperada. Los líderes del resto de partidos le dieron la espalda en una sesión parlamentaria planteada por el Gobierno para reforzar su posición en casa y convertir las negociaciones con los acreedores en un «objetivo nacional».

El primer ministro celebró, al principio, que las instituciones hayan aceptado la propuesta de reducir el superávit primario, «un símbolo de la austeridad», aunque sin concretar el porcentaje: Grecia propone un 0,6% y las instituciones un 1%. Ése fue el único motivo de alegría en toda la sesión. Tsipras se mostró incluso dispuesto a aplicar «duras medidas» si éstas estuviesen en el marco de una «solución amplia».

No obstante, la propuesta de las instituciones, presentada por el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, el miércoles, está «inimaginablemente» lejos de las metas que perseguía el Gobierno heleno. Sobre la oferta de Juncker, el primer ministro consideró que «no tiene en cuenta el terreno en común recorrido en los tres meses de negociaciones, ni persigue un sincero intento de buscar una solución global», en referencia al recorte de las pensiones y la subida del 10% del IVA en la factura de la luz. Además, tachó de «irreal y absurdo» un plan que «es el resultado de un mal truco de negociación» y que pronto «será retirado» en esta fase final de las discusiones.

Las diferencias entre ambas partes son todavía notables. El primer ministro indicó que la oferta helena «mostraba honestidad y compromiso» según lo discutido en el Grupo de Bruselas y que esa es la única base para un acuerdo. Tsipras resumió los planes de Atenas en seis líneas maestras: reestructuración de la deuda, protección de las pensiones y salarios, redistribución de los impuestos para gravar más a los ricos, un programa de inversión y la restauración de los convenios colectivos y derechos laborales. Ese último punto será aprobado «en los próximos días», según el «premier» griego, «porque somos un Parlamento soberano». Un nuevo desafío hacia los acreedores. Miembros del Gobierno griego destacaron ayer que el Ejecutivo disponía de los fondos necesarios para pagar el tramo de 300 millones de euros al FMI, pero que no lo ha hecho por decisión política

Por su parte, el jefe de la oposición, el conservador Antonis Samaras, reiteró que la propuesta de las instituciones es «mucho peor» que la que hicieron a su Gobierno de Nueva Democracia (ND). «Algunos ministros izquierdistas han justificado en público que las exigencias actuales son tres veces peores del «mail de Hardouvelis» [titular de Economía de ND al que la troika hizo una oferta de rescate]», afirmó Samaras en alusión a las declaraciones del ministro del Interior, Nikos Voutsis, quien apuntó que la propuesta al Ejecutivo anterior era mejor que la actual. Además, el ex-primer ministro recordó que el superávit primario empezaba a recuperarse a finales de 2014 y ahora debe reducirse debido a los cuatro meses de parón de la economía, que ha convertido a Grecia de nuevo en el único miembro de la eurozona en recesión. Asimismo, el líder de los liberales de To Potami, Stavros Theodorakis, apuntó que a «la gente le da igual si se pasan las líneas rojas», como demuestran las encuestas, que recogen un 50% de apoyo a la firma de un pacto aunque no se respete el plan griego.

El retraso en el acuerdo ha agotado la paciencia de parte de la sociedad helena y ha propiciado la desbandada de inversores. La Bolsa de Atenas cayó ayer un 5,03% hasta los 235,42 puntos, mientras que la prima de riesgo superó de nuevo los 1.000 puntos básicos, poniendo fin al optimismo tras la propuesta del miércoles. Una vez más el índice ateniense arrastró al resto de parqués de la región. El Ibex 35 perdió un 0,75%, hasta 11.062 puntos, y pierde esta semana un1,39% de media. El resto de bolsas europeas se dejaron una media del 1,20% en la jornada de ayer. Los mercados tendrán ahora un respiro de dos días.