El Euroblog

Rasmussen encabeza el primer Gobierno en minoría en 40 años

Traspaso de poder entre la ex primera ministra danes, Helle Thorning-Schmidt y su sucesor, Lars Lokke Rasmussen
Traspaso de poder entre la ex primera ministra danes, Helle Thorning-Schmidt y su sucesor, Lars Lokke Rasmussenlarazon

Tras una semana de infructuosas negociaciones con el resto de partidos de centro derecha daneses (conservadores, Alianza Liberal y populistas), el liberal Lars Lokke Rasmussen ha optado por formar un Gobierno monocolor de 16 ministros (seis menos que el Ejecutivo de coalición saliente entre socialdemócratas y social liberales). Así, el Partido Liberal, que obtuvo su peor resultados electoral en 25 años durante las elecciones del 18 de junio, al quedar por detrás de socialdemócratas y ultraderechistas, contará con sólo 34 de los 179 diputados del Parlamento, donde contará con el apoyo del resto de formaciones del “bloque azul”. Rasmussen, que ya fue primer ministro entre 2009 y 2011, sigue los pasos de su correligionario Poul Hartling, que en 1973 dirigió durante apenas catorce meses un Ejecutivo minoritario que sólo contaba con 22 diputados.

Durante el traspaso de poder en Christiansborg (palacio que alberga el Parlamento y la oficina del primer ministro danés), se asistió a un distendido intercambio de cumplidos entre el nuevo primer ministro y su antecesora, Helle Thorning-Schmidt. Rasmussen la felicitó “por lo bien que los has hecho” y le regaló cuatro entradas para que ella, su marido y sus dos hijas asistan a un festival musical. Mientras, la dirigente socialdemócrata obsequió a su antiguo rival electoral con varios souvenirs con la bandera europea con el fin de que “recuerde que Dinamarca debe estar en el centro de la UE”. El domingo, el Partido Socialdemócrata eligió en un congreso extraordinario a la ex ministra de Justicia Mette Frederiksen, de 37 años, como nueva presidenta de la formación tras la dimisión de Thorning-Schmidt.

Aunque las diferencias en fiscalidad y gasto social han impedido alcanzar un pacto de coalición, Rasmussen ha tratado de ganarse a sus aliados con su programa de legislatura. Los guiños más destacados van dirigidos al derechista Partido Popular Danés (DF), que tras subir del 12,3% al 20,1% de los votos, se ha convertido en el auténtico árbitro de la política del país nórdico, tal y como pasó entre 2001 y 2011, cuando sostuvo al Gobierno liberal conservador a cambio de una restrictiva política migratoria. Rasmussen se compromete a aumentar el gasto público en sanidad, cuidado de ancianos y seguridad gracias a un recorte de las ayudas sociales y la cooperación internacional, que pasará del 0,83% actual al 0,7% del PIB. Asimismo, Copenhague aumentará el control en la frontera con Suecia y Alemania y dificultará la llegada de más refugiados. Por otro lado, para contentar al Partido Conservador y a la Alianza Liberal, el nuevo Ejecutivo promete bajar un 5% los impuestos a las rentas más altas. Finalmente, el nuevo primer ministro asume el compromiso que llegó con el Gobierno anterior de convocar un referéndum para acabar con la exclusión danesa en la cooperación europea en justicia e interior, pero eligiendo a la carta aquellos asuntos en los que le interese Dinamarca participar.

“Somos plenamente conscientes de que somos un Gobierno en minoría”, reconoció Rasmussen antes de apelar a una “amplia colaboración” para lograr acuerdos con partidos de ambos lados del espectro político tras unas reñidas elecciones que otorgaron a la derecha un sólo diputado de diferencia sobre la izquierda (90 frente a 89). Sólo el tiempo dirá si Rasmussen es víctima o no de su camarada Hartling.

pgarcia@larazon.es