El Euroblog
Irlanda dice "sí"a Europa
A la segunda va la vencida otra vez. Quince meses después de rechazar en referéndum el Tratado de Lisboa, el pueblo irlandés acaba de respaldar el texto con un rotundo 67,1% y una participación del 58%. La crisis económica y el miedo a quedarse aislados explican el giro de 180 grados de la opinión pública irlandesa, que ya en 2001 abrió otra crisis en la UE al rechazar en las urnas el Tratado de Niza.
Todas las dudas que impulsaron el "no"en el plebiscito de junio de 2008 han sido disipadas por los socios europeos. A través de un protocolo al Tratado, la UE ha garantizado a Dublín respeto a su política fiscal, su neutralidad y su legislación sobre el aborto. Además, en contra de lo previamente pactado, Irlanda mantendrá su representante en la Comisión Europea para evitar que cunda el sentimiento de no estar representado en Bruselas.
A pesar de que el resultado en Irlanda ha quitado un importante peso de encima a la UE, el camino para que Lisboa sea una realidad aún tiene dos obstáculos: la ratificación en Polonia y República Checa. Aunque sus Parlamentos han votado hace meses a favor del texto, sus euroescépticos presidentes se resisten a estampar su firma.
El Gobierno polaco confía en que en los próximos días el presidente Lech Kaczyinski rubrique el Tratado. Quien amenaza con casuar aún enormes dolores de cabeza a sus homólogos europeos es el jefe de Estado checo, Vaclav Klaus. Aunque prometió que firmaría Lisboa cuando Irlanda lo hiciera, el euroescéptico dirigente checo desea demorar "ad infinitum"su decisión. Ahora se ampara en un reciente recurso de inconstitucionalidad contra el texto presentado por diecisiete senadores conservadores. Hasta noviembre no se prevé que el alto tribunal checo comience a deliberar sobre el asunto.
La verdadera estrategia de Havel, quien no desea que la UE sea nada más que un gran mercado, es demorar el proceso hasta las próxima primavera, cuando está previsto que se celebren elecciones generales en Gran Bretaña. En caso de ganar, el líder conservador, David Cameron, ha prometido someter a referéndum el Tratado de Lisboa si para entonces algún Estado miembro no ha ratificado el texto. Es decir, como en el Parlamento Europeo, donde comparten el mismo grupo parlamentario, los euroescépticos británicos y checos están aliados en contra del avance del proceso de construcción europea. De cumplirse este escenario, Cameron entraría en la escenar europea como un elefante en una cacharrería. ¿Acaso alguien duda del resultado de una hipotética consulta en Reino Unido?
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