Parlamento Europeo
Portazo de la UE a la independencia de Mas
Bruselas advierte de que la secesión de Cataluña supondría salir del grupo de los 27 y volver a ponerse a la cola para ser readmitida.
Bruselas advierte de que la secesión de Cataluña supondría salir del grupo de los 27 y volver a ponerse a la cola para ser readmitida.
Europa no reconocerá una Cataluña independiente. No es nada nuevo. Desde Bruselas, casi sorprende la pregunta de los periodistas sobre el futuro después de las elecciones catalanas porque el mensaje siempre es el mismo. «Si parte de un Estado miembro se convierte en independiente deja de ser parte de la Unión Europea, pasa a ser un tercer Estado, y los tratados europeos se dejan de aplicar». Son palabras del portavoz de la Comisión, Margaritis Schinas.
Son actuales, pero el mensaje no ha cambiado. La Comisión Europea lo mantiene desde hace más de una década. Siempre que se enfrenta a un caso de independencia en algún Estado miembro la reacción de la UE permanece firme. El propio presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha manifestado en más de una ocasión que aquellos que consideran que una Cataluña independiente iba a ser aceptada para volver a formar parte de la UE se equivocan.
No basta con ser un Estado independiente, como ya han señalado grandes voces en Europa. La de Josep Borrell, ex presidente del Parlamento Europeo y ex ministro socialista, o la de Jean-Claude Piris, quien fuera director general del Servicio Jurídico del Consejo Europeo durante más de 20 años. Tras una posible declaración de independencia se hace necesario un reconocimiento. Y la UE tendrá difícil reconocer a Cataluña como Estado por unanimidad.
¿Por qué? Por un lado, porque son varios los Estados miembros que cuentan con regiones que podrían compararse con el caso catalán, que no querrían vivir en su propio país la misma situación. A una Europa en la que tiene cabida tanta pluralidad, se le escapa la razón por la que siguen surgiendo los nacionalismos radicales cada vez con más fuerza. Y por otro lado, porque para ser reconocido el Estado tiene que cumplir con el Estado de Derecho.
La UE está abierta a todos los países europeos, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 49 del Tratado de la UE (TUE), que constituye el fundamento jurídico de toda adhesión. No obstante, el país europeo solicitante debe respetar los principios enunciados en el artículo 6, apartado 1, del TUE, comunes a todos los Estados miembros y sobre los que se basa la UE: la libertad, la democracia, el respeto de los derechos humanos y de las libertades fundamentales y el Estado de Derecho.
Con arreglo al artículo 49 del TUE, cualquier Estado europeo que desee solicitar el ingreso debe dirigir su solicitud al Consejo. Este último debe consultar a la Comisión y pedir un dictamen conforme al Parlamento Europeo. Las condiciones de la adhesión son objeto de un acuerdo entre los Estados miembros y el país solicitante. El acuerdo, o tratado de adhesión, está sujeto a la ratificación de los Estados contratantes.
Tras el debate sobre el independentismo, en Bruselas se preguntan si es necesario «dividir así» el país, en un momento en el que Europa está viviendo momentos en los que la sociedad le demanda más unión que nunca. «Obviamente no es el momento de dividirse», señalan fuentes europeas. En Europa se trabaja precisamente para la ampliación y no para la reducción de sus miembros.
Pero no sólo Bruselas se ha manifestado en contra de la independencia de Cataluña. También lo ha hecho el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, la canciller alemana, Angela Merkel, o el primer ministro británico, David Cameron. Con la diplomacia que se requiere cuando se trata un asunto de calado nacional, pero todos ellos han recriminado la actitud de la Generalitat.
Desde el Parlamento Europeo, son muchos los eurodiputados que también defienden una España unida, con sus diferencias y singularidades, pero fuerte dentro de la UE. Populares, socialistas y liberales coinciden en que una secesión no tiene cabida.
El eurodiputado Santiago Fisas llegó a escribir una carta a los colegas parlamentarios para explicar el proceso en Cataluña. Diferenciaba en su escrito sobre el derecho a decidir, «del que algunos hablan tanto» y el derecho de autodeterminación. El primero no se recoge como tal en ningún Tratado, pero se entiende como el derecho a «elegir de forma democrática a sus representantes políticos». Sin embargo, como señalaba el eurodiputado, «los separatistas catalanes esconden tras el derecho a decidir el derecho a la autodeterminación, que sólo está permitido según la resolución de las Naciones Unidas 2625, 1514 en casos muy específicos y ninguna de estas justificaciones se corresponden con la situación de Cataluña».
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