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Pescanova reconoce discrepancias entre su contabilidad y la deuda bancaria
Envuelta en dudas sobre sus cuentas, Pescanova ha admitido "discrepancias"entre su contabilidad y la deuda que reclaman los bancos el día en que la CNMV ha suspendido cautelarmente su cotización a mediodía, cuando ya había cedido un 19,57 % respecto de ayer.
Envuelta en dudas sobre sus cuentas, Pescanova ha admitido "discrepancias"entre su contabilidad y la deuda que reclaman los bancos el día en que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha suspendido cautelarmente su cotización a mediodía, cuando ya había cedido un 19,57 % respecto de ayer.
La CNMV ha tomado esta decisión "por concurrir circunstancias que pueden alterar el normal desarrollo de las operaciones sobre el valor", un valor que se ha dejado hasta un 57 % desde el 1 de marzo, fecha en que la empresa solicitó el preconcurso de acreedores.
En el momento de la suspensión, los títulos de Pescanova se cambiaban a 5,91 euros, frente a los 7,32 que marcaban al cierre de la sesión anterior, es decir, casi un 20 % menos, aunque a primera hora de la negociación sufrían un abultado descenso cercano al 32 %.
Poco después de su suspensión en bolsa, Pescanova remitía un comunicado a la CNMV en el que admitía que las cifras de deuda que maneja la empresa no coinciden con lo que le reclaman sus acreedores.
"Hemos detectado discrepancias entre nuestra contabilidad y las cifras de deuda bancaria, discrepancias que pudieran ser significativas y que estamos en proceso de revisión y conciliación"; se afirma en el comunicado firmado por el presidente de la compañía Manuel Fernández De Sousa.
Desde Pescanova se comprometen a comunicar a la CNMV el "importe de esas discrepancias"en cuanto lo sepan, mientras que el regulador bursátil ya adelantó ayer la apertura de una investigación sobre los "posibles indicios"de comportamientos de "abuso de mercado por parte de la compañía, sus administradores o terceras personas".
Por su parte, la presidenta de la CNMV, Elvira Rodríguez, ha explicado hoy, en la presentación del plan del organismo para 2013, que durante la semana pasada se vieron en el mercado movimientos de acciones de Pescanova que llevaron al supervisor a iniciar una investigación, que "sigue sus cauces".
En concreto, se está investigando si hubo abuso de mercado en determinadas operaciones de compraventa de acciones de la compañía y ha pedido sus cuentas de 2012, tras haber comprobado ya los datos referidos a la renegociación de su deuda, aspecto clave en el periodo que el procedimiento del preconcurso de acreedores otorga antes de que la empresa tenga que declararse insolvente.
La compañía debía afrontar este año el vencimiento de una deuda por importe de 203,36 millones de euros con entidades de crédito, obligaciones y deudas no comerciales.
Sobre la situación de Pescanova también se ha pronunciado hoy el Ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, quien considera que el problema de la empresa es "transitorio"por las cifras de deuda manejadas.
"Sería fácil de solucionar en un contexto sin restricción crediticia, pero en la actualidad es un escollo para cualquier empresa", ha precisado en un desayuno informativo.
La apuesta de la compañía de pasar de ser un mero trading (comercializador) de pescado para convertirse en una empresa vertical -desde la extracción y cría de pescado hasta su posterior transformación-, ha exigido fuertes inversiones en acuicultura y un alto endeudamiento en los años previos a la crisis global.
Inmersa ahora en la renegociación de estas deuda, la compañía se enfrenta a varios bancos gallegos, también en dificultades, que imponen condiciones de crédito diferentes a las de entonces.
Para lograr liquidez, Pescanova ya realizó en marzo de 2010 una emisión de bonos convertibles de 110 millones de euros (con vencimiento a cinco años) y, en abril de 2011, completó entre inversores cualificados e instituciones una emisión de bonos convertibles por importe de 180 millones de euros que vencen en abril de 2017.
En estos momentos, la empresa pesquera está pendiente de la venta de su negocio de acuicultura, un negocio que, según fuentes de Pescanova, lleva dos años de pérdidas a causa de la sobreoferta de salmón -el 80% se vende en Japón- que ha hecho caer los precios.
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