Economía
¡Turbulencias a la vista!
Perpetuar los tipos de interés bajos, e incluso negativos, puede alterar la estabilidad financiera y disparar la deuda, tanto la pública como la privada. Sin embargo, la transición hacia la «normalidad» se trata de uno de los principales riesgos sobre la economía mundial, ya que cualquier alza de las tasas podría terminar de sumergir a los debilitados países emergentes. Desde el Banco de Pagos Internacionales (BPI) indicaron que la economía global tiene ahora más deuda, está más sensible, y que los tipos bajos no son de equilibrio. «No es una situación normal, ni necesaria», dijo su director general, Jaime Caruana.
Santiago Carbó, catedrático de Economía de la Bangor University e investigador de Funcas, admite que la reversión a la normalidad no será sencilla. Recuerda que la ligera subida de tipos estadounidenses ha desatado problemas en medio mundo, especialmente en algunos emergentes. «No tenemos experiencia sobre ese camino de vuelta. Con un tímido endurecimiento de la política monetaria en EE UU, unido a la debilidad de China y a los precios del petróleo, se han producido tensiones cambiarias y movimientos de capitales considerables». Carbó considera que gran parte del «camino de vuelta» es el elevado endeudamiento público y privado. «Su sostenibilidad depende de su coste y las subidas de tipos sólo podrán ser generalizadas pasado un tiempo considerable y cuando buena parte de esa deuda se haya amortizado. De lo contrario, los episodios de quiebra y reestructuración empresarial o soberana se harían más comunes».
La deuda acumulada por los prestatarios más allá de las fronteras norteamericanas se sitúa en torno a los 10 billones de dólares. Así, los países más desarrollados no deben preocuparse únicamente de barrer y mantener su casa en orden, sino las de todo el vecindario. Aunque sería conveniente que la vuelta a la normalidad estuviera coordinada entre las actuaciones del BCE y de la Reserva Federal, casi siempre impera el beneficio particular de cada cual. No obstante, Carbó afirma que, gracias a la globalización, aprenderemos a preocuparnos por los efectos que causan las políticas domésticas sobre terceros porque las consecuencias negativas en el exterior acaban repercutiendo en el terreno propio. Y agrega que la Fed subió tipos porque parecía que la economía norteamericana estaba preparada para ello, pero la debilidad internacional está afectando a Estados Unidos y «las nuevas subidas de tipos ya no son tan esperables».
Pese a que la subida en la eurozona no se vislumbre en el horizonte y a que la inflación no vaya a retornar en un tiempo, no se descarta que se arbitren medidas para que los mercados interbancarios y de liquidez dejen de empujar hacia tipos reales negativos, «porque hay anomalías en la formación de precios, en los productos bancarios y en la relación entre acreedores y deudores», resalta Santiago Carbó.
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