Dinamarca

Los planes del BCE llevan al bono español a su nivel más bajo de la historia

La rentabilidad de la deuda se sitúa en el 2,857%

La Razón
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Nueva jornada de euforia en los mercados de capitales. Si el martes fue la sobredemanda de las dos emisiones de deuda realizadas por el Tesoro Público (una ligada a la inflación europea y otra de Letras) respecto al nominal adjudicado (3,5 veces), ayer el protagonismo fue para el bono a diez años, que en el mercado secundario marcó un nuevo mínimo histórico en el 2,857%, ligeramente por debajo del anterior registro de hace una semana (2,884%). La caída no tuvo, sin embargo, su reflejo en la prima de riesgo, que subió un punto básico, para cerrar en 149. La culpa en este caso fue del bono alemán, que redujo su rentabilidad algo más que la deuda española.

En general, los mercados vivieron ayer una buena jornada, con caídas generalizadas en todos los bonos soberanos. El bono griego, el que ofrece mayor rentabilidad de todos los europeos, bajó catorce centésimas, y el británico, una décima, algo que no suele ser normal en una sola sesión, sin que medie una acción concertada de los bancos centrales o medidas extraordinarias. En términos relativos, las mayores diferencias a la baja se produjeron en el bono suizo, que redujo su rentabilidad un 7,18%, un porcentaje muy elevado, aunque hay que tener en cuenta que parte de un interés muy bajo: el 0,72%. Francia, Dinamarca, Alemania y Austria registraron descensos por encima del 3,6%. El bono español se quedó en una bajada del 1,5%.

Los mercados trasladaron a los intereses de la deuda las noticias sobre la posible intervención del Banco Central Europeo, de la que lleva advirtiendo su presidente, Mario Draghi, desde comienzos de año. El pasado jueves, al término de la reunión del consejo de gobierno de la institución, Draghi volvió a expresar la firme determinación de actuar si fuera necesario dentro de los límites del Tratado. «El BCE –añadió– está listo para tomar en consideración todos los instrumentos disponibles y adoptar más acciones decisivas si fuera necesario». En este sentido reforzó la idea de intervenir en caso de detectar un recrudecimiento de las tensiones en los mercados monetarios o un fuerte deterioro de las perspectivas de inflación. El banquero italiano dejó entrever la posibilidad de rebajar el precio del dinero, del que dijo que se mantendrá en mínimos mucho tiempo.

Ayer, el presidente del Bundesbank, el banco central de Alemania, Jens Weidmann, volvió a reiterar la disposición del BCE a tomar medidas adicionales si la evolución de los acontecimientos lo aconseja, aunque puso en duda la idoneidad del programa de compra de bonos, conocido como QE (Quantitative Easing).

Al parecer, el BCE está preparando un paquete de medidas de política monetaria que estudiará en la próxima reunión del 5 de junio. Según fuentes que cita la agencia Reuters, entre las posibles medidas a adoptar figura un recorte de algunos tipos de interés (en la actualidad, el precio del dinero permanece en el 0,25% desde noviembre de 2013), y por ejemplo la facilidad de depósito, es decir, la rentabilidad (en este momento nula) que ofrece el BCE por el dinero que dejan los bancos en sus arcas. Por primera vez, podría cobrar por ellos.

Entre las medidas podría figurar la concesión de ciertos estímulos para la economía de la eurozona, aunque parece difícil que se llegue a aprobar la compra de deuda para que aumente la oferta monetaria en circulación. El BCE está pendiente, como señaló Yves Mersch, representante de Luxemburgo en la institución europea, de la decisión del Tribunal de Justicia de la UE sobre la adquisición de bonos de los países en dificultades, puesta en marcha a finales del verano de 2012. El BCE puede estudiar una nueva inyección de liquidez a cambio de que se incremente el crédito a las pequeñas y medianas empresas.