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G-7

Merkel pone a España como ejemplo frente al caos griego

Atenas prepara concesiones para llegar a un acuerdo

Alexis Tsipras, presidente de Grecia
Alexis Tsipras, presidente de Grecialarazon

Mientras a Grecia se le acaba el tiempo para llegar a un acuerdo con sus acreedores, la canciller Angela Merkel, en la clausura del G-7, puso a España como ejemplo a seguir de recuperación. Valiéndose de los «casos de éxito» español, portugués e irlandés, la líder germana argumentó que las medidas impuestas a Grecia por sus principales acreedores –la Comisión Europea, el FMI y el BCE– son las correctas. Muestra de ello son «los casos de Irlanda, que crece a grandes pasos tras aplicar un duro programa de reformas, y los de España y Portugal, que vuelven a crear empleo, a pesar de que aún presentan una elevada tasa de paro», señaló la canciller.

Aunque la cuestión griega no estaba en la lista de temas oficiales, la líder alemana sí reconoció que las negociaciones con Atenas habían formado parte de la agenda del G-7. Merkel volvió a insistir en su deseo de que Grecia no salga de la eurozona y su intención de continuar trabajando para ello, comenzando con la reunión prevista con el primer ministro heleno, Alexis Tsipras, y el presidente francés, François Hollande, mañana en Bruselas. Recalcó que Atenas debería adoptar una serie de medidas a cambio de la solidaridad europea. «Cada día cuenta y Atenas ya no tiene mucho tiempo», declaró Merkel.

Aunque es pronto para cantar victoria, la presión sobre Grecia parece empezar a surtir efecto. Tras la rotunda negativa a aceptar la oferta de las instituciones, el Gobierno griego trabaja ahora para elaborar un nuevo borrador que permita un acercamiento, según informaron varios medios griegos. Así lo insinuó el ministro de Trabajo, Panos Skourletis, quien aseguró que «dado que los acreedores no han prestado atención a las posiciones griegas, nosotros podemos revisar algunas de nuestras propuestas». Según filtró ayer el diario «Kathimerini», el documento heleno contempla una drástica reducción de las exenciones fiscales para elevar la recaudación y una aproximación del superávit al 1% que exigen los acreedores. No obstante, Grecia se muestra inamovible en dos de los puntos más espinosos: la aplicación de tres tipos de IVA –6%, 11% y 23%–, en lugar del 11% y 23% que pedían los socios, así como en el recorte de las pensiones.

El portavoz del Gobierno, Gabriel Sakellaridis, reiteró que Atenas trabaja «en base a las propuestas griegas», presentadas el lunes pasado, según Atenas, pero que el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, dijo no haber recibido. El organismo comunitario insistió ayer en que la propuesta de las instituciones sigue siendo una «buena base» para encontrar una solución.

Ese «choque de bases» ha obligado a Atenas a revisar el borrador a contra reloj para concluir la reformulación de sus medidas antes de la reunión de mañana de Tsipras con Merkel y Hollande. Para dar un empujón en los trabajos técnicos, Atenas envió ayer una delegación a la capital belga «para hacer todo lo necesario para llegar a un acuerdo». Asimismo, el titular de Finanzas, Yanis Varufakis, visitó ayer en Berlín a su homólogo alemán, Wolfgang Schäuble, con el que mantuvo una conversación «muy útil», según Varufakis.