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Diálogo, pero con respeto a la Ley

Rajoy exige a los independentistas que gobiernen para todos los catalanes y revela que abrirá contactos con PSOE y Ciudadanos

Rajoy durante su intervención para valorar las elecciones catalanas
Rajoy durante su intervención para valorar las elecciones catalanaslarazon

El primer mensaje del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, tras el 27-S fue un llamamiento a la lista independentista a administrar con responsabilidad su victoria bajo la advertencia de que las urnas han demostrado que la sociedad catalana no es monocorde, sino muy plural, y si la ley estaba ya en contra de la independencia, las urnas han dicho que ésta ahora también tiene en contra a la mayoría de la sociedad catalana. Rajoy se abrazó ayer al argumento del fracaso del plebiscito impulsado por Artur Mas y desautorizó la ofensiva soberanista para apuntalar la sensación de que la votación es el inicio de la cuenta atrás para la ruptura de Cataluña con España. Las candidaturas independentistas –Juntos por el Sí y la CUP– consiguieron el domingo la mayoría de escaños, pero no de votos. Las dos candidaturas sumaron el 47,8 por ciento de los sufragios, mientras que el resto de fuerzas alcanzaron el 51,7 por ciento de los apoyos. No obstante, Convergència y Esquerra Republicana, sin tener el apoyo de la izquierda asamblearia y anticapitalista de la CUP, sostienen que seguirán adelante con la hoja de ruta independentista.

«Comienza una nueva legislatura autonómica», sentenció el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en una declaración solemne en Moncloa dirigida a negar el carácter extraordinario que los soberanistas dan a estos comicios. El presidente también reclamó al nuevo Gobierno de la Generalitat –hay que ver todavía cómo se constituye–, que trabaje para todos los catalanes, para resolver sus problemas y para generar más bienestar económico y social. Le exigió que gobierne también para los no independentistas, para superar la fractura, la tensión, y los enfrentamientos que han marcado estos últimos años. Y que sustituyan el monólogo y la imposición unilateral por el diálogo constructivo y leal, porque se ha constatado que Cataluña es «muy plural».

En La Moncloa ven con mucho escepticismo las negociaciones para conformar ese nuevo Gobierno y el margen para que los componentes de esa lista lleguen a acuerdos. El riesgo de desgobierno es alto, alertan desde el Palacio de la Moncloa, porque «no hay más elemento de conexión programática entre los integrantes de la lista rupturista que el reclamo de la independencia, que ha quedado desautorizada en las urnas por mucho que se empeñen en contar escaños o en apropiarse de los diputados de la CUP».

Mano tendida

Rajoy se coloca a la espera de ver cómo evoluciona el escenario catalán, pero entretanto ayer volvió a formalizar un llamamiento al diálogo constructivo. Desde la misma posición que ha defendido durante toda la Legislatura, dentro de la ley y del respeto a la Constitución. El presidente no se mueve de su papel como dique de cualquier intento de saltarse la ley por parte de la nueva Generalitat o del nuevo Parlamento. Mariano Rajoy ofreció diálogo y lealtad institucional. Y tendió la mano, pero desde su firmeza en decir «no», a sentarse a negociar sobre el proceso de desconexión con España, que los independentistas siguen dispuestos a promover.

No se sentará a hablar de la liquidación de la ley ni de la unidad de España o de la soberanía nacional. De hecho, la impresión en Moncloa es que de aquí a las elecciones generales toda la energía del Gobierno deberá volcarse en contestar jurídicamente a los posibles desafíos a la legalidad que vengan del nuevo Ejecutivo catalán o del Parlamento autonómico. «Con el independentismo no va a haber nada que hablar porque sólo van a intentar seguir dando empujones al marco constitucional», explican en Moncloa. «Y pese a que no llegan a 4 de cada 10 los catalanes que han apostado por un programa rupturista», apuntó el jefe del Ejecutivo.

Además de ofrecer diálogo institucional, Mariano Rajoy también garantizó que su Gobierno seguirá prestando apoyo a los catalanes y velando por la viabilidad económica de la Generalitat de Cataluña, y de los servicios esenciales que de ella dependen. «Pero también seguirá velando porque se respete el Estado de Derecho, la igualdad de todos los españoles y los derechos y libertades de todos», incidió el presidente. Ante la nueva legislatura que comienza en Cataluña, Rajoy deja claro que él no se mueve, que se mantendrá firme en su obligación de velar por el respeto del Estado de Derecho, y que velará también por los catalanes que no votaron a la lista de Juntos por el Sí. Que no cree que haya margen para el diálogo con los independentistas por su negativa a rectificar, aunque hace el gesto de tender la mano.

Y, por contra, el presidente del Gobiernos apunta que sí iniciará contactos con el resto de fuerzas no independentistas, principalmente el PSOE y Ciudadanos, para analizar la situación a la que se enfrenta Cataluña y los posibles problemas de gobernabilidad que se deriven del 27-S. Aunque la campaña de las generales ya ha empezado y sus interferencias en el acuerdo se dejarán sentir, como así admiten en medios populares. Pero ayer Rajoy prefirió quedarse con el enfoque más positivo y se mostró convencido de que en su diálogo con Pedro Sánchez y Albert Rivera se impondrán los elementos que comparten en defensa de la Constitución y de la unidad nacional.