El Euroblog
Obligados a pasar las vacaciones en Francia
El revuelo provocado por las Navidades pagadas a su ministra de Defensa y su primer ministro en Túnez y Egipto, respectivamente, ha caído como un jarro de agua fría al presidente francés, Nicolas Sarkozy, cuaya popularidad ha caído hasta el 24% a poco más de un años de las elecciones.
La primera en caer en desgracia fue la flamante jefa de la diplomacia gala, Michèle Alliot-Marie, que viajó a Túnez en un avión de un magnate que hace negocios con el yerno del depuesto Ben Ali. Por si esto no era bastante, la propia Alliot-Marie tuvo el patinazo de ofrecer en la Asamblea Nacional la cooperación y la experiencia antidisturbios francesas para acabar con las protestas. Al fin y al cabo, la ministra tendía la mano a un régimen amigo de Francia y a un presidente tolerado y agasajado primero por François Mitterrand, luego por Jacques Chirac, y hasta hace unas semanas por el propio Sarkozy.
Mientras crecían desde la oposición socialista las peticiones de dimisión a la titular de Exteriores, el primer ministro, el discreto François Fillon, se vio obligado a reconocer, un día antes de que lo destapara el semanario satírico "Le Canard Enchaîne", que las pasadas Navidades él y su familia viajaron por Egipto por invitación del Hosni Mubarak. Fillon se defendió diciendo que el traslado en avión a Egipto y su regreso a Francia corrieron de su cuenta y que el regalo del "rais"debía considerarse como un gesto de cortesía entre Estados.
Sea como fuere, Sarkozy no aguantó más y ordenó a todos sus ministros a pasar sus vacaciones en el Hexágono. Aquéllos que insistan en abandonar territorio francés deberán contar con la previa autorización del primer ministro y del secretario del Elíseo. Y es que "Sarko"debe pensar que a los políticos, como a la mujer del César, no les basta con ser honrados, sino que también deben parecerlo.
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