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Las tensiones por Chipre enfrentan a Rusia y a la UE

La Razón
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Las tensiones por la crisis de Chipre enturbiaron hoy la reunión prevista entre la Unión Europea y el Gobierno ruso, que tachó directamente de "completo absurdo"el plan de Bruselas para rescatar a la isla mediterránea.

"Tenemos una gran cantidad de estructuras públicas que trabajan a través de Chipre y tienen bloqueado su dinero por motivos incomprensibles", afirmó el primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, en declaraciones a la prensa.

Medvédev, que comparó la actuación de la Comisión Europea y el Gobierno chipriota con los movimientos de un "elefante en una cacharrería", se mostró esperanzado en que la solución final a la crisis no incluya una confiscación de fondos al estilo soviético que deteriore las relaciones entre Moscú y Bruselas.

Ambas partes se disponían a abordar hoy y mañana asuntos que les enfrentan desde hace años -energía y visados-, pero Nicosia tenía otros planes y la agenda bilateral pasó a un segundo plano, al menos en las comparecencias públicas.

"Estoy muy preocupado con los últimos acontecimientos en Chipre, en particular por las consecuencias para los ciudadanos de Chipre", afirmó el presidente de la Comisión Europea (CE), Jose Manuel Durao Barroso.

El dirigente comunitario aseguró que "esas consecuencias son resultado de un sistema financiero insostenible que es básicamente ocho veces más grande que el Producto Interior Bruto de ese país, un sistema que sin duda alguna tiene que adaptarse".

A su vez, intentó justificar el hecho de que Bruselas no informara con antelación a Moscú de las condiciones del rescate a Chipre porque fue un acuerdo alcanzado a última hora en la reunión entre el Eurogrupo y Nicosia.

Y es que Rusia acusa a los Veintisiete de ignorar el acuerdo de coordinar sus acciones en relación con Chipre, tras lo que Moscú ha amenazado con replantearse la reestructuración de la deuda del país insular y denunciar el acuerdo sobre doble imposición.

Al respecto, Medvédev pidió a la UE voz para Rusia en cualquier decisión sobre el problema de la deuda de Chipre.

"El Eurogrupo debería contar con todas las partes interesadas, incluida Rusia, a la hora de elaborar un plan de arreglo para Chipre", aseveró.

Y advirtió que la inestabilidad del sistema bancario chipriota ofrece a Rusia motivos para pensar en reducir sus reservas de divisas en euros, que ascienden a un 41-42 por ciento.

"Si esto es posible en Chipre, por qué no será posible en España, en Italia, o en otros países donde hay problemas con las finanzas. Mañana allí pueden comenzar a confiscar los depósitos. Eso da razones para pensar", apuntó.

Medvédev se congratuló durante una jornada empresarial que Nicosia decidiera definitivamente renunciar a imponer un gravamen en los depósitos privados de la isla bajo presiones de Bruselas.

Aunque, después el Ejecutivo de Chipre descartó sólo una tasa a los depósitos bancarios inferiores a 100.000 euros, lo que perjudicaría directamente a muchas empresas y depositantes particulares rusos.

De hecho, Medvédev calificó de "exageradas"las informaciones de la prensa europea sobre que casi todos los fondos rusos en la isla, que representan más de una quinta parte del total, tengan un origen oscuro.

En relación con la presencia en Moscú del ministro de Finanzas chipriota, Mijalis Sarris, el jefe del Gobierno ruso comentó que Nicosia ha presentado a Moscú un conjunto de activos -bancos, yacimientos de gas, etc.- en los que podrían tener interés los inversores rusos.

"Este es un asunto complejo. En primer lugar, no entiendo mucho el precio, y en segundo lugar, allí existen problemas con Turquía", dijo.

Fuentes comunitarias informaron a la agencia oficial rusa RIA-Nóvosti que rusos y chipriotas ya negocian la compra de activos del Fondo de Solidaridad, cuya creación fue anunciada hoy por el Gobierno chipriota para contribuir al rescate financiero.

Barroso también se reunió con el presidente ruso, Vladímir Putin, quien también cargó esta semana con dureza contra el plan europeo en Chipre y reconoció que ninguna de las dos partes hace lo suficiente para hacer realidad su potencial de cooperación.

Barroso instó a agilizar las conversaciones para consensuar antes de final de año un nuevo acuerdo marco que tenga en cuenta las actuales relaciones, entre otras cosas, en materia energética y comercial, paso previo para un régimen sin visados entre ambos países.

Aunque rechazó la necesidad de marcar plazos para la introducción de medidas de exención de visados, como los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi 2014, pese a la insistencia de Moscú, que considera el citado régimen un "anacronismo político".

A su vez, Putin, muy amigo de las previsiones, se mostró confiado en que el volumen comercial alcance en los próximos años los 500.000 millones de dólares, cuando en 2012 superó los 140.000 millones.