CNMC
Los consejeros de la CNMC ante el peso de sus decisiones
Los recortes en el empleo y las inversiones, y pleitos internacionales son los efectos de una decisión precipitada y no consensuada
Las decisiones unilaterales de un organismo regulador, que tiene a la mayoría de sus miembros en funciones y con su mandato caducado, acarrean duras consecuencias, como ya se ha visto en estos meses, y sobre todo con la forzada decisión de Naturgy y de Madrileña Red de Gas de tener que suspender temporalmente de la obligación de trabajar a una buena parte de sus empleados ligados a la distribución de gas.
La causa no es baladí. Los miembros de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) han propuesto un nuevo modelo retributivo para el sector del gas y una rebaja también para las compañías eléctricas. En total, el hachazo ha sido cifrado en 6.000 millones en los seis años en que se prolongará el nuevo periodo retributivo.
FALTA DE RESPONSABILIDAD
Además, los consejeros ponen en riesgo cientos de empleos en empresas instaladoras y subcontratas ligadas al negocio de expansión del gas. Los sindicatos ya cifran en más de 1.000 los puestos que se pondrían en el punto de mira en un primer momento.
Y todo ello por la decisión unilateral de sus dirigentes, sobre la que cae toda la responsabilidad, y más aún en su presidente, José María Marín Quemada. Éstos no han contemplado un calendario plausible que permita una transición razonable que posibilite a las compañías adecuarse a la nueva situación sin efectos traumáticos. Las duras consecuencias del desproporcionado coste asestado son responsabilidad individual de cada uno de los consejeros. Los reguladores deben medir sus actos y ser razonables, ya que sus propias estimaciones caen en importantes errores de cálculo tal y como han denunciado las patronales.
Desde la pasada semana, tanto Marín Quemada como otros cuatro miembros de la cúpula del organismo están en funciones, ya que su mandato se ha cumplido y no puede renovarse. Se trata de los consejeros Josep María Guinart, Clotilde de la Higuera y Benigno Valdés, además de la vicepresidenta, María Fernández. A pesar de todo, ha tomado decisiones que cambiarían radicalmente el panorama energético. Los actuales dirigentes de Competencia son, según fuentes del sector, « los únicos responsables de un proceso marcado por una celeridad innecesaria y una dramática falta de diálogo y consenso, incluso en el propio seno del regulador, ya que hay importantes discrepancias en el cuerpo técnico». Cabe recordar que el sector energético no es su única víctima. La televisión y las telecomunicaciones también están en su punto de mira.
Impacto económico
Estas decisiones vuelven a poner a España en el foco de pleitos internacionales, como ya ocurrió con el recorte a las renovables. De hecho, varios fondos de inversión afectados han hecho llegar tanto a la CNMC como al Gobierno de los riesgos y efectos perversos de estos recortes. Incluso «The Financial Times» se ha hecho eco de estos movimientos. España vuelve a arrastrar así la sombra de ser un Estado con riesgo de inseguridad jurídica que ahuyenta a los fondos.
No será por la falta de advertencias tanto del ámbito social como del económico. Los sindicatos ya alertaron de la puesta en riesgo de miles de puestos de trabajo, al igual que la patronal de instaladores de gas (Conaif), con un total de 19.000 empresas asociadas, que generan más de 100.000 empleos en toda España.
Una de las personalidades económicas que más contundentemente ha avisado del impacto económico ha sido el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, quien calificó el recorte de «barbaridad» por «la avería» que se causaría en las empresas. «La previsibilidad y la regulación tienen que tener una estabilidad», dijo. Por su parte, la Cámara de Comercio de España ha pedido que se abra una fase de diálogo constructivo entre todas las partes implicadas.
Sin embargo, el regulador no ha mostrado ninguna intención de querer modificar estas circulares, como señaló públicamente este mismo mes José María Marín Quemada, lo que denota, en opinión de no pocos expertos en la materia, una gran falta de responsabilidad por su parte a pesar de todo lo que está en juego. «Una forma de actuar ajena al entorno que sólo se puede explicar viniendo de alguien que tiene más interés en cerrar con protagonismo su carrera profesional que en tomar decisiones que favorezcan al interés general en el largo plazo», aseguran en algunos ámbitos del sector.
Decisión unilateral de Marín Quemada
Marín Quemada afirmó públicamente que las circulares no se cambiarán y no se mostró dispuesto a plegarse a las directrices del Ministerio de Transición Ecológica. Declaraciones que sorprendieron al sector, ya que el regulador se había mostrado dispuesto a escuchar a las empresas. También fueron recibidas con estupefacción por los propios consejeros de la CNMC, ya que están muy lejos de lo que se ha debatido en su seno y de las recomendaciones del cuerpo técnico del organismo.
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