Unión Europea
«Nos imponen la ley del silencio»
Las corporaciones exigen a sus empleados que no hablen con la Prensa ante la incertidumbre financiera
Las corporaciones exigen a sus empleados que no hablen con la Prensa ante la incertidumbre financiera
La City de Londres, el centro neurálgico de las finanzas de Europa, aguarda ante la incertidumbre que ha desatado el Brexit. Conocida como la milla cuadrada, 9.000 personas residen en 2,4 kilómetros cuadrados y ven de lunes a viernes como su población se multiplica hasta alcanzar a los 414.000 profesionales que trabajan aquí. La salida de Reino Unido de la Unión Europea ha colocado a la City en el epicentro de las futuras conversaciones entre Londres y Bruselas. Pero la incertidumbre económica y política que vive el país ha silenciado a la milla, la plaza con más transacciones internacionales del globo.
La gente no habla porque «no quieren precipitarse», pero son las corporaciones las que a nivel interno exigen a sus empleados silencio. Las especulaciones sobre lo que le ocurrirá a la urbe financiera están a la orden del día y las fechas se empiezan a señalar en el calendario. No será hasta noviembre cuando los laboristas, tras haber elegido a una primera ministra –las dos postulantes son mujeres–, activen las negociaciones en Bruselas.
Desde los altos despachos de los rascacielos ubicados en la City se divisa Canary Wharf, conocida como «la segunda City», este espacio alberga también grandes firmas financieras y dos agencias de gran importancia para la UE: la del Medicamento y la Autoridad Bancaria Europea.
LA RAZÓN contactó con varios trabajadores de ambas instituciones, pero «por estricta normativa interna» no pueden hablar, ni de manera personal ni relacionándolo con las agencias. Aunque se mostraban dispuestos, nadie se atreve a dar su opinión. Un trabajador de una de estas agencias, que prefiere no dar su nombre, aseguró a este diario que Bruselas no va a esperar a que Reino Unido solicite activar el Artículo 50 del Tratado de la UE y ya se está considerando el traslado a otras ciudades como Fráncfort, París o Milán. España también se ha unido a la puja por ambas agencias.
La Autoridad Bancaria Europea –EBA, por sus siglas en inglés– se encarga de aplicar un conjunto de normas armonizadas para regular y supervisar el sector bancario en todos los países de la Unión. El objetivo de la agencia es «crear un mercado único de productos bancarios en la UE que sea eficiente, transparente y estable».
Por otro lado, la Agencia Europea de Medicamento se encarga de proteger y promocionar «la salud pública y animal, mediante la evaluación y supervisión de los medicamentos de uso humano y veterinario». Ambas agencias regulan en diferentes campos normativas de suma importancia para los países de la Unión.
La lista de nacionalidades de las personas que trabajan aquí sirven para recorrerse el mapa europeo. Españoles, griegos, italianos, belgas... más de 1.000 personas que ahora ven su futuro con incertidumbre. Saben que los cambios van a llegar, y pronto.
A las seis de la tarde la City vuelve a bullir, pero esta vez los cientos de profesionales no entran en sus oficinas, sino en los pubs. Pinta en mano, cientos de trabajadores de toda Europa hablan sobre el Brexit, sobre el futuro que les espera. Albert es francés, trabaja para un banco de inversión norteamericano. Después de siete años, esta compañía empieza a temer por su futuro en Londres. «Hay mucha incertidumbre, económica y política, y eso no es bueno para la empresa, tenemos muchos proyectos que están parados o que directamente se han cancelado desde el referéndum».
Anna, de Polonia y Érika, de Eslovaquia, trabajan en una firma de abogados. Ambas relatan que no están seguras de lo que va a pasar, pero que va a afectar a sus vidas. Anas es de Grecia, lleva un año y medio trabajando para una firma financiera, y asegura que su futuro «se ha congelado». Su compañero, el francés Abdel, asiente mientras Anas habla, y añade: «Van a cambiar nuestro futuro, seguro». Nadie quiere decir el nombre de la empresa, lo ven como un riesgo porque éstas han pedido silencio.
La City va a cambiar, aunque aún no sea certero el rumbo que va a tomar. Se la compara con el Vaticano, porque los expertos aseguran que es un «Estado dentro de otro Estado» con sus propias leyes. Tildada de paraíso fiscal, con independencia económica desde hace más de mil años, la City elige a su propio alcalde en unas elecciones en las que las empresas, al igual que los residentes, también votan, pero éstas tienen más o menos poder según su número de empleados.
Rodeada por restos de muralla romana, ya ha sobrevivido a dos grandes incendios, y aunque de este nuevo fuego no se vean las llamas, la milla cuadrada busca ya las salidas de emergencia.
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