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«Las empresas deben dar más valor a sus proveedores»

Ésta fue una de las conclusiones de la mesa redonda celebrada en LA RAZÓN, que reunió a profesionales del sector de compras para analizar la gestión de riesgos en las cadenas de suministro

«Las empresas deben dar más valor a sus proveedores»
«Las empresas deben dar más valor a sus proveedores»larazon

Ésta fue una de las conclusiones de la mesa redonda celebrada en LA RAZÓN, que reunió a profesionales del sector de compras para analizar la gestión de riesgos en las cadenas de suministro.

Más relación y comunicación con los proveedores, capacidad de reacción y gestión ante la incertidumbre y los cambios de los nuevos modelos de negocio, y mayor atención a los riesgos asociados a la reputación. Éstas fueron las principales conclusiones a las que se llegaron en la mesa redonda titulada «Gestión de riesgos en la cadena de suministro: nuevos retos», celebrada en la sede de LA RAZÓN y que reunió a cinco profesionales del sector de compras: Ramón Pueyo, socio de Gobierno, Riesgo y Cumplimiento de KPMG; Héctor Tajahuerce, director de Compras de Enagás; Jesús Maté, director de Compras del Centro Corporativo de Acciona; José Luis Portela, director del Programa Superior de Dirección Estratégica de Proyectos del IE Business School y socio de Servitalent, y Miguel Soler, director de Compras de Vodafone.

Información no financiera

Pueyo comenzó haciendo mención a la reciente aprobación del Real Decreto 18/2017, que traspone al ordenamiento jurídico español la directiva europea de información no financiera, que obliga a las empresas de interés público de más de 500 empleados a incluir en los informes de gestión sus prácticas en la cadena de aprovisionamiento para evitar que se materialicen riesgos de tipo social, medioambiental o de vulneración de derechos humanos, entre otros. Esta legislación llega, además, en un momento en el que el Centro Español de Logística (CEL) acaba de publicar «La Gestión de la Cadena de Suministro en la Era de la Industria 4.0», –una guía que demuestra cómo la Cuarta Revolución Industrial y la digitalización de los modelos de gestión supondrán un giro de 180 grados en las cadenas de aprovisionamiento. Además, Amnistía Internacional ha hecho público un estudio en el que evidencia que muchas grandes empresas siguen sin tomar medidas antes las denuncias de trabajo infantil en las cadenas de suministro de baterías de cobalto. Son dos ejemplos que dibujan el escenario en el que se enmarcan los futuros retos en las cadenas de valor.

Así lo subrayó Pueyo, quien afirmó que todo lo anterior se complementa con la reforma del Código Penal, «que obliga a las empresas a conocer cuáles son las prácticas a lo largo de su cadena por si se vulnera algún derecho». No obstante, recordó que esta cuestión es longeva, pues «ya Felipe II, tras el desastre de la Armada española en 1588, se preocupaba por una adecuada gestión de la cadena de aprovisionamiento». Continuó explicando que para alcanzar una buena administración de la cadena hay que poner el acento en lo intangible, ya que al respecto se ha producido un cambio de paradigma: «En 1975 el 80% del valor de mercado de una compañía venía determinado por efectivos físicos y financieros, y el 20%, por intangibles; en 2015 hubo un vuelco y ahora los porcentajes se han intercambiado». Señaló que este intangible incluye cuestiones como la reputación, no sólo de cara al cliente, sino también a los proveedores, «que también pueden presentar un comportamiento adverso o de rechazo».

Tajahuerce sostuvo que la relación con los proveedores debe basarse en la exigencia y la colaboración. En primer lugar, «para asegurarnos, mediante el requerimiento de seguros o cláusulas de contrato, de que toda la cadena de subcontratación tiene un comportamiento adecuado, pues nos solemos focalizar en los proveedores más directos, obviando que detrás se nos escapa mucho y ello requiere mucho esfuerzo y medios», argumentó. Y en segundo lugar, prosiguió, «porque hay que considerarlos socios y compartir con ellos información». En este sentido, puso como ejemplo la iniciativa puesta en marcha por Enagas llamada «Círculo de Proveedores», una mesa en la que donde participan los proveedores más estratégicos y con los que comparten proyectos en materia de eficiencia, costes o sostenibilidad. Sobre los retos de futuro, incidió en que «nos movemos en un escenario de incertidumbre que requiere de una capacidad de reacción muy rápida». Señaló que tecnologías como la impresora 3D cambiarán el modelo de gestión logística y que, además, los gigantes actuales ofrecerán servicios integrados: «La oferta ya no la crean las empresas, sino que son los usuarios quienes finalmente crean el uso de cómo se utilizan muchos de los productos», añadió.

