Bruselas

Michel Barnier: «La Comisión no busca más poder en la resolución de los bancos»

Entrevista al vicepresidente de la Comisión Europea

Michel Barnier: «La Comisión no busca más poder en la resolución de los bancos»
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Bruselas - El vicepresidente de la Comisión Europea y comisario de Mercado Interior y Asuntos Financieros, Michel Barnier, recibe a un grupo de periodistas internacionales en una pequeña sala. En sus manos está una nueva pieza del arsenal jurídico que ha creado en los últimos tres años para que haga de barrera de contención al sector financiero. Se trata de un nuevo reglamento que regulará los índices de referencia del mercado, tanto de productos financieros como el libor o el euribor, como de la energía y otras materias primas. Esta normativa afectará masivamente en España, donde cerca de 18 millones de hipotecas y otros créditos usan el euribor. Sin embargo, la avidez periodística le obliga a responder sobre el más candente de sus dosieres: el mecanismo de resolución bancaria que el pasado fin de semana se topó con la negativa de Reino Unido y Alemania, y que supone una pieza fundamental de la unión bancaria.

–¿Cómo va a conseguir un compromiso sobre la resolución bancaria después de lo sucedido en el Ecofin informal de Vilna?

–Encontraremos una solución. He introducido en mi texto margen de maniobra. Muchos ministros se preguntan por qué la Comisión debe tener el poder de resolución, pero jurídicamente nosotros sólo proponemos que sea quien apriete el botón final de la liquidación porque tiene que ser una institución y no hay muchas. No tengo ideología sobre ello, si alguien me presenta una mejor solución, estoy abierto. No es la Comisión quien tiene que hacer el trabajo de liquidar bancos, sino que corresponde al consejo de resolución. El BCE supervisará 6.000 bancos que van a estar bajo el control del supervisor, pero la resolución –si todo lo demás funciona– sólo se producirá en 2 o 3 casos. (...) La Comisión no busca un papel suplementario.

–¿Qué valor tiene la nueva propuesta sobre los índices de referencia en el marco de la regulación de los servicios financieros?

–Cerca del 60% de los préstamos del sector no financiero, es decir, aproximadamente 3 billones de euros en la zona euro, se basan en tipos variables que usan estos índices. Es muy importante porque los productos que generan estos organismos, como el euribor o el libor, tienen consecuencias considerables en la vida de la gente. En la vida cotidiana, todos los créditos hipotecarios usan estos índices, las empresas, los estados. No hay derecho a manipular esos índices, tiene demasiadas consecuencias. Estamos poniendo orden en los mercados financieros sobre bases sanas y sólidas.

¿Cómo puede conseguirse ese objetivo desde Bruselas?

–Hay dos patas: la reparación y la prevención. En el primer aspecto adopté inmediatamente el texto sobre abusos de mercado, que acaba de votarse en el Parlamento Europeo, el cual comprende una escala de sanciones fuertes por manipulación de los índices. Además, está en discusión otra propuesta para imponer sanciones penales, incluida la cárcel para aquellos que participen en estas situaciones. No habrá complacencia. La segunda respuesta, en su aspecto preventivo, es la que nos ocupa hoy, con un marco muy estricto sobre lo que denominamos organismos de gestión de «benchmarking». Les sometemos a reglas de transparencia y sinceridad y regulamos la metodología y las cifras que utilizan.

–Explíquenos qué importancia tiene para los ciudadanos.

–El reglamento cubre todos los índices, tanto los financieros, como los mercados de materias primas. El volumen de mercado que utilizan los índices de referencia equivale a 1.000 billones de euros. 900 billones utilizan el índice relativo al tipo de interés y la mitad de las transacciones conciernen al libor y al euribor, por lo que afecta a la vida continuada de la gente.

–¿Cómo pueden controlarse esas dimensiones?

–El corazón de la propuesta es el método. El órgano que gestione cada índice será sometido a la ley de abuso de mercado.

–Precisamente, se le ha acusado de plegarse a los deseos de la City, al dejar en manos del regulador británico la vigilancia sobre el libor.

–Hemos hablado de todas las hipótesis y por eso ha habido filtraciones. He elegido finalmente responsabilizar primero al supervisor del país donde se encuentra el centro de gravedad del «benchmarking». El libor se gestiona en Londres; el euribor, en Bruselas. Confío en los supervisores del lugar donde se encuentran, pero para ambos, como hay un efecto sistémico –se usan fuera de Londres y de Bruselas–, crearemos un colegio de supervisores con la Autoridad Europea de Valores y Mercados –ESMA, en inglés– que tendrá el poder de decidir. Es una propuesta rigurosa, que busca responsabilizar a los órganos de supervisión nacionales. No quiero hacer ideología sobre esto. Hemos decidido responsabilizar al que está más cerca y es más eficaz. Mi objetivo es que funcione.

–El más próximo también es a menudo el más influenciable...

–Creo que todo el mundo está tomando nota de las lecciones del pasado. Va a haber penas, se prestará más atención.

–¿Cómo funcionaba hasta ahora el sistema?

–La federación europea de bancos creó el euribor y lo puso en el mercado. Los bancos lo utilizaron. Sin metodología, sin control, sin supervisión pública. A partir de ahora, el responsable de gestionar estos índices va a tener que responder, incluso ante la Justicia. Eran índices creados sobre previsiones, no sobre transacciones reales. Eso cambiará ahora. Cualquier organismo seguirá siendo libre de crear sus índices, pero tendrán que cumplir unas reglas.