El Euroblog
La UE, en deuda con Serbia
La detención del criminal de guerra serbobosnio Ratko Mladic y su posterior entrega al Tribunal de La Haya ha hecho más por la integración europea de Serbia que decenas de reuniones y comunicados. Al satisfacer la principal exigencia de la UE, Belgrado ha cumplido su parte. Ahora le corresponde a los Veintisiete pasar de las palabras a los hechos y conceder en octubre a Serbia el estatus de país candidato a la adhesión.
Paradójicamente, el principal enemigo de las aspiraciones europeas de Serbia ya no es su pasado, sino los viejos Estados miembros de la UE, que no desean extender las fronteas del "club"comunitario por las implicaciones políticas y, sobre todo económicos, que ello implica.
Desde que llegó al poder, el presidente Boris Tadic ha dado evidentes muestras de que quiere pasar página de los noventa, cuando la fiebre nacionalista de Milosevic aisló a Serbia del mundo. Entregó al líder serbobosnio, Radovan Karadzic en 2008 y ahora ha hecho lo mismo con su jefe militar, el general Mladic, de cuya detención Tadic dice que es "la condición previa para alcanzar una reconciliación verdadera y sincera en la región". Aún permanece libre otro importante criminal de guerra, Goran Hadzic, que sembró de muertos la Krajina croata a comienzos de los noventa. Sin embargo, el compromiso de las nuevas autoridades serbias con el Tribunal Penal para la Antigua Yugoslavia (TPIY) ya es una realidad, incluso para Países Bajos.
Kosovo, que se independizó unilateralmente de Serbia en febrero de 2008, es la última patata caliente que aún debe afrontar Belgrado si quiere convertirse en Estado de pleno de derecho de la UE. Los Veintisiete, que han auspiciado el diálgo y la coopeación entre Serbia y su antigua provincia, no volverán a caer en el error que cometieron con Chipre aceptando como socio un Estado con un conflicto territorial con un tercero. Incluso en este contencioso, el europeísta Tadic se muestra dispuesto a "encontrar una solución pragmática para el futuro".
Aunque entre la población serbia, aún hay amplios sectores que ven a Mladic como un "héroe nacional", la mayoría, especialmente los jóvenes, están más preocupados por las dificultades económicas de un país con casi un 20% de paro y un salario medio de tan sólo 350 euros. La reciente posibilidad de viajar a los miembros de la UE sin visado probablemente contribuirá a la europización de un país que durante una década fue considerado un paria internacional.
Ahora, la pelota está en el tejado de Bruselas, que se comprometió en el pasado a garantizar a los Balcanes occidentales un puesto dentro de la familia europea. Esta esperanza es, precisamente, el mejor antídoto contra el ultranacionalismo.
✕
Accede a tu cuenta para comentar