I+D
Las empresas tienen la llave de la innovación
El gasto español en I+D+i es un 39% inferior al de sus socios comunitarios. Una mayor inversión del sector privado es fundamental para alcanzar niveles equiparables a los de nuestros principales competidores.
La OCDE pronosticó que España crecería este año un 2,5%. Poco después, otro organismo internacional, el Fondo Monetario Internacional (FMI), mejoraba estas previsiones hasta el 2,6% e, incluso, la elevaba hasta el 3,2% para 2018. Estos datos, sin duda, sitúan a España como el país desarrollado que experimentará un mayor crecimiento. Sin embargo, pese a que se muestra como un alumno aventajado en los exámenes globales, lo cierto es que aún «cojea» en algunas asignaturas, y una de ellas es, sin duda, la del I+D+i.
Pese a que el gasto en innovación ha crecido en España, lo cierto es que aún se encuentra muy por debajo del desembolso realizado por los países de su entorno. Así lo revela el informe «La Inversión en I+D+i 2017», elaborado por investigadores de EAE Business School. El gasto en innovación creció en nuestro país en 2015 un 5,5%, hasta situarse en 13.674 millones de euros. Sin embargo, aún invertimos en I+D+i un 39% menos que nuestros socios comunitarios.
Uno de los factores que explican esta modesta inversión es la menor participación relativa del sector empresarial en esta materia, con independencia de que coyunturalmente las restricciones presupuestarias hayan acentuado la evolución negativa del gasto en innovación en España. «Si analizamos los datos, parece existir una relación positiva entre la inversión en I+D y la participación del sector empresarial. Así, países a la cabeza de la innovación como puedan ser Alemania, Estados Unidos o Japón muestran una elevada participación de las empresas, 68%, 70% y 78%, respectivamente. En cambio, en España, el sector empresarial apenas es responsable del 53% del gasto total en I+D, con tasas de financiación también muy por debajo de los niveles de los países que más invierten en este capítulo», asegura Francisco Marín, director general del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI).
Este retraso también se evidencia en el desembolso por habitante. Esta cifra se sitúa en el caso español en 283,6 euros, una cantidad muy alejadas a las que se manejan, por ejemplo en Suecia, Dinamarca y Austria, que son los países con cifras más elevadas en este capítulo, con 1.495,9, 1.423,1 y 1.217,8 euros, respectivamente.
Marín considera que esta baja participación del sector empresarial se completa, además, con una estructura innovadora sustancialmente diferente a la de los países de nuestro entorno. «En España, las pymes acometen casi el 50% del gasto total frente a las pymes alemanas, responsables sólo del 11%, o las norteamericanas, el 17%. Al mismo tiempo, nuestras grandes empresas invierten relativamente poco en I+D comparadas con las grandes empresas de otros países. Por ejemplo, las alemanas triplican la inversión media de las grandes compañías españolas. Esto dibuja un escenario donde los esfuerzos están desigualmente distribuidos y, si queremos alcanzar unos niveles de inversión equiparables a los de nuestro entorno, debemos lograr una participación más intensa y armónica de nuestras empresas», señala Marín.
Pese a ello, se puede decir que no estamos tan mal, sobre todo, si, tal y como aseguran los expertos que han elaborado el informe del EAE, se tiene en cuenta el retorno que genera esa inversión.
«Lo importante no es cuánto se invierte, sino lo que se retorna. En España, hay empresa muy punteras, en sectores, como las TIC o el de la biotecnología, que sacan un rendimiento increíble a sus inversiones (por cada euro obtienen tres). Lo que ocurre es que muchas veces estas compañías quedan diluidas entre la masa. No tienen sentido crear una patente cuando ésta no genera ningún tipo de riqueza», explica Alberto Peralta, profesor investigador de EAE.
Retorno
De hecho, según el informe, las comunidades autónomas en las que se realiza un mayor gasto en innovación tecnológica fueron Madrid (38% del gasto total nacional), Cataluña (24,3%) y País Vasco (9,5%). Sin embargo, éstas no se corresponden con la rentabilidad, puesto que son Baleares, Cantabria y Aragón las que obtienen mayor rendimiento económico a sus medidas innovadoras.
«En España, hay mucho talento. Tenemos un grupo de comunidades de innovadores extraordinariamente eficientes. Lo que ocurre es que todavía es difícil identificarlo y no puede actuar como modelo para el resto de empresas del sector», añade Alberto Peralta.
Para promover activamente la innovación en las empresas para que sean más competitivas, el CDTI dispone este año de casi 1.000 millones de euros para financiar proyectos de I+D+i. El organismo también promueve y facilita a las empresas españolas el acceso a diversos programas de cooperación tecnológica internacional como puedan ser el Programa Marco de I+D de la UE (H2020) o el Programa Eureka, cuya Presidencia ostenta, actualmente, España. Según la previsiones para este año, 726 millones de euros para la I+D+I procederán, precisamente, de los retornos de la participación española en los programas de cooperación tecnológica internacional y en grandes instalaciones científicas.
Asimismo, el organismo dispone de una amplia gama de instrumentos financieros que cubren todas las actividades del proceso innovador: desde la investigación industrial; el desarrollo experimental; la incorporación y adaptación de tecnologías que supongan una innovación para las empresas y, por último, la internacionalización.
Así las cosas, según los expertos, el gasto en I+D+i en España debería crecer en los próximos años por encima del 4% anual para no perder al menos los niveles actuales, para lo que el compromiso del sector empresarial es fundamental. «Es indispensable que áreas como el turismo, la construcción, la agroalimentaria o la educación se beneficien de la ampliación de inversiones en I+D+i por parte del sector empresarial. Se debe acelerar la estrategia digital de las empresas para poder obtener los máximos beneficios a la inversión. Un sector empresarial mucho más comprometido con el I+D+i y con su repercusión estratégica en los negocios, permitiría acercarnos a los lugares de inversión correspondientes a la dimensión de la economía española. En nuestro país la menor contribución de la empresa privada debe ser compensada con el esfuerzo tanto del sector público como de la enseñanza superior», destaca el informe del EAE.
El futuro
Para obtener los máximos beneficios de la inversión, los expertos proponen estimular la estrategia digital de las empresas. Y es que, el número de sociedades con un plan on-line en los sectores que ocupan los primeros puestos por número de patentes (infraestructura, transporte y ciencias de la salud) no supera el 25%. Otro de los aspectos fundamentales en los próximos años será la economía verde y las innovaciones vinculadas con ella. Este área se erigirá en uno de los tres motores principales de la economía en la próxima década, junto con el sector sanitario y el de las tecnologías de la información y la comunicación. Sólo un dato: para 2020, se podrían crear más de 125.000 empleos si se cambian n las fuentes de producción de energía primaria por fuentes renovables.
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