Elecciones catalanas

El batacazo de Podemos deja a Iglesias en la cuerda floja

Las bases del partido morado culpan del fracaso a los dirigentes por la línea estratégica, el socio elegido y el cabeza de lista

Pablo Iglesias se ha comprometido a convocar un referéndum en Cataluña si gana las elecciones generales
Pablo Iglesias se ha comprometido a convocar un referéndum en Cataluña si gana las elecciones generaleslarazon

La penitencia de Pablo Iglesias comenzó el domingo por la noche. El líder de Podemos, desde Madrid, compareció ante los medios de para reconocer que el resultado de Cataluña sí se Puede (11 diputados) era «decepcionante». Unas horas más tarde, respaldado por algunos de los miembros de la cúpula de Podemos con los que trabaja de manera más estrecha, intentó capear los malos resultados con una propuesta sorprendente: la convocatoria de un referéndum vinculante, al estilo del de Escocia, en caso de llegar a La Moncloa.

El anuncio no sorprendió tanto por el hecho en sí como por lo que suponía: encastillarse en una posición de «tercera vía» –no a la independencia pero sí al derecho a decidir– con la que el partido ha fracasado de manera estrepitosa en Cataluña. Y eso sin contar que para la celebración de dicha consulta, con todo lo que aparejaría, Podemos tendría que llegar primero a la Presidencia del Gobierno.

Para ello, Iglesias y su núcleo duro buscan la forma de pasar página lo antes posible al batacazo catalán. Sin embargo, los resultados han supuesto un duro golpe tanto para la credibilidad de la cúpula –al fin y al cabo, la línea estratégica estaba marcada por los dirigentes– como para la del partido de cara a los posibles votantes. Hasta ahora, había podido atribuirse los resultados más positivos de los comicios de mayo, incluidos los llamados «ayuntamientos del cambio». Pero ahora ha quedado en evidencia que la formación morada es vulnerable y que los votantes no acuden a ella si el discurso no les motiva.

Así ha sucedido en Cataluña, donde la falta de definición ha dado como resultado un batacazo. El análisis también es compartido por las bases, que en el foro virtual del partido, Plaza Podemos, han cargado contra la actitud de los dirigentes madrileños y catalanes por haber ido de la mano de un partido de la «casta» como ICV, en lugar de presentarse en solitario como Podem, y por la elección de un candidato como Lluís Rabell, sin tirón y lastrado, en unas elecciones polarizadas entre el sí y el no a la independencia por su actitud pasada en favor de los Países Catalanes. Menos comprensible es que Iglesias dejase caer como globo sonda la posibilidad de apoyar a un Gobierno de «mayoría progresista» con ERC, PSC y CUP a condición de que los socios de Mas abandonasen a los convergentes.

Lo que sí parece claro es que Cataluña va a dar aún dolores de cabeza a Iglesias y su núcleo, incluyendo a la lideresa catalana, Gemma Ubasart, que durante un tiempo integró listas municipalistas cercanas a las CUP. El golpe ha caído con dureza sobre sus dirigentes y ha mostrado a la militancia que Podemos también puede conocer la derrota.