Elecciones catalanas
Unió, el gran tapado de todas las encuestas
La gran bolsa de indecisos augura una sorpresa en el resultado. del partido de Duran que puede movilizar al catalanista moderado
Con una abultada bolsa de voto indeciso y oculto, ninguna encuesta es definitiva. La conversación se produce el pasado viernes entre un grupo de empresarios y sociólogos en el reservado de un restaurante madrileño. No hay otro tema sobre la mesa: Cataluña. Preocupación evidente y ni un solo pronóstico acertado. Los analistas electorales destacan que la metodología del CIS «está muy antigua y desfasada» en el escenario catalán. Así se vió en los baremos del año 2012 que erraron claramente en diez escaños. Según este grupo de expertos, ahora y por factores psicológicos de diversa índole, el votante catalán puede oscilar en el último momento. Es lo que uno de los «gurús» en la materia califica como «pequeños movimientos de voto en contra».
Es importante a tener en cuenta, la opinión de muchos votantes catalanes, tradicionalmente aletargados y en su casa, que pueden acudir a las urnas para fastidiar. ¿A quién hace más daño mi voto?, se preguntan muchos votantes moderados, catalanistas puros, hartos y saturados hasta las narices del discurso independentista. Una franja silenciosa pero activa, que puede dar la sorpresa. Profesionales liberales, médicos, investigadores, juristas y profesores de diversas materias que, curiosamente, pueden decantar su voto en el área del humanismo cristiano y libertad de mercado a Unió Democrática, el antiguo socio convergente, el partido de Duran Lleida ahora vetado y atacado por los medios informativos públicos catalanes. Curiosamente, por los mismos que antes pedían y exigían favores en aras de un «seny» catalán olvidado.
La campaña ha empezado y vaticina sorpresas. Bajo el lema «Catalanes por el seny», plataforma que apela al diálogo y el voto a Unió Democrática, un nutrido grupo de empresarios de los sectores industriales, afincados en las áreas más ricas de Cataluña, se reunirán la próxima semana en una cena para suscribir un importante manifiesto: «Catalanes somos todos», alejados de la independencia y con postulados de diálogo. Es la tesis que esbozó el patricio de la Constitución, Miguel Roca, en un artículo reciente, abogando por el diálogo no excluyente. Denuncian en estos círculos el enorme sectarismo de los medios públicos, TV3 y la radio catalana en cabeza, donde han llegado a desechar anuncios publicitarios por considerarlos españolistas. «Lo nunca visto», dice un destacado empresario con pedigrí catalanista. «Nos cuesta generar un titular agresivo, pero no nos sentimos solos», dice el candidato de Unió, Ramón Espadaler,
Oscilante y oculto, así se mueve el voto hacia el 27-S. A pesar de los pronósticos, todos los expertos coinciden en que Unió puede ser el gran tapado junto con el PP. Unos, por ser los antiguos socios pero con poder influyente en Madrid desde sus históricos escaños en el Congreso de los Diputados. Y otros, por ser los grandes adversarios inspirados desde La Moncloa. Pero ambos, los únicos con poder de diálogo con el Gobierno de la Nación para solucionar el conflicto. En el inicio de campaña, todo está abierto ante un frente de izquierda radical. En los antiguos socios de Artur Mas, ahora camuflado bajo las faldas de la extrema izquierda, puede estar la gran incógnita.
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