Editoriales

El centro derecha reconoce a un líder

Pablo Casado ha conseguido en tres años difíciles la aprobación de sus votantes

Sin pretender en modo alguno abrir espacios a la euforia de la actual dirección popular, LA RAZÓN publica, hoy, un sondeo elaborado por «NC Report» entre los votantes del Partido Popular que arroja una conclusión clara: la consolidación de Pablo Casado como líder de la formación que representa al centro derecha español. Una gran mayoría de los electores declarados del partido, el 73,9 por ciento, valoran con la mejor nota el liderazgo de Casado y un 96,3 de los consultados aseguran que repetirán su voto, lo que convierte al PP en la formación que registra el mayor índice de fidelidad entre sus electores.

Trasluce la encuesta, también, la percepción de un cambio de tiempo en el partido, especialmente entre los más jóvenes, mucho menos preocupados por la persistencia del estigma de la corrupción azuzado desde la izquierda, que la generación más adulta, a la que le eran más familiares los nombres de los presuntos implicados, y sobre la que cayó durante una década el grueso de la propaganda adversaria. Así, mientras que el 40 por ciento de los votantes mayores de 55 años consideran que no se ha superado la etapa de la corrupción, entre los que tienen menos de 34 años, esa percepción negativa desciende hasta el 30 por ciento. Sin embargo, no hay variaciones sensibles por tramos de edad cuando se les pregunta por la decisión de vender la sede de la calle de Génova, que aprueba, nada menos, que el 78,3 por ciento. Por supuesto, no sólo la corrupción ejerció los inevitables efectos en la pérdida de voto popular.

En este sentido, no deja de ser muy significativo que solamente un 49,2 por ciento de los encuestados consideren que se debe contar con los expresidentes José María Aznar y Mariano Rajoy en esta nueva etapa del partido. En este caso, son los más jóvenes, con el 55 por ciento de respuestas negativas, quienes más desapego muestran con los anteriores dirigentes. Podría aducirse una cierta afinidad generacional con la nueva dirección, pero es una explicación insuficiente, cuando casi la mitad de los simpatizantes populares se distancian de unas figuras, al menos la de Rajoy, no tan lejana en el tiempo. Por otra parte, la recuperación del voto popular que se fue a Ciudadanos no debe traducirse en un deseo de integración con los naranjas. El 60 por ciento de los votantes del PP está en contra de que Albert Rivera tenga un papel preponderante en el partido. Sin duda, es una buena conclusión para Casado. El centro derecha sólo reconoce a un líder.