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No sólo la UE, también China

La Razón
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Tercera jornada de duras caídas en las bolsas europeas y, al contrario que hace exactamente un año, las tensiones que padecemos no tienen su origen en Europa. Durante los próximos días, tendrán lugar cumbres con calado político, de las que el mercado no tiene grandes expectativas. Así pues, no está en la mano de la eurozona el devolver a las bolsas su tendencia alcista. Actualmente, las tensiones en el mercado interbancario chino y la simpatía con que esto es percibido por las autoridades del país constituyen el principal foco de estrés para los mercados durante las últimas horas. Las materias primas y sus sectores relacionados son las encargadas de propagar estas tensiones en el gigante asiático. La condición cíclica de las mismas, su fuerte elasticidad a las políticas monetarias expansivas, su dependencia del crecimiento de la economía del gigante asiático –el mayor consumidor de materias primas– y la apreciación del dólar –divisa en la que están denominadas sus cotizaciones–, constituyen las causas de este fuerte castigo. El otro gran catalizador de las duras bajadas que vivimos se inició el pasado miércoles tras la reunión de la FED. La verbalización de las intenciones de la institución de reducir los estímulos monetarios antes de que termine el año y concluirlos a mediados del próximo –todo supeditado que la economía americana no pierda el impulso actual– ha causado cierta sobrerreacción. Cabía pensar que los mercados ya descontaban en gran parte el calendario de salida del QE3. Pero la aparición de otros elementos bajistas –con Europa haciendo su aportación a través de los problemas en el Gobierno griego y de la falta de acuerdo en lo referente al proyecto de Unión Bancaria– está extremando los daños. Es probable que durante los próximos días aparezcan varias voces que traten de matizar las palabras de Bernanke de la semana pasada –Dudley y Hilsenrath ya se han pronunciado al respecto– con el fin de tratar de cambiar la percepción del mercado sobre el fin de las rondas de estímulos. El mercado global de deuda es el que está transmitiendo este segundo problema al empeorar tanto en su versión más segura –como la deuda alemana– y en su versión más cíclica –como la española–. La rentabilidad del bono español a 10 años alcanza hoy un 5%, lo que está castigando especialmente a los bancos, y deja al Ibex como el peor índice europeo entre los principales –cayendo el doble que el italiano–. A comienzos de mayo, el bono a 10 años alcanzó un 4% de rentabilidad, nivel que no se pudo perforar al producirse fuertes ventas. La percepción de los mercados ha cambiado de manera significativa durante estas últimas semanas, especialmente en lo que se refiere a la actitud de los Bancos Centrales. Aun es pronto para dictaminar un cambio total de tendencia en las bolsas, al caber dos opciones: la extensión de las bajadas, o la vuelta al movimiento lateral de consolidación de las últimas semanas. Sin embargo, las subidas automáticas y «por defecto» que veíamos meses atrás y que llevaron a Wall Street a batir máximos históricos día tras día serán mucho menos frecuentes en la segunda mitad del año.

*Analista de IG Markets