Maté, por su parte, fue partidario de que hay que avanzar en innovación y coincidió con Tajahuerce en que uno de los mayores retos es el binomio conformado por la globalización y la gestión sostenible de los entornos locales. «Alcanzar el equilibrio no es fácil, y esto nos crea un continuo conflicto que nos lleva a hacernos diversas preguntas: ¿Competimos con estándares locales o internacionales?, ¿debemos introducirnos en ciertos países?», planteó. «Es complicado, aunque ante esta disyuntiva Acciona apuesta por aplicar los estándares internacionales», continuó.

En esta línea, también hizo hincapié en que en Acciona «no sólo tenemos la presión de ser los mejores en cuanto a eficiencia y competitividad, sino que también existe un fuerte compromiso con la sostenibilidad y la reducción de emisiones de dióxido de carbono, que tiene que tener un reflejo en nuestra política de contratatación de proveedores». Asimismo, prosiguió, «cada vez de manera más acusada nuestros diversos “stakeholders” nos exigen información detallada y control de los riesgos de toda nuestra cadena de suministro». Enfatizó, además, que la compañía está apostando por optimizar los procesos de compra con procedimientos de planificación y control, que se folcalicen en los aspectos críticos de la cadena de suministro. Una herramienta para ello, explicó, «es llevar a cabo la gestión de las compras diferenciadas por categoría».

Portela hizo referencia a la gran velocidad con la que está cambiando el mundo y cómo la incertidumbre afecta a la cadena: «Hemos pasado de modelos de negocio que duran 20 años a otros de 20 meses», destacó. De este modo, consideró que «en este escenario las empresas ya no van a competir en producto, sino en cadena de valores»; en otras palabras, «la clave ya no es solamente el producto, sino la coordinación de todos los engranajes de la cadena». Asimismo, quiso poner de relieve el tema de la simplicidad porque, desde su punto de vista, «las compañías se han hecho a sí mismas demasiado complejas y no operativas». Y esto se ha debido, en parte, «a la instalación de unos sistemas tecnológicos e informáticos muy complejos que lo han enrevesado todo», sostuvo. Retomó, asimismo, la cuestión de la desconfianza hacia los proveedores, ya que «sigue existiendo un miedo irracional a compartir información con ellos, lo que merma la relación». De este modo subrayó que «tenemos asumido que el cliente es lo más importante y, en cambio, nos hemos olvidado del proveedor, que es una pieza estratégica en la cadena».

Una valoración que suscribió Soler, quien afirmó que «hay que darle más valor e incentivarle a que nos ayude a redefinir lo que necesitamos, de manera que pueda satisfacer más y mejor nuestros requerimientos». En este sentido, mencionó la política de su compañía en materia de relaciones con los proveedores: «Les pedimos sugerencias de mejoras y les hacemos encuestas para conocer su nivel de satisfacción y saber qué opinan de nosotros», explicó. Discrepó, no obstante, en la utilidad de los contratos que se les suele exigir: «Se emplea mucho tiempo en diseñarlos y negociarlos, pero luego la mayoría de veces cuando son necesarios no se aplica lo estipulado».

Su propuesta pasa por la «concentración de proveedores», ya que «no podemos prever el riesgo con una cartera tan inmensa de los mismos, a los que hay que tratar, cuidar y auditar», afirmó. Añadió que «lo más inteligente es externalizar la contratación de aquello que sea menos relevante para el negocio». También puso de relieve el Código de Compras Éticas de su firma, que contempla la impartición de cursos continuos obligatorios a toda persona que tenga cualquier tipo de relación con los proveedores.

«Información simple y en tiempo real»

Portela señaló que otro tema candente es el de la información, «que antes estaba en manos de los medios, pero ahora, con las redes, cualquiera puede hacer circular en tiempo récord la foto de un producto fallido o en mal estado». Por eso, añadió, «debemos estar muy seguros de que la ética de los proveedores es muy alta porque ya nada se puede ocultar». Pueyo recordó el poder de la rumorología y las falsas noticias, que «pueden llegar incluso a la quiebra de empresa», advirtió. Maté aseguró que la clave es contar con sistemas de información simples y en tiempo real, con alertas. También integral, como apuntó Tajahuerce, que incluya todas las categorías (medioambiental, social, legal, etc.), aunque «requiere una inversión en equipos, pues existe mucha información y es muy difícil manejarla», argumentó. «Hay que desarrollar más la capacidad de analizar, que de obtener, datos», concluyó Soler.