Jubilación
Rentas vitalicias, el nuevo producto estrella
Sus condiciones y requisitos resultan cada día más interesantes para los mayores
Los planes de pensiones han sido la opción más tradicional a la hora de ahorrar para la jubilación. Siempre han estado ahí, son fácilmente accesibles, sus ventajas se han impulsado a través de numerosos medios, y eran la gran apuesta de las entidades financieras como de los consumidores, que no se recordaban tan exigentes como ahora. E incluso del Estado. Sin embargo, ha ocurrido como en el deporte, los jóvenes han empezado a desplazar a los veteranos en el mercado laboral, y los planes de pensiones ya no son la estrella del equipo, un nuevo jugador que se adapta a las necesidades actuales está captando la atención de cada vez más clientes: las rentas vitalicias.
Desde Mapfre afirman que la demanda de este producto está creciendo debido a su idoneidad para complementar la pensión porque es el único en el que el sector privado asume el riesgo de longevidad del consumidor. Por lo tanto, el mismo lo cobrará hasta su fallecimiento, al igual que el subsidio público. Además, indican, tiene ventajas que lo hacen más atractivo para cualquiera: ofrece un tipo de interés garantizado, no supone ningún peligro para el cliente, y éste está excento de tributar un porcentaje de las rentas percibidas en función de su edad en el momento de la contratación, cuanto mayor sea la excención será más grande, pudiendo alcanzar el 92% de la renta a los 70 años.
Este producto se puede presentar, principalmente, en dos formas distintas pero con un procedimiento bastante similar. La primera son los seguros de rentas vitalicias que, según explica el director general del Grupo Retiro, Carlos Martínez Cerezo, «consisten en la entrega de un capital de dinero a partir del que una aseguradora garantiza al tomador del cobro una renta mensual para toda la vida cuya cuantía estará en función de su edad y del importe dado a la empresa».
Así, Martínez Cerezo señala que esta clase de productos financieros han estado de actualidad debido a «la modificación fiscal que se realizó hace un par de años por la cual las ganancias patrimoniales que una persona mayor de 65 años pudiera obtener (por ejemplo, por la venta de una segunda vivienda o por la venta de unas acciones o un fondo de inversión, etc.) quedan exentas de pago en el IRPF si las destina a la contratación de un seguro de rentas vitalicias. Todo esto último dicho de forma genérica porque está normativa está sujeta a una serie de límites y requisitos». De esta manera, el valor de los beneficios no se reducirá en ningún momento y la gente que llega a su jubilación se plantea cada vez más vender alguna propiedad para invertir en complementar su pensión de jubilación a través de firmar un seguro de renta vitalicia. El capital obtenido lo entrega a una aseguradora que, básicamente, lo gestiona, y realizará a su cliente el abono correspondiente cada mes hasta su deceso.
En segundo lugar, están las rentas vitalicias inmobiliarias, en las cuales está especializado el Grupo Retiro. Carlos Martínez Cerezo explica que se trata de la la venta de «la nuda propiedad de una vivienda por parte de una persona mayor (más de 65 años) a cambio de la percepción de una renta mensual vitalicia y reservándose la propiedad del derecho de usufructo de la propiedad, lo que le permitirá seguir usando y disfrutando su vivienda hasta su fallecimiento». Existe otra modalidad de pago que consiste en «la transmisión de la nuda propiedad a cambio de la recepción de una única cantidad de dinero, de rentas temporales o el cobro de un dinero inicial más una renta vitalicia o eventual».
Por lo tanto, no sólo se obtiene un beneficio cada ciertos periodos a través de la renta vitalicia, sino que aparte se puede seguir dando uso al capital que se invierte, que es la gran novedad que ofrecen. Estos productos tienen una gran ventaja para el contratante porque, mantiene Martínez Cerezo, «deja también de pagar determinados gastos de la vivienda como es el caso del IBI, las derramas extraordinarias y el seguro del continente del domicilio». En este tipo de rentas vitalicias, el Grupo Retiro también facilita la flexibilidad respecto al lugar en el que se vive, ya que si el cliente necesita trasladarse a una residencia por causas familiares, acumule mayores ingresos con el fin de poder pagarse el centro de mayores que desee. Éstos son sólo varios de los motivos por los que Martínez Cerezo piensa que esta forma de complementar la jubilación es perfecta para las personas mayores, un sector de la sociedad cuyo «85% de su patrimonio o ahorros se encuentra en su vivienda», y es lo único que les queda para invertir cuando llegan a la edad de retirarse laboralmente.
Este dato refleja por qué las rentas vitalicias son el nuevo productos estrella ofrecido por las entidades financieras para asegurar la jubilación de un cliente. En un país con un capital mobiliario tan amplio, y en el que sus ciudadanos han acumulado propiedades, sobre todo, en los años anteriores a la crisis, vender o ceder los derechos de una de ellas para recibir una renta mensual hasta el fallecimiento, se presenta como una de las mejores opciones para disfrutar un retiro laboral cómodo ante la incertidumbre que, a día de hoy, representan las pensiones de jubilación. Además, son los productos privados con condiciones más parecidas a los subsidios estatales, pero mientras que la renta pública se genera mediante el trabajo, la renta vitalicia se produce a través de las propiedades.
Una demanda creciente
Las rentas vitalicias son la última moda en cuanto a jubilación se refiere, reciben todos los focos y las ventajas que ofrece se transmiten de boca en boca. Eso gracias a que hay quien las disfruta, y es que cada vez son más mayores de 65 años los que se decantan por esta opción desde que se empezaran a comercializar hace cosa de dos años. Según datos del Servicio de Estadísticas y Estudios del Sector del Seguro en España (ICEA), en mayo de 2017 eran 8.638 personas las que tenían contratado un producto de renta vitalicia para complementar su pensión pública. Con ello, el patrimonio de estos consumidores que gestionaban las entidades financieras sumaba 917 millones de euros. Poco después, las cifras de septiembre indican un aumento exponencial respecto a las rentas vitalicias, que ya cuentan con 9.208 adeptos. Es decir, 570 más en sólo cuatro meses. Como consecuencia de este imparable crecimiento, también se ha ampliado el volumen de capital que ha llegado a las empresas para que lo transformen en renta, y ya es de 1.140 millones de euros. Evidentemente, las cantidades tanto de clientes como de dinero que mueven las rentas vitalicias todavía quedan lejos de las que presentan otros productos tradicionales como los planes de pensiones. Pero en el poco tiempo que llevan en el mercado ya se han integrado totalmente en el sector, y en un futuro próximo seguramente ocupará una parcela tan grande como los servicios con los que compite.
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