Empresas

Trabajo en equipo, reto de los directivos

La globalización y el desarrollo tecnológico han cambiado las competencias de los directivos del siglo XXI
La globalización y el desarrollo tecnológico han cambiado las competencias de los directivos del siglo XXIlarazon

«El concepto de compartir se vuelve cada vez más necesario en este nuevo contexto empresarial».

Para poder evaluar si un directivo es bueno o no, hay que hacerlo teniendo muy presente el contexto social y económico en que desempeña su responsabilidad. Así, en el presente artículo trataremos de analizar con qué competencias básicas deberían contar los directivos españoles para cumplir con éxito su cometido en la empresa. Siglo XXI, España. En Europa, pero puerta de África y puente con América Latina. Así se presenta nuestro contexto. Un mundo globalizado en el que el entorno empresarial cambia a un ritmo de vértigo motivado por grandes transformaciones que no sólo afectan a las empresas, sino que también repercuten en la sociedad en general.

La globalización y el desarrollo tecnológico, la dualidad entre el ritmo de cambio y los objetivos largoplacistas, o la creciente importancia de la responsabilidad social corporativa nos llevan a pensar en una serie de competencias que hoy son imprescindibles para los directivos de nuestro país. Si pensamos en esas capacidades, competencias o habilidades, nos encontramos con que algunas son endógenas y otras son exógenas.

Comenzamos con las primeras, las innatas. El carácter del español. Algo que puede sonar a tópico, pero que tiene características reconocibles en términos generales.

Intuitivos

Tradicionalmente el directivo español se ha guiado por la intuición, se ha comportado con una naturalidad que roza lo que coloquialmente conocemos como «campechanía», y tiene entre sus definiciones la naturalidad. Esto se entiende mejor si comparamos ese carácter con otros de nuestro entorno más cercano, como el sajón o el germánico. La rectitud y la puntualidad frente a nuestra capacidad de improvisación y nuestra creatividad. Los elementos exógenos se definen a partir del entorno de aprendizaje, del estilo de conocimientos que se enseñan. De nuevo comparando, qué duda cabe de que en el entorno sajón hay un componente mucho más conductual que en nuestro caso.

Sea como fuere, estos elementos endógenos y exógenos tienen que conjugarse para llegar a un equilibrio capaz de afrontar de manera exitosa los retos de los nuevos tiempos, de modo que el directivo español debe tener una visión global, enfocada tanto en diferentes países como en diferentes culturas; necesita dominar varios idiomas más como muestra de respeto hacia sus interlocutores que por mera necesidad, digamos, operativa. Y debe saber combinar su tradicional capacidad de improvisación con la flexibilidad y la adaptación, que no son la misma cosa.

Así, entre las competencias deseables para un directivo, enumeramos unas que de manera general aparecen en el colectivo directivo español, y otras que son susceptibles de mejora, también de manera general con los riesgos que tiene cualquier generalización. En primer lugar, destaca la formación de los directivos de hoy. Ciertamente, en los últimos años se ha generalizado el acceso a la universidad de los españoles, y se ha hecho habitual que los jóvenes tengan experiencias académicas e incluso laborales en el extranjero.

Competencias

Además, los nuevos directivos cada vez están más actualizados en el ámbito tecnológico, por lo que, sin duda, cuentan con buenos elementos para competir en el entorno empresarial. Tradicionalmente el directivo español se ha caracterizado por una reseñable capacidad sistémica, que le permite ver a la organización en relación con todas las partes que la forman internamente y con las que se relaciona externamente. Esta habilidad es fundamental en cualquier negociación de la vida y, por supuesto, en el ámbito empresarial.

Crisis económica

Por otro lado, los últimos años de profunda crisis económica han demostrado que tenemos grandes profesionales en el país capaces de manejar situaciones de grandes cambios y periodos de crisis, pudiendo capear el temporal y reconducir la ruta de las grandes organizaciones hacia la supervivencia primero, y hacia el crecimiento después.

Sin embargo, dentro del ámbito de mejora situamos cuestiones como el excesivo tactismo, siendo necesario que nuestros directivos adquieran por costumbre planificar en mayor medida su toma de decisiones. La visión y el pensamiento estratégico son dos aspectos en los que hay que poner especial atención.

Igualmente, aún nos falta cambiar de mentalidad en lo relativo al trabajo en equipo. Hay que entender esto como la capacidad para crear equipos participativos reales, no sólo delegar o dar órdenes, sin compartir trabajo. El concepto de compartir se vuelve cada vez más importante en este nuevo contexto empresarial.

Compartir, porque en definitiva los resultados de una buena gestión empresarial son compartidos por la empresa, por los propietarios o accionistas, por el trabajador y también repercuten en la sociedad en su conjunto. Esta es, quizás, otra de las áreas de mejora en las que cabe poner el foco de manera general.

Cada vez más, los directivos diferencian entre salario, retribución y compensación. Y están en el buen camino. Porque entender que en el nivel directivo no se trabaja «sólo» por un salario es parte de la solución a una carencia compartida en varios de nuestros principales sectores productivos.

Los directivos deben comprender que son fundamentales el conocimiento de la cultura empresarial, y el sentido de pertenencia a una organización. Sólo así podrán transmitir estos valores al resto del equipo y conseguir que toda la maquinaria de la organización empresarial funcione al unísono para la consecución de los objetivos.

Esta implicación transversal facilita la involucración de todos los actores interesados, el contagio de buenas prácticas, y el dinamismo para optimizar los procesos de adaptación a un contexto tan cambiante como el actual. Sin duda, nuestros directivos cuentan con la mejor materia prima tanto por su cualificación como por la situación geoestratégica de nuestro país, y si son capaces de ir puliendo estos matices conceptuales, seguirán compitiendo en las grandes ligas de la gestión empresarial.

*Consejero Delegado de Dexter executive Search