Podemos
El candidato Salvador Monedero, padre de Juan Carlos Monedero
El padre de Juan Carlos Monedero se presenta como candidato al Congreso por Vox. Salvador es un firme convencido de que «Pablo Iglesias es una creación de mi hijo»
En la lista de inmiscibles de la política española, uno de los podios contemporáneos se lo llevaría la familia Monedero. Salvador, patriarca y padre del conocido podemita Juan Carlos Monedero, se presenta a sus 83 años como candidato al Congreso de los Diputados pero no por el partido de su hijo, sino por el otro extremo del arco ideológico: Vox.
Jubilado que echa las tardes en Casa Gala, bar que regentó en el madrileño barrio de Moncloa, afirma que no tiene «ni ambición, ni preparación, ni interés, ni edad» para meterse en política. Todo se debió a una visita de Santiago Abascal, líder del partido, al citado establecimiento: «Es un chico muy sensato, nada ambicioso consigo mismo, igual que mi hijo, por eso me animé», aclara. Trabajador desde los 11 años, lo único que pretende es que «aprendamos a vivir como nos enseñó Franco, en perfecta paz y armonía». Una reflexión chocante para un candidato a diputado en una democracia, aunque él tampoco se esconde al añadir que votó no a la Constitución de 1978.
«Si algo funcionaba, para qué cambiarlo», matiza sobre este asunto y sus viejas reticencias al cambio de régimen. Y es que para Salvador, «como para Vox, la única verdad es la familia». Claro que en la presente carrera electoral se podría decir que tiene al enemigo en casa, una teoría que no se corresponde con lo que siente por su mediático hijo.
«Juan Carlos no sólo es inteligente, sino que lo demuestra», explica. Lo dice por la relación de su retoño con Podemos, partido del que es fundador y en el que abandonó todo cargo en abril: «No quiso matar a su propia criatura», afirma, pues Salvador es un firme convencido de que Juan Carlos sigue moviendo los hilos de la formación en la sombra. «Pablo Iglesias es una creación de mi hijo», sentencia antes de sugerirle «un asesor de imagen».
Una de las paradojas del discurso de este jubilado es su vocación electoral por Vox («siempre voto con la cabeza, nunca con el corazón») unida a sus buenas palabras sobre Podemos. Considera que para que el país funcione «necesita dos polos, uno positivo y otro negativo», donde sitúa las dos formaciones, aunque no se moja: «Que cada uno las ponga en el lugar que quiera». Sin entrar en el debate sobre Cataluña, no tiembla al decir que ambos partidos «quieren muchísimo a España» y teme que ciertos intereses acaben con ellos. «Aquí se acaba con todo lo que no conviene; han terminado con el juez Ruz, con la jueza Alaya... y además nosotros podemos robarles votos al PP y eso les asusta», cuenta con seguridad.
Férreas convicciones
Su carrera política arrancó en los últimos años de Felipe González, cuando se afilió al PP: «Tenía trato con el político Álvaro Ballarín, que me acabó convenciendo», explica. Una militancia que desde entonces no se ha movido del centro-derecha, porque Salvador confirma que nunca ha votado a Podemos.
No ocurre lo mismo con sus seis hijos, que estima que sí votarán a la formación populista. «Ellos sienten pasión por su hermano y por su forma de actuar», explica. Una contención en la urna que, sin duda, lleva férreas convicciones detrás, pues es hablar de ellos y se le llena la boca.
«Mi mayor satisfacción en esta vida es haberles dado carrera y hoy por hoy estoy igual de satisfecho de todos», corrobora a pocos días de la Navidad. Unas fechas que la familia Monedero vive felizmente: «Celebramos la Nochebuena en casa de Juan Carlos, donde nos juntamos todos, incluso seis personas que no tienen a nadie en Madrid», cuenta Salvador, que añade que su hijo más famoso, además de juguetes, acostumbra a regalar libros a sus sobrinos. Es la parte más humana de ambos, padre e hijo, viudo y huérfano de la matriarca de la familia, que falleció en 1992. «Para Juan Carlos, su madre era más que Dios», explica el candidato emocionado.
Salvador Monedero confirma que antes de dar el «sí» a Abascal le preguntó a su hijo: «Me dijo que hiciera lo que quisiera, pero que fuera consciente de que si me metía en Vox iba a hacer daño a Podemos». Tomada la decisión, se atreve a desgranar lo que él haría si llegara al poder: «Primero un referéndum para acabar con las autonomías. Después sacaría ese 20% de petróleo que tenemos en España y les daría las gracias a los franceses por la energía que nos han dado, porque yo crearía minas de uranio para generar nuestra propia electricidad».
